El 600 es a España lo que que el Mustang es a los Estados Unidos. Cuando aquí aún andábamos casi en taparrabos, nos pusieron el 600 en la calle y se montó la mundial. Por fin la gente tenía libertad de movimientos los 365 días del año gracias a este pequeño pero muy fiable utilitario. No es de extrañar que, por tanto, para los que ya tenemos una edad, el 600 sea un hito histórico en nuestras mentes, tanto como el toro de Osborne, la muñeca bailando flamenco sobre la TV o los derbis de fútbol.
Tan importante fue el éxito del 600, que su padre, el ingeniero italiano Dante Giacosa, fue el primer sorprendido. En 1968, en la revista Motor Mundial confesaba que “buscaba un coche económico, ligero y capaz, para satisfacer las necesidades de los italianos y he sido el primer sorprendido por su éxito”. Incluso el mismo reconocía que diseñaron el 850 para sustituirle y “el público nos demuestra que el 600 tiene cuerda para rato”.
El diseño del italiano, ingeniero de Fiat, llegó a España de
la mano de Seat, la Sociedad Española de Automóviles de Turismo, en cuyo
capital, además del Instituto Nacional de Industria y seis bancos, la firma
automovilística italiana soportaba el 7% del capital y su licencia de
fabricación. Tras siete años de existencia de Seat, en 1957, con una plantilla
de 5.000 personas, comienza a fabricarse el 600 que, en sólo un año, multiplica
su producción por seis.
lo has clavado, botijo, toro de osborne y 600, como decía el chiste de mortadelo y filemon.
ResponderEliminarBotijo y tenté tieso jajaja la España cañi, lo mismo que ahora pero con ipads de mierda
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