Una cacicada más de estos señores que dicen que nos
gobiernan, aunque se le llame así a hacer lo que a uno le venga ena gana, aunque
vaya en contra del interés público. Pero de tal palo tal astilla, que se suele
decir, y el actual ministro de justicia es un digno heredero de ese retrógrado
compulsivo que era el señor Gallardón.
Lo más grave de todo este asunto es que una vez más, y ya se
pierde la cuenta, el PP vuelve a pasarse por el forro el estado de derecho. Son
múltiples las faltas o atentados contra los derechos constitucionales que el
titular de la cartera de justicia está cometiendo con esta derrapada mental en
el día de ayer. En primer lugar atenta contra la libertad de expresión de
cualquier ciudadano. Volvemos a la noche de los tiempos, a la oscuridad total y
represiva en la que nada se puede opinar ni sobre nadie. Si el caso Rato, que
es el que ha desatado toda esta marea nada beneficiosa para los intereses del
gobierno, es un personaje público conocido estará expuesto a la opinión
pública, como cualquier famoso que sale en la tele, y por tanto usted no puede
ponerle una mordaza a nadie porque no le guste que se hable del tema.
Atenta contra la libertad de los medios de comunicación, ya
de por sí mermada y manipulada, pero mejor eso que nada. Claro, a ustedes,
señores del gobierno, lo que les gusta es que los medios de comunicación coman
de su mano y sólo cuenten lo que le pasan ustedes por escrito. Un país sin unos
medios de comunicación libres es un país en manos del poder de unos pocos, los
poderosos que manejan el cotarro, dejando en penumbras e indefensa a la
ciudadanía, es decir, el sueño pepero. Es cierto que hoy en día el peso de los
medios de comunicación sobre la opinión pública se ha visto difuminado por el
masivo uso de Internet y las redes sociales, pero no nos engañemos, los medios
de comunicación siguen siendo una poderosa arma de adoctrinamiento, no es de
extrañar que estén tan interesados en tenerlos bajo su yugo. Dios nos libre de
que algo así ocurra, bajo este gobierno o cualquier otro.
Pero es que además, la osadía del ministro al valorar si
quiera la posibilidad de poner una mordaza a los ciudadanos y a los medios de
comunicación pone de relieve el manifiesto desprecio que esta gentuza tiene por
los derechos y las libertades de los
ciudadanos en general. Si se atreven a proponer siquiera el debate de algo así,
a qué no se atreverán estos mendrugos con tal de mantenerse en el poder? Con
esta metedura de pata, el ministro deja en evidencia el pelaje y la catadura
moral del gobierno, si es que todavía existe por ahí algún despistado que no se
haya dado cuenta de cuáles son.
El ministro debería dimitir de manera inmediata, o ser
cesado en su defecto, si es que se aferra a la silla cual garrapata, que es loo que hará este ejemplar de ser humano. Veremos
como se lo toman los partidos de la oposición, se preveé un aluvión de crítcas,
pero este señor como máximo exponente de la justicia desde el gobierno no
debería pasar ni un minuto más en el cargo. De vergüenza ajena.
de gallardon a catala, de guatemala a guatepeor.
ResponderEliminarCuesta abajo, sin frenos y sin pudor. Lamentable.
ResponderEliminar