Las medidas urgentes del BCE respecto a la deuda griega, con
la postura del nuevo gobierno de Tsipras, afectan a 3.500 millones de euros de
deuda soberana y 25.000 millones de deuda emitida por los bancos pero avalada
por los Gobiernos. Además ha anunciado que entrará en vigor también de forma
adelantada: el 12 de febrero. Desde esa fecha, los bancos griegos no podrán
presentar los bonos estatales (griegos) como garantía, es decir, serán papel
mojado, para el BCE valdrán menos que un cromo de Panini. Por tanto, no podrán
presentar esos bonos como garantía para la obtención de financiación por parte
del BCE. El gobierno griego se quedará fuera del programa de financiación
europera a corto plazo. O lo que es lo mismo, Draghi no quiere ver una letra del
tesoro griega ni en acuarela. Sólo se mantiene activa una línea extraodrinaria,
y más cara, de financiación, sujeta a ciertas condiciones.
De esta manera, Draghi (o Merkel, si quieren leer entre
líneas) deja claras cuáles son las normas que hay que cumplir si uno quiere
vivir en su pueblo del lejano Oeste. Y
además es un aviso a navegantes, como los de Podemos, para que vayan replegando
velas en materia de deuda pública. Le toca mover ficha a Tsipras, que estaba
buscando apoyos entre los socios europeos, especialmente Francia, pero que cada vez lo tiene más
complicado para cumplir con una de sus promesas electorales.
cómo todas las promesas electorales, no las cumpliran.
ResponderEliminarel poder y el dinero son lo que mueve el mundo, las promesas se las lleva el viento
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