1.Race For Glory
2.Varyag
3.Lucifer
4.Hard To be God
5.Let It Be
6.Lust Run
7.Alive
8.Kill the Dragon
9.Smoke Without Fire
10.From Sunset To Sunrise
11.Curse of the Seas
Vladimir Kholstinin - Guitars
Vitaly Dubinin - Bass
Maxim Udalov - Drums
Sergey Popov - Guitars
Mikhail Zhitnyakov - Vocals
Si
llevas tiempo en esto del heavy metal poca presentación vas a
necesitar que te hagamos de esta gran banda rusa, la mñas mítica
que ha dado el país en todos sus años de historia, aunque ellos
siempre tuvieron como proiridad el mercado nacional ruso y
descuidaron por decirlo así la proyección internacional, que sin
duda habrían tenido de haberse dedicado a cultivarla un poco. Para
el que no los conozca basta dar un par de datos: trece discos de
estudio alcanzan con este nuevo lanzamiento, funcionando desde 1985,
y conocidos como los maiden rusos, por la similitud de su propuesta
con la del grupo británico, si bien se podría decir que su carrera
no ha tenido los altibajos de la doncella y algunos de sus discos
superan con creces a los de maiden.
Dejando
a un lado si se equivocaron o no al no intentar dar el salto a la
escena internacional con más o menos ganas, una vez que Rusia se
empezó a abrir al mundo occidental, lo que nos interesa es comprobar
si este decimotercer album de la banda sigue poniéndolos como uno de
los referentes del metal que se hace en Rusia a día de hoy. Para eso
vamos a analizar lo once temas que componen este nuevo disco. Por
cierto, ha sido mezclado por un viejo conocido de la escena, el señor
Roy Z.
El
núcleo duro de la banda lo componen los miembros originales, el
guitarra Vñladimir, el bajpo Vitaly y el batera Maxim. El cambio de
vocalista hace unos cuantos años cuando se fue el mítico Kipelov
fue uno de los momentos más complicados para el grupo seguramente,
pero eso ya forma parte del pasado y ellos han seguido tirando para
adelante, y aquí los tenemos con nuevos temas bajo el brazo. Su
anterior disco de estudio es de 2014, un tanto irregular y lejos de
sus momentos más inspirados, pero tampoco se puede decir que sea
malo y menos para una banda con más de 30 años de carrrera.
Empieza el disco con Race
For Glory y un riff clásico y potente.
Siguen cantando en ruso, lo típico en ellos y combinando melodías
que recuerdas a su época ochentera con el Hero Asphalt y otros
discos de nombre impronunciable pero que están en el recuerdo de
todos los metaleros de aquella época que gustaban de escarvar un
opoco más allá de lo que vendían los medios comerciales. El
estribillo lleva la marca de los Aria de toda la vida. Y el solo
melódico estaba cantado, seguido de acordes melódicos típicos de
los Maiden. Un primer tema que no arriesga pero que entra muy bien.
Varyag tiene un
comienzo con base de piano y una melodía un tanto melancólica, pero
en cuanto entra la voz volvemos al sonido heavy típico. Está claro
que quieren tirar hacia el heavy melódico pegadizo de su época
dorada, es un tema un tanto más atrancado en ritmo que el anterior.
Lucifer parece
que quiere hace honor a su nombre y recurre a acordes más oscuros y
pausados, pero es una mera introducción, luego se impone un medio
tiempo de riff sencillo y con incrustaciones melódicas, el solo es
sin duda la mejor parte de la canción, se sale de lo trillado y tira
de asonancias, para salir luego con riffs melódicos doblados.
De nuevo otro comienzo curioso en Hard
To be God con ese toque guitarrero
misterioso pero como en el tema anterior acaba desembocando en un
medio tiempo que no da continuidad a esa atmósfera sino que más
bien tira hacia un heavy con arreglos sinfónicos, algo novedoso en
su sonido, no cabe duda.
Let It Be es una
balada donde las melodías marcan el tema, tampoco está nada mal el
despliegue vocal aunque el hecho de que no entendamos un pimiento de
lo que dice le quita algo de magia al tema. Lust
Run nos desvela uno de los riffs más
acertados del disco al principio, luego riffs heavys de siempre y
parte estelar para el solo, uno de los temas más maidenescos del
disco.
Alive es uno de
los temas más largos del disco y donde de nuevo vuelven a sorprender
por un sonido más actual, con groove en la guitarra y distintas
fases en el tema que pase de fases más pausadas y ambientales a
otras más primitivas y directas, un poco el sonido de los Aria del
nuevo siglo. Eso sí, nunca olvidan su faceta melódica y hacen gala
de ello en la pausa y el punteo, un tema elaborado y de los más
llamativos del disco.
Kill the Dragon
es un tema marcado por una interesante base rítmica que parece un
latido persistente y le da carisma al tema, bien acompañada por
riffs y punteos melódicos, otro de los temas destacados.
Smoke Without Fire
confirma la tendencia ascendente del disco y nos deja un buen medio
tiempo con buenas partes ambientales, apuntalado por riffs heavys
potentes y una buena parte experimental donde meten acústicas y se
recrean en las guitarras. From
Sunset To Sunrise
es uno de los temas más directos y potentes del disco, rompe un poco
la tendencia que llevaban las últimas canciones con una sonoridad
más ambiental y experimental, no tiene la magia de las anteriores.
El punto final al disco lo pone Curse
of the Seas, el tema más largo con
doce minutos, cocinado a fuego lento, desde las acústicas del inicio
y su tiempo pausado hasta que a mitad de tema pilla velocidad, es
fácil hacer el paralelismo con los Maiden más actuales que le
buscan el lado experimental o heavy a su música, solo que estos Aria
tienen la virtud de mantener la energía del tema y no dormir al
personal, gracias a buenos riffs y mejores melodías. Sin duda un
disco que supera al anterior de los rusos, más trabajado, más
inspirado y donde ofrecen una cara clásica en algunos temas pero
también una más moderna e innovadora a partir de mitad del disco.
Un album de esos que van ganando con las escuchas. Después de más
de 30 años en la escena se puede decir que los Aria se mantiene con
la cabeza bien alta y ofreciendo cosas interesantes.
Feeling:
3,5/5
Originalidad: 3,5/5
Técnica: 4/5
Producción: 4/5
Puntuación:
7,7/10
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