Quién quiera ver como se expresa y cual es el fundamento de la teoría de Pauli puede ver el siguiente video de una conferencia suya en Colombia, tiene algo más de una hora de duración pero se hace ameno porque el tema es más que interesante y Pauli es un buen comunicador:
http://www.banrepcultural.org/agua/la-economia-azul
Los principios de la economía azul
Antes de hablar de algo hay que conocer ese algo. Por tanto, expongamos los mandamientos de la economía azul según los ha expresado su mentor:
1. Las soluciones se basan sobre todo en las leyes de
física. Los factores decisivos son la presión y la temperatura tal y como se
encuentran en el sitio.
2. Sustituye “algo” por “nada” - Para cada recurso, revisa
si realmente es indispensable para la producción.
3. En la naturaleza los nutrientes, materiales y energía
siempre se reutilizan – La basura no existe. Cada producto lateral es la base
para un nuevo producto.
4. La naturaleza evolucionó desde pocas especies hacia una
rica biodiversidad. Riqueza significa diversidad. Las normas industriales son
el contrario.
5. La naturaleza da lugar a los empresarios que hacen más de
menos. La naturaleza se opone a la monopolización.
6. La fuerza de gravedad es la fuente principal de energía,
el segundo recurso renovable es la energía solar.
7. El agua es el soluble principal (en vez de catalizadores
complejos, químicos y tóxicos).
8. La naturaleza está sometida a un constante cambio. Las
innovaciones se dan continuamente.
9. La naturaleza trabaja solo con lo que se encuentra
disponible en el mismo sitio. La economía sostenible no solo respeta los
recursos naturales, sino también la cultura y la tradición. La naturaleza se
orienta hacia las necesidades básicas y luego se desenvuelve desde la mera
satisfacción hacia la sobreproducción. El modelo económico presente se basa en
la escasez como punto de partida para la producción y el consumo.
10. Los sistemas naturales no se desarrollan en procesos
lineales.
11. En la naturaleza todo es degradable – dependiendo solo
del tiempo.
12. En la naturaleza todo está conectado y se desarrolla de
manera simbiótica.
13. En la naturaleza el agua, el aire y el suelo son bienes
comunes, de libre acceso y disponibles en abundancia. En la naturaleza un
proceso tiene múltiples utilidades.Los sistemas naturales tienen riesgos.
14. Cada riesgo es un motivador para innovaciones.
15. La naturaleza es eficiente. Por ello la economía
sostenible aprovecha al máximo los materiales y la energía disponibles, lo que
hace que el precio baje para el consumidor.
16. La naturaleza busca lo mejor posible para todos los
involucrados.
17. En la naturaleza las desventajas se convierten en
ventajas. Los problemas son oportunidades.
18. La naturaleza persigue las ventajas de diversificación.
Una innovación natural trae una multitud de ventajas para todos.
19. Responde a las necesidades básicas con lo que tienes,
desarrolla innovaciones inspiradas en la naturaleza, crea beneficios múltiples
así como empleo y capital social, ofrece más con menos: Esta es la Economía
Azul.
Los pros y los contras de la economía azul
El principal obstáculo de la propuesta de Pauli es el status quo. Sus ideas están, en principio, en contraposición con el sistema capitalista actual, que está basado en la explotación de recursos escasos, con la maximización del beneficio y, por mucho que algunos gobiernos u organismos prediquen, sin prestar apenas atención a la sostenibilidad. Ni a la sostenibilidad de los recursos naturales ni de los seres humanos.
Los recursos materiales son objeto de uso y abuso por parte de la mayoría de las compañías. En la mayoría de los casos lo máximo que se establece son unas normas medioambientales que imponen el concepto de que quien contamina paga, y ni siquiera los cánones o sanciones establecidas son lo suficientemente rigurosas como para desincentivar el deterioro causado al medio ambiente. Pero excluyendo casos aislados, como parques, reservas naturales o especies en peligro de extinción, apenas podemos encontrar normativa legal ni ética que regule un uso razonable de los recursos naturales.
