1.Stand Still
2.Human Race (with Alex Lifeson)
3.I Sing (with James LaBrie)
4.My Cathedral
5.The Ghost of Shadow Town
6.When You Were My Baby
7.Sweet Tooth
8.Heads Up
9.Rest of My Life
10.End of the Line (with Lifeson and LaBrie)
11 Bonus Track: Grand Parade (with Gil Moore and Mike
Levine)
Rik Emmatt – vocals, guitars
Dave Dunlop – guitars
Steve Skingley – keys, basss
Paul Delong – drums
Rik Emmett, un señor que no necesita presentación para cualquier
clasicómano que se precie o para todo aquel que lleve unos cuantos años
enganchado en esto del heavy y el rock. Rik es un superclase, esta nueva
aventura no hace más que plasmar esa verdad una vez más en forma de disco. Pero
no es una aventura en solitario, Rik ha reconocido que un proyecto de este
tipo, complejo y trabajado, requiere en su opinión de apoyos, de gente que te
eche una mano o de lo contrario estás más próximo al fracaso. Por ello ha
contado con su equipo de gira de RESolution9, pero también con colaboraciones
especiales en algunos temas como LaBrie (Dream Theater), Alex Lifeson (Rush) o
sus compañeros de Triumph Gil Moore y Mike Levine.
La mayor parte del álbum fue grabado y mezclado en el famoso
MetalWorks Estudios de Mississauga, donde Rik disfrutó de una cómoda re-conexión
con sus propias raíces. De hecho, los otros dos miembros fundadores de Triumph
(Gil Moore y Mike Levine, desde el trío que recibió discos de platino en Canadá
y los EE.UU. en los años 70 y de los años 80) se unieron con Rik como invitados
especiales en "The Grand Parade" y en "Suitcase Blues". Vamos
con ello.
Stand Still
arranca el disco con estilo de rock blues tradicional que nos confirma que Rik
sigue teniendo una voz espléndida que conserva en plena forma, pero que además
es un virtuoso de las seis cuerdas, de esos que encandilan, no de los que
duermen a las ovejas. Un tema con unos riffs y una base rítmica hechos por el
libro, con muy buenos arreglos de guitarra que enriquecen el tema. Un corte que
va ganando en potencia poco a poco y tira sobre todo hacie el hard rock, con un
solo largo y clásico, de los de toda la vida y un estribillo pegadizo que
recuerdo a los Saxon en su vertiente rockera.
Human Race tiene
un inicio con unos arpegios muy logrados y con un ritmo más relajado, tirando
hacia el modo balada a lo Tesla, Reo Speedwagon, UFO, pero siempre ganando
puntos y metiendo calidad en el tema a base de buenos solos y cambios de ritmo,
buenas paradas y riff rockeros, con la participación de Alex Lifeson, otro
superclase de la guitarra.
I Sing es uno de
los temas en que participa LaBrie y se le nota su aportación, si bien ya he
dicho que Emmett me parece un tipo con una voz espléndida para estas tesituras
rockeras. Básicamente es una balada muy parada y sencilla para el lucimiento de
las voces y un excelente solo.
My Cathedral
tiene un inicio acústico a lo Rolling Stones; Clapton, de rollo setentero, un
tema intimista, sacado de la máquina del tiempo, de rock sureño relajado y con
un solo final al estilo bluesy que se marca Rik de mucha calidad.
The Ghost of Shadow
Town se inicia lentamente y con unos acordes blueseros bastante lúgubres, con
una base rítmica leve, solo con caja y metiendo luego acordes de rock blues muy
clásicos a lo Gary Moore, Thin Lizzy o Deep Purple, es decir, continúa el
sonido clásico cien por cien. When You
Were My Baby es un tema donde se ve que esta gente disfruta de lo que hace,
mezcla el modo blues con melodías latinas más alegres al estilo Santana y nos
deja punteos por un tubo, acabando en una especie de jam session a lo BB King.
Por cierto, la producción es excelente en todo momento, como no cabía esperar
menos.
Sweet Tooth es
otra balada de corte setentero con un toque sureño a lo Lynyrd Skynyrd, ideal
para sacar a la chica a bailar o invitarla a una cerveza en el típico bar
americano de decoración a base de madera y tarima donde toca la banda, solo
dura dos minutos pero es muy entretenida.
Heads Up es un
tema de hard rock, el tema que recuerda más al sonido Triumph de todo el disco,
con una excelente base rítmica y solo de bandera. Rest of My Life tiene un inicio acústico y luego una melodía
guitarrera de ambiente muy feliz y positivo, un tema muy relajado a lo Eagles,
Fandango, con un gran trabajo a las guitarras, como siempre.
End of the Line
es el tema donde se juntan dos pesos pesados como Lifeson y LaBrie, además del
propio Rik, claro, y por supuesto la acaban liando. El tema se inicia con un
riff tope hard rock ochentero americano, me recuerda a los Cinderella, con su
punto macarra. Luego va adquiriendo un sonido de hard clásico a lo Scott Soto y
nos deja solos y solos para deleitarse hasta la saciedad, con una sorpresa
final en forma de aceleración heavy del tema, con un riff potente y punteando
sin descanso. Posiblemente el mejor tema del disco, al menos el más potente, el
final es realmente apoteósico.
Y para poner fin a la fiesta tenemos una bonus, Grand Parade, donde Rik se reencuentra
con sus amigos de Triumph y nos ofrecen un corte muy personal, con sensaciones
a flor de piel, guitarras acústicas, ritmos lentos, grandes melodías, es la
típica canción que te imaginas en una road movie americana, viendo deslizarse
el paisaje ante tus ojos mientras dejas volar la imaginación.
En definitiva, un gran disco, a la altura de lo que uno se
espera de ese superclase que es Rik Emmett. No es un disco especialmente
cañero, aunque tiene sus cortes de rock y en algún momento rozando el heavy,
pero sí es un disco para catarlo lentamente, con una copa de whiskey en una
mano y la pipa en la otra. Clase a raudales. Larga vida al señor Emmett.
Puntuación: 8,25/10
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