www.metalbrothers.es

Metalbrothers201601102211

jueves, 3 de julio de 2014

Egoísmo colaborativo

Bajo este término se podría englobar una tendencia creciente que se podría resumir en que la unión hace la fuerza, llevado al mundo del consumidor. Todas las campañas de marketing, de cualquier empresa, lo mismo que los manuales de marketing, dicen que lo primero es el cliente, buscar su satisfacción. Pero los consumidores sabemos que muchas veces ese mantra se queda en los manuales y a la hora de la verdad tenemos que estar luchando por nuestros derechos.

Hace poco hablaba de la polémica surgida a raíz del uso de la red Uber para concertar privadamente medios de transporte compartidos, saltándose la vía del taxi. En esa línea se enmarca otra iniciativa, en este caso plenamente empresarial y sin ese aderezo de la polémica que rodeaba a Uber, que se refiere a la compra de combustible por parte de los consumidores.

Todos sabemos del abuso que ejercen las petroleras de este país en el tema de la venta de combustible en las gasolineras, atracos a mano armada. La idea que se plantea no es especialmente innovadora, realmente no han inventado nada, simplemente la han puesto en práctica y veremos como resulta porque no hay antecedentes en España, no sé si en otros países. Se trata de una empresa catalana que ha decidido comprar grandes volúmenes de combustible a diferentes estaciones de servicio para vender a precios más económicos que lo que hacen ellas mismas.

En concreto, La empresa catalana "Iamtogether" ha negociado la compra de cinco millones de litros con descuento de 0,13 euros por cada litro, alrededor de un 10% de rebaja sobre el precio normal. La segunda parte es buscar consumidores que quieran pagar menos por su combustible, serían necesarios entre 50.000 y 60.000, según las estimaciones publicadas.


Estamos, por tanto, ante un claro caso de lo que se llama en algunos círculos inteligencia colaborativa, aunque a mi me gusta más el término egoísmo colaborativo, ya que expresa más claramente la tendencia del ser humano a pensar mucho en sí mismo y nada en los demás. En teoría, la fórmula propuesta para el combustible debería funcionar, suponiendo como dice la teoría económica que las preferencias del consumidor son racionales, pero estamos en España, así que nada es seguro.

Hay unas pequeñas piedrecitas en el camino que pueden dificultar la tarea: el consumidor debe adquirir una tarjeta que tiene un coste y cada recarga de la misma también tiene un coste fijo, independiente del volumen de carga, como las comisiones que nos clavan en algunos cajeros las entidades financieras. Como digo, son pequeñas piedras que, pese a todo, no deberían obstaculizar excesivamente el éxito de esta operación.

Llevando esta práctica al mercado de la competencia perfecta (algo que no existe, pero que sí está en los manuales) la lógica es que surgiesen más empresas e incluso asociaciones de consumidores para hacer valer el lema del egoísmo colaborativo, de forma que finalmente se constituyesen lobbies de ciudadanos, sin necesidad de pagar cuotas o tarjetas más allá de los costes mínimos necesarios, es decir, que no buscasen un beneficio empresarial sino solamente un ahorro en el precio del combustible, que evidentemente sería mayor dado que no habría intermediación de ningún tipo, la comisión, que se ha llamado toda la vida de dios.

Repsol y Cepsa de momento no han entrado en el juego, todavía se están pensando si les conviene o no... seguro que están un poco nerviosos con el tema. Por un lado saben que estarían abriendo la veda a prácticas que presionarían los precios del mercado a la baja. Pero por otra, les fastidia que haya cadenas independientes de gasolineras y la marca Galp que sí han entrado en ese juego, de manera que estarían desviando flujo de clientes hacia sus gasolineras, algo que, por supuesto, a Repsol y Cepsa no les hace ninguna gracia. Interesante, a ver cómo resulta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario