Parece que soplan aires reformistas en dos de los grandes
centros de poder a nivel mundial, Roma y Beijing. Esta semana teníamos fumata
blanca y el Vaticano ya se ha encargado de distribuir “panfletos” exaltando la
faceta más pupulista de la nueva cabeza visible de la Iglesia: que si viaja en
bus y en metro, que si se aloja en hoteles y paga las facturas (algo que en
España se valora de manera superlativa hoy en día...), que si le gusta el
fútbol y tiene carné de socio de un club argentino… Todo para hacernos ver que
es una persona, de carne y hueso, como cualquier hijo de vecino, incluso pide
humildemente que oremos por él. Ciertamente, la Iglesia católica está
necesitada de nuevos bríos y de un lavado de cara que le dignifique y le acerque
al creyente de a pie, si además de eso se acometen las reformas que los tiempos
exigen la verdad es que la nueva elección habrá sido todo un éxito.
En la otra esquina del mundo, también nos quieren vender
aires renovadores. El marketing se ha convertido en una herramienta de uso tan
frecuente en los palacios del poder como el martillo en el bricolaje. En China
acaban de hacer el relevo en la presidencia del partido comunista, o el
partido, porque no hay otro. El nuevo líder es un ingeniero químico de 59 años
(algunos menos que el Papa, porque aquí si interesa que dure y se capaz de
aguantar la presión popular, cada vez más creciente en China) que habla ingés
perfectamente, algo que ya quisiera para si nuestro estimadísimo Presidente.
También en el caso de Xi Jinping, que así se llama el nuevo cabeza del partido,
se reúnen elementos de tipo populista, lo mismo que en el caso del heredero del
cetro de San Pedro. Es el hijo de un destacado líder comunista pero que también
sufrió en carne propia las purgas de la Revolución Cultural de Mao (1966-1976),
por tanto algo le debería haber quedado de esos tiempos turbulentos. Como
posible gesto aperturista ha sido nombrado como vicepresidente del partido un hombre,
dicen, de perfil reformista, que ha estudiado en Harvard y tiene conciencia
medioambiental (al menos sobre el papel, ya veremos en la práctica).
Xi Jinping, el nuevo Presidente chino
En la era de la globalización y de las comunicaciones hasta
los poderes más absolutos deben hacer concesiones al pueblo, ya sea de tipo
propagandístico para tranquilizar sus conciencias, o de tipo más real, salvo
casos extremos como el de Corea del Norte donde el tiempo se ha detenido
mientras la población padece las hambrunas, el atraso económico, el ostracismo
y el aislamiento. Veremos que de cierto hay en ese humo blanco o rojo que la
maquinaria del poder ha puesto a modo de pantalla panorámica en la prensa, la
TV, la radio, Internet…
Pues a ver qué hacen la gran mimada y ansiada China que tiene a los occidentales pillados por los huevos!
ResponderEliminarY la siempre oscura Iglesia católica.
A ver...
Un abrazo.
Yo creo que los chinos mas que les tengamos mimados es que nos tienen acojonaillos porque son capaces de cualquier tropelia en su soberbia. De la iglesia no me espero gran cosa.
EliminarBuen fin de semana, Ohma, y a ver si publicas, que llevas una semana en el dique seco jeje