I write down
everything I want to remember. That way, instead of spending a lot of time
trying to remember what it is I wrote down, I spend the time looking for the
paper I wrote it down on. (Escribo todo
lo que quiero recordar. De esta forma en lugar de perder mucho tiempo tratando
de recordar lo que escribí, pierdo el tiempo buscando el papel donde lo escribí)
(Beryl Pfizer)
Frase que admite múltiples interpretaciones y usos, sobre
todo ahora que termina el año y se abre, de nuevo, la polvorienta carpeta de los buenos propósitos para los próximos doce meses. Vaya, qué curioso! Fíjate lo
que me había propuesto para este 2012..., la verdad es que ni me acordaba, y
cumplir lo que es cumplir...más bien poco. Curiosamente también, las
previsiones de planes para 2013 van a ser casi las mismas, no tropezamos
siempre en la misma piedra? No damos vueltas en círculo como peonzas? Pues para
que vamos a cambiar las intenciones, si el camino está ya marcado, hagamos lo
que hagamos...?
Pero también es aplicable a otros ámbitos de la vida y el
mundo. La política, por ejemplo:
-Donde está el
programa electoral?
-Qué es eso?
-Si, hombre, aquél
mamotreto que habíamos presentado en las elecciones pasadas?
-No, recuerdo, la
verdad... Quién se hizo cargo de eso?
-El becario
-Ah, sí...Creo que lo
dejé en casa de mi suegra, lo usa como alfombrilla para el ratón.
-Pues lo siento por su
suegra, señor Presidente, pero las elecciones están a la vuelta de la esquina y
necesitamos el programa, de lo contrario tendríamos que contratar a un nuevo
becario.
-Contrate a un nuevo
becario, no tengo el estómago para bromas y menos para suegras.
Lo cierto es que las personas somos muy dadas a la improvisación,
o dicho de otra forma, a la falta de planificación. Por qué? En primer lugar
porque es mucho más cómodo, aunque los resultados no lo avalen. Porque sentarse
y esribir en un papel lo que uno piensa, lo qué quiere hacer, cuáles son sus
objetivos, hacia dónde quiere ir, pues qué quieren que les diga, es complicado,
a veces da miedo (porque te das cuenta de que vas justo en el sentido
contrario) y cuando menos es arriesgado porque, como diría J.J., los cimientos
de nuestra existencia se pueden tambalear. Y como diría el gran Keynes, el
hombre tiene aversión al riesgo, y el cambio es lo más arriesgado que hay.
En segundo lugar, porque sentarse a escribir y hacerlo con
tino requiere de tiempo, paciencia, habilidad y, sobre todo, práctica. Algo que
no nos han enseñado en ninguna escuela, creo. Ah, a usted sí? Pues enhorabuena,
a la mayoría de los mortales nos han enseñado a seguir la puñetera línea
amarilla y gracias.
Y en tercer lugar, y quizás lo más importante, como dice la
frase del señor Pfizer, sólo escribirlo no vale de nada, hay que saber dónde
está el papel y echarle un ojo de vez en cuando para ver si vamos por donde
deberíamos.
Up to you now...