1.Fora ze
dwora!
2.Judasz
(Iscariota)
3.Sny o
potędze
4.Koleżanka
szklanka
5.Płonę
6.Bastion
7.Martwi bogowie miasta
8.Upadłe królestwo
Justyna Szatny - Keyboards
Piotr
Zapart - Bass
Tomasz
'Thunderbreaker' Dudziński - Drums
Dominik
Durlik - Guitars
Piotr Piecak - Vocals
Polonia es a día e hoy uno de los puntos de ebullición del
Metal, esto no es cosa de un día, obviamente, pero es que esa tendencia se
viene incrementando de forma exponencial en los últimos años. Es un país con
todavía mucho recorrido a nivel de desarrollo económico, pero una parte de su
población ya empieza a demandar un cierto nivel de vida que hace unas décadas
sería impensable. En el Metal ocurre algo parecido, nuevos gustos, nuevas
costumbres, la apertura económica y cultural y las bandas metaleras que van
surgiendo como setas en otoño.
Iscariota es una banda de la localidad de Sosnowiec, que no
tengo idea de donde está pero la cito como homenaje a los lugareños de la región,
como cuando la vuelta ciclista pasa por tu pueblo y te hace ilusión que te vean
en la tele. Pero volviendo al tema, no son nuevos en esto, más de 20 años de
carrera les comtemplan, aunque no hayan sido excesivamente prolíficos en cuanto
a lanzamientos, ya que el que os comentamos hoy es su cuarto álbum. Inicialmente
se hacían llamar Blasphemer y tiraban más hacia el death melodico. Hoy en día
son Iscariota y son básicamente una banda de heavy metal, pero de aires
modernos gracias sobre todo a la presencia de los teclados y el groove que le
meten por momentos.
Fora ze dwora! es
el tema con el que se inicia el disco y lo primero que notamos es que no
entendemos ni papa de lo que canta su vocalista, pues lo hace en polaco, pero
es un tipo con muchas tablas y una voz bien armada. Heavy de riffs machacones y
teclados muy ambientales, solo melódico a ritmo speed y al final un poco de
ritmo grindcore para hacer el tema todavía más curioso y original.
Judasz (Iscariota)
tiene un arranque de hardcore aunque con voces limpias y ritmo heavy, pero en
las guitarras es donde le meten ese sonido hardcore, el contraste con el speed
de la batería es realmente interesante, esta va a ser una constante a lo largo
de todo el disco y es junto a la excelente labor en los teclados lo que los
hace más especiales y diferentes de la mayoría de bandas del género heavy. Ojo a
la pausa con un riff atronador y luego el solo afilado de puro speed metal. Heavy
y grindcore y segundo solo mucho más melódico. Luego le llega el turno a los
teclados de Justyna marcándose un solo a lo Ayreon. Vamos que al tema no le
falta detalle y además el vocalista sigue haciendo gala de un despliegue de voz
realmente de nivel.
Sny o potędze
tiene un inicio con piano clásico que es de una elegancia digna de la mejor
escuela del este, luego se le superponen las guitarras melódicas y ya tenemos
montada la fiesta heavy a lo Aria, Kalapacs, poca broma. Es un medio tiempo
ochentero de sabor deliciosamente clásico, con un feeling realmente
espectacular. La pausa obligada, las acústicas y el solo lento y por el libro,
temazo de los de agitar las melenas.
Koleżanka szklanka
da un giro de tuerca al sonido del grupo, no dejan de sorprender, en este caso
tiran hacia el thrash, pero le rebajan la graduación con la aparición de los
teclados y lo mejor es que les queda bien y les otorga variedad de sonido. El vocalista
es un 4x4, se adapta a todo lo que le echen. No faltan tampoco las guitarras
heavys y con algo de groove metal a lo Iced Earth, Mezarkabul, dando un poco de
oscuridad al tema. Acaban con un solo speedico y una aceleración final grind,
la casa por la ventana.
Płonę empieza con
una batería contenida y guitarras calentando motores, es una mezcla de heavy a
lo Judas Priest con groove metal. Preparan un solo brillante con una melodía
previa que he escuchado mil veces pero que ahora no sabría decir que es ni
aunque me maten. El solo es poderoso y con feeling, le sigue uno de teclados en
clave neoclásica. Es lo bueno de estos polacos, te ofrecen temas que son heavy
en un 80% pero el 20% restante es una variación de sonidos y estilos que hacen
que los temas suenen muy diferentes.
Bastion empieza
como heavy melódico y desemboca en el speed metal, con buena orquestación de
teclados para ambientar, a la porra los clichés. Solo power neoclásico a lo
Turilli y luego un segundo de heavy de toda la vida a lo Saxon o Accept. Martwi bogowie miasta tiene un arranque
de groove heavy, un sonido Aria pero modernizado a base de teclados, con
inserciones de riffs a lo Iced Earth y solo power.
Acabamos con Upadłe
królestwo, son solo 8 temas pero no hay rellenos por ninguna parte, se
aprovechan hasta las migas. Este último corte nos ofrece un heavy de tintes más
oscuros, a lo Morgana Lefay, gracias a la gran labor de teclados y las
guitarras pesadas. Pero como a lo largo de todo el disco, no faltan los
momentos donde sube la temperatura con guitarras a lo Cage, Helstar o el Rob
Rock más cañero.
Gran disco el que se han sacado de la chistera estos
polacos. No solo tienen calidad técnica sino que además hacen una labor de
equipo realmente brutal, se puede decir que funcionan como una máquina
perfectamente engrasada, remando todos en la misma dirección y eso se nota en
la versatilidad de las composiciones y en lo divertido que es el disco. De esos
álbumes que se escuchan una y otra vez y nunca aburren.
Puntuación: 8,5/10
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