El abuso también se da en el uso del factor humano. La mano de obra es en su mayoría de quita y pon, prescindible y supeditada a que exista un beneficio, al capitalismo más exacerbado. En momentos como el de crisis total que estamos viviendo ahora es cuando esta vulnerabilidad de los derechos de las personas, en tanto que trabajadores y en tanto que personas, se hace más evidente. Los despidos se hacen de manera masiva, de un día para otro y los gobiernos ponen todas las facilidades para que así sea, cualquier acción en sentido contrario es criticada y tildada como ineficiente para el mercado de trabajo y una intromisión en el libre funcionamiento del mercado laboral, es decir, en la mercantilización del ser humano por un salario, de subsistencia en muchos casos.
Por las razones anteriores la economía azul es un intruso en el sistema capitalista, pues, tal como se propone en la mente de Pauli, es una oveja negra en el rebaño capitalista. Por qué? No porque reniegue de la obtención de un beneficio, todos los proyectos que se han puesto en marcha bajo el auspicio de la economía azul buscan la rentabilidad, pero también la sostenibilidad, el uso eficiente de los recusos naturales, la creación y el manteniemiento del empleo y el uso de tecnologías basadas en los procesos que ofrece la naturaleza. Son quizás demasiadas variables a tener en cuenta para el 99,99% de las empresas que operan en el mercado hoy en día, muchas de ellas por falta de conocimientos, otras por falta de interés, porque lo que les da beneficio ahora mismo es lo que funciona y por qué cambiar y muchas otras porque ceder a esas nuevas premisas sería perder ventajas competitivas y poner a casi todos los competidores en las mismas condiciones de igualdad.
Porque efectivamente, la filosofía de la economía azul es universal, es aplicable a cualquier país y a cualquier economía, no entiende de idiomas ni de razas, porque se basa en las leyes de la física y éstas son las mismas en todo el globo terráqueo. Y dado que esas leyes se pueden aplicar indistintamente en Colombia, que en Buthan que en los Estados Unidos, ay amigo! ahí abrimos la puerta a la igualdad de oportunidades, o dicho de otro modo, a la pérdida de privilegios. Y eso no interesa ni a las grandes empresas, ni a los gobiernos del primer mundo ni a los negocios que simplemente obtienen un beneficio y piensan que más vale pájaro en mano y que además les ha costado mucho llegar hasta aquí para apearse ahora del caballo supuestamente ganador.
La llamada economía verde no tuvo que enfrentarse a este dilema, ya que estaba en perfecta consonancia con el sistema capitalista actual. Simplemente se trataba de abordar proyectos que utilicen energías renovables pero usando, ahí está el quid de la cuestión, medios de producción (tecnología, materias primas, manos de obra) no renovables. Ese es su talón de aquiles. Y por eso la economía verde, por sí sola, no es rentable y necesita de subvenciones (impuestos onerosísimos que pagamos todos los ciudadanos) para poder funcionar, de lo contrario las pérdidas serían tan elevadas que no tendrían cabida en el mercado.
La economía verde no es sostenible por sí sola, porque no es eficiente (tomando como medida de eficiencia, obviamente, la de la producción no verde, la contaminante y esquilmadora, que claramente sale mucho más barata). Sin embargo, la economía azul no tiene ese problema y esa es su gran ventaja. Al estar basada en el aprovechamiento eficiente y retroalimentado de los recursos naturales mediante la aplicación de las leyes físicas naturales, las que rigen el mundo, no requiere de complejas tecnologías y costosísimas inversiones. Siempre trata de aprovechar en cada lugar y en las condiciones del entorno los recursos de la mejor manera posible. En el desierto del Sahara nadie puede pensar en obtener energía eléctrica con los saltos del agua, pero en Colombia sí. Pero en el desierto se pueden crear plantaciones usando el agua del mar porque esa está cercana, como se muestra en el vídeo antes comentado.
Así que en sus propios principios la economía azul lleva su maldición y su bendición. La maldición es que gobiernos y empresas le harán el vacío, salvo casos de extrema necesidad, donde otras soluciones ya no tienen cabida. La bendición es que el mundo se está yendo por el retrete y algunas personas, muchas desesperadas porque no consiguen un puesto de trabajo, están dispuestos a aportar su granito de arena para poner en marcha negocios bajo el auspicio del nuevo paradigma económico de Pauli. Y la buena noticia es que no están solos, porque Gauli es uno de esas personas con capacidad de liderazgo y con rasgos filantrópicos, pues su plan consiste en extender su visión de la economía sostenible a todos los rincones del planeta, a todas las culturas y, lo más importante, a todo aquel que lo necesite. Su asesoramiento y supervisión están a disposición de cualquiera, creando una red de economistas azules, por así decirlo, por toda la geografía planetaria. Ahí radica la viabilidad de sus ideas, en su practicidad y su puesta en marcha. Su esperanza es que se extienda como un virus, que muchos pequeños proyectos, den lugar a proyectos más grandes y que unos pocos proyectos grandes lleven a muchos colosales negocios. Su futuro radica en una cuestión de fe, o quizás de necesidad, la necesidad de buscar un sistema más respetuoso con la naturaleza, la cultura y la vida de las personas.
Por último, la economía azul sienta sus bases en la colaboración multidisciplinar de economistas, físicos, biólogos y expertos de otros áreas del conocimiento. Cada idea, cada proyecto requiere del estudio y el análisis de todos esas ramas de la ciencia, no es un juego de improvisación, es real y es factible. Quiere usted participar de la economía azul? Póngase en contacto con los amigos de Gunter Pauli en su país, le recibirán con los brazos abiertos. De hecho, hace unas semanas el propio Pauli esuvo de gira por España, dando conferencias y promocionando sus teorías y prácticas, una buena ocasión para todo aquel que quiera tirar en otra dirección distinta a la manida, sobre todo teniendo en cuenta que ya está funcionando y muy bien en algunos casos.
El principal obstáculo de la propuesta de Pauli es el status quo. Sus ideas están, en principio, en contraposición con el sistema capitalista actual, que está basado en la explotación de recursos escasos, con la maximización del beneficio y, por mucho que algunos gobiernos u organismos prediquen, sin prestar apenas atención a la sostenibilidad. Ni a la sostenibilidad de los recursos naturales ni de los seres humanos.
Los recursos materiales son objeto de uso y abuso por parte de la mayoría de las compañías. En la mayoría de los casos lo máximo que se establece son unas normas medioambientales que imponen el concepto de que quien contamina paga, y ni siquiera los cánones o sanciones establecidas son lo suficientemente rigurosas como para desincentivar el deterioro causado al medio ambiente. Pero excluyendo casos aislados, como parques, reservas naturales o especies en peligro de extinción, apenas podemos encontrar normativa legal ni ética que regule un uso razonable de los recursos naturales.
El abuso también se da en el uso del factor humano. La mano de obra es en su mayoría de quita y pon, prescindible y supeditada a que exista un beneficio, al capitalismo más exacerbado. En momentos como el de crisis total que estamos viviendo ahora es cuando esta vulnerabilidad de los derechos de las personas, en tanto que trabajadores y en tanto que personas, se hace más evidente. Los despidos se hacen de manera masiva, de un día para otro y los gobiernos ponen todas las facilidades para que así sea, cualquier acción en sentido contrario es criticada y tildada como ineficiente para el mercado de trabajo y una intromisión en el libre funcionamiento del mercado laboral, es decir, en la mercantilización del ser humano por un salario, de subsistencia en muchos casos.
Por las razones anteriores la economía azul es un intruso en el sistema capitalista, pues, tal como se propone en la mente de Pauli, es una oveja negra en el rebaño capitalista. Por qué? No porque reniegue de la obtención de un beneficio, todos los proyectos que se han puesto en marcha bajo el auspicio de la economía azul buscan la rentabilidad, pero también la sostenibilidad, el uso eficiente de los recusos naturales, la creación y el manteniemiento del empleo y el uso de tecnologías basadas en los procesos que ofrece la naturaleza. Son quizás demasiadas variables a tener en cuenta para el 99,99% de las empresas que operan en el mercado hoy en día, muchas de ellas por falta de conocimientos, otras por falta de interés, porque lo que les da beneficio ahora mismo es lo que funciona y por qué cambiar y muchas otras porque ceder a esas nuevas premisas sería perder ventajas competitivas y poner a casi todos los competidores en las mismas condiciones de igualdad.
