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martes, 7 de febrero de 2017

Beelzefuzz – the righteous bloom (2016)



1.Nazriff
2.The Soulless
3.Hardluck Melody
4.Rat Poison Parfait
5.Eternal Waltz
6.Within Trance
7.Nebulous
8.The Righteous Bloom
9.Sanctum & Solace
10.Dying On The Vine
11.Peace Mind

Dana Ortt - Lead vocals/guitar
Darin McCloskey - drums
Greg Diener - Lead guitar/vocals
Bert Hall - Bass guitar


Beelzefuzz es una banda de Maryland, Estados Unidos, pero que ha firmado con un sello alemán, banda de hard heavy formada en 2009, un año después lanzaron una demo de 4 temas. Ellos hacen una mezcla entre sonido de los setenta y el heavy de toda la vida. Las influencias de bandas como Uriah Heep, Deep Purple y Black Sabbath son inevitables a lo largo de todo el trabajo, un trabajo de sonido muy clásico y disfrutable. Luego, en 2013 sacarían su primer larga duración y en este 2016 publican su segundo álbum.

Nazriff es heavy setentero, con guitarras muy clásicas a lo Purple y ojo a la voz magistral y de maestro de ceremonias de la que hace gala el señor Diener, uno de los puntos fuertes de esta banda, para que os hagáis una idea es como si fusionases a Dio con Gillan, el pelo se te pone amarillo directamente.

The Soulless es un tema más actual, con más ritmo, le meten una marcha más y ofrecen unos aires de versatilidad que son encomiables, son capaces de adaptarse con solvencia a distintos ritmos y estilos del hard heavy. Los riffs respiran stoner y  son realmente buenos, un tema a lo Witchfinder, Graveyard.

Hardluck Melody es un tema stoner donde bajan el ritmo y nos ofrecen unas guitarras con un sonido Sabbath, Pentagram, un tema cargado, pesado y con un solo de lo más enrevesado y luego un segundo solo clásico y bluesy, estos tipos saben lo que se hacen y huelen a cuero y acero por todos lados. El vocalista sigue haciendo de las suyas, va sobrado el tipo, en este caso dota al tema de un cierto sabor folk con su interpretación.

Rat Poison Parfait sigue ralentizando la marcha, es todavía más pausado que el anterior corte, se podría hablar de una balada oscura, de guitarras con cierto aire blues y mucha elegancia. El solo es muy ambiental y setentero, con su punto melancólico, de nuevo se ve que beben de las fuentes tradicionales, porque todo lo que hacen está perfectamente hilvanado con el pasado de este deporte metalero.

Y si lo que te gusta es la variedad con estos americanos no te vas a aburrir precisamente, ya veis que llevamos cuatro temas comentados y cada uno con su estilo y su enseña. Eternal Waltz sigue esa línea, se podría catalogar como un cruce entre hard rock progresivo y folk, un tema de nuevo pausado, con predominio de la voz y riffs stoner y excelente elaboración en los solos.

Within Trance tiene un inicio a lo Hendrix que no sólo me hace alabar el buen gusto de esta gente sino que lleva a hacer air guitar como alma que lleva el diablo. Después se desarrolla como un tema de hard heavy clásico y básicamente setentero que te recuerda a los primeros tiempos de los Sabbath, Judas Priest y Deep Purple, repleto de guitarrazos de esos que parecen sacados de algún manual de como tocar las seis cuerdas con criterio, imposible que te dejen indiferente.

Nebulous tiene un inicio con un riff stoner muy épico, mezclado con ambientación psycho setentera, un corte pausado y tenebroso, con voz melodiosa al mando de las operaciones. The Righteous Bloom es el corte más largo del disco, casi siete minutes de rock progresivo y setentero, una mezcla que bordan estos americanos.

Sanctum & Solace es una pieza breve y en la que después del derroche de imaginación e inspiración de los cortes anteriores deciden tomarse un respiro y nos presentan un rock clásico y relajado pero con mucha calidad en las guitarras y un vocaista top, no me canso de repetirlo.

Enfilamos el final del disco con dos temas, de los que destaco especialmente Dying On The Vine, donde de nuevo vuelven a hacer esa mezcla entre rock progresivo y setentero, un rollo Rush, Riot, con guitarras muy ambientales pero también muy heavys por momentos. La labor de las guitarras es brillante a lo largo de todo el disco, en este corte los riffs y los solos son de altura, y además recogen el legado Iommi, impregnando a los temas siempre con cierta dosis de oscuridad.

Una banda que con este segundo disco presenta claramente sus credenciales y se consolida ya con un sonido que navega entre los 70, lo progresivo, el doom y el heavy, es decir, como podéis ver, una cóctel con muchos ingredientes y que consiguen fusionar de manera excelente sin que en ningún momento la cosa resulte forzada. Además, tienen un vocalista de esos que están por encima de la media. Gran cosecha la que se han sacado de la manga estos Beelzefuzz.

Puntuación: 8,5/10

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