Solo de esta forma se comprende que en un país como España
la gente no se suicide en masa, no emigre en masa o no asalte el Parlamento y
ponga de patitas en la calle a toda la gentuza que allí dice ganarse la vida (a
costa de los derechos de los demás). El Parlamento Europeo ya nos queda muy
lejos y es caro ir, más en las actuales circunstancias, así que ya ni nos lo
planteamos, pero sería otro objetivo de las iras del pueblo, sin duda.
Digo esto porque asombra la tranquilidad con la que los políticos
hablan de los 6 millones de parados que tiene España, de lo bien que
evolucionan las cifras del paro o de la incréible reforma del IRPF que el
gobierno llevará a cabo y que no supondrá, ni de lejos, que fiscalmente estemos
en la misma condición, no digo ya mejor, que cuando los de la gaviota se
auparon al poder. Pero asombra más todavía ver que la gente oye esas peroratas
y se queda tan ancha, le entran por la diestra y le salen por la siniestra, o
viceversa, el resultado es el mismo, aquí no pasa y a seguir tirando del carro,
como sea.
Atribuyo esta esperpéntica situación entre políticos y
ciudadanos, entre gobernantes y esclavizados por el voto democrático, a que la
necesidad aprieta y el ser humano saca el instinto de supervivencia a relucir. Hoy
leía unas cifras de pobreza en España, escalofriantes, que me hacían
reafirmarme en mi teoría de la supervivencia darwiniana. La noticia decía, a
groso modo, que España es el país de la UE con mayor índice de pobreza infantil
detrás de Rumanía. Incluso países con una crisis económica brutal, y fractura
social incluso, como Grecia o Bulgaria, muestran un índice de pobreza infantil
inferior al de España. Se hablaba de que en España existen unos dos millones, sí,
han leído bien, de niños que viven en la pobreza. Con dos cojones.
A la vista de esta situación y de lo tranquilo que se vive en este país, sólo cabe augurar un futuro negro, negrísimo, para esta nación
a la deriva. La imagen que nos venden los políticos y la que quieren vender al
exterior poco tiene que ver con la realidad de este país en la miseria y el naufragio
económico. Los más débiles son los que más lo sufren, los más fuertes ni se
enteran y alardean de que las cosas van bien, claro que a estos últimos se les
ve en la tele, mientras que a los que no tienen que llevarse a la boca no, por
eso nos creemos todas esas mierdas que nos cuentan, o a lo mejor es que las
olvidamos inconscientemente..., para poder seguir viviendo con esa realidad sobre
nuestras espaldas cada vez más inclinadas. De vergüenza lo de este país, y no hablo de fútbol.
la última frase es la clave, a la gente le importa más la derrota de españa que el escalofriante dato de la pobreza en españa, así vamos.
ResponderEliminarLe importa más el ´futbol, Fernando Alonso, Nadal, el golf, el voley playa, la pelota vasca y hasta el curling. Somos un país de grandes deportistas, de patatas sofás, de gente que no mueve el puto culo y de pobres, que es lo peor, por los que sufren esa miseria.
ResponderEliminar