Porque efectivamente, la filosofía de la economía azul es universal, es aplicable a cualquier país y a cualquier economía, no entiende de idiomas ni de razas, porque se basa en las leyes de la física y éstas son las mismas en todo el globo terráqueo. Y dado que esas leyes se pueden aplicar indistintamente en Colombia, que en Buthan que en los Estados Unidos, ay amigo! ahí abrimos la puerta a la igualdad de oportunidades, o dicho de otro modo, a la pérdida de privilegios. Y eso no interesa ni a las grandes empresas, ni a los gobiernos del primer mundo ni a los negocios que simplemente obtienen un beneficio y piensan que más vale pájaro en mano y que además les ha costado mucho llegar hasta aquí para apearse ahora del caballo supuestamente ganador.
La llamada economía verde no tuvo que enfrentarse a este dilema, ya que estaba en perfecta consonancia con el sistema capitalista actual. Simplemente se trataba de abordar proyectos que utilicen energías renovables pero usando, ahí está el quid de la cuestión, medios de producción (tecnología, materias primas, manos de obra) no renovables. Ese es su talón de aquiles. Y por eso la economía verde, por sí sola, no es rentable y necesita de subvenciones (impuestos onerosísimos que pagamos todos los ciudadanos) para poder funcionar, de lo contrario las pérdidas serían tan elevadas que no tendrían cabida en el mercado.
La economía verde no es sostenible por sí sola, porque no es eficiente (tomando como medida de eficiencia, obviamente, la de la producción no verde, la contaminante y esquilmadora, que claramente sale mucho más barata). Sin embargo, la economía azul no tiene ese problema y esa es su gran ventaja. Al estar basada en el aprovechamiento eficiente y retroalimentado de los recursos naturales mediante la aplicación de las leyes físicas naturales, las que rigen el mundo, no requiere de complejas tecnologías y costosísimas inversiones. Siempre trata de aprovechar en cada lugar y en las condiciones del entorno los recursos de la mejor manera posible. En el desierto del Sahara nadie puede pensar en obtener energía eléctrica con los saltos del agua, pero en Colombia sí. Pero en el desierto se pueden crear plantaciones usando el agua del mar porque esa está cercana, como se muestra en el vídeo antes comentado.
Así que en sus propios principios la economía azul lleva su maldición y su bendición. La maldición es que gobiernos y empresas le harán el vacío, salvo casos de extrema necesidad, donde otras soluciones ya no tienen cabida. La bendición es que el mundo se está yendo por el retrete y algunas personas, muchas desesperadas porque no consiguen un puesto de trabajo, están dispuestos a aportar su granito de arena para poner en marcha negocios bajo el auspicio del nuevo paradigma económico de Pauli. Y la buena noticia es que no están solos, porque Gauli es uno de esas personas con capacidad de liderazgo y con rasgos filantrópicos, pues su plan consiste en extender su visión de la economía sostenible a todos los rincones del planeta, a todas las culturas y, lo más importante, a todo aquel que lo necesite. Su asesoramiento y supervisión están a disposición de cualquiera, creando una red de economistas azules, por así decirlo, por toda la geografía planetaria. Ahí radica la viabilidad de sus ideas, en su practicidad y su puesta en marcha. Su esperanza es que se extienda como un virus, que muchos pequeños proyectos, den lugar a proyectos más grandes y que unos pocos proyectos grandes lleven a muchos colosales negocios. Su futuro radica en una cuestión de fe, o quizás de necesidad, la necesidad de buscar un sistema más respetuoso con la naturaleza, la cultura y la vida de las personas.
Por último, la economía azul sienta sus bases en la colaboración multidisciplinar de economistas, físicos, biólogos y expertos de otros áreas del conocimiento. Cada idea, cada proyecto requiere del estudio y el análisis de todos esas ramas de la ciencia, no es un juego de improvisación, es real y es factible. Quiere usted participar de la economía azul? Póngase en contacto con los amigos de Gunter Pauli en su país, le recibirán con los brazos abiertos. De hecho, hace unas semanas el propio Pauli esuvo de gira por España, dando conferencias y promocionando sus teorías y prácticas, una buena ocasión para todo aquel que quiera tirar en otra dirección distinta a la manida, sobre todo teniendo en cuenta que ya está funcionando y muy bien en algunos casos.
pues todo lo que dice es muy interesante, sobre todo el de no explotar los recursos.
ResponderEliminarInteresante y real, hablamos de proyectos que funcionan, nada de castillos en el aire
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