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jueves, 9 de mayo de 2013

Helloween - better than raw (1998)














  1. "Deliberately Limited Preliminary Prelude Period in Z" – 1:44 (M: Kusch)
  2. "Push" (M: Kusch L: Deris, Kusch, Weikath) – 4:48
  3. "Falling Higher" (M: Weikath L: Deris, Weikath) – 4:48
  4. "Hey Lord!" (M: Deris L: Deris) – 4:08
  5. "Don't Spit on My Mind" (M: Deris, Grosskopf L: Deris) – 4:26
  6. "Revelation" (M: Kusch L: Deris) – 8:23
  7. "Time" (M: Deris L: Deris) – 5:44
  8. "I Can" (M: Weikath L: Deris, Weikath) – 4:41
  9. "A Handful of Pain" (M: Kusch L: Deris) – 4:49
  10. "Laudate Dominum" (M: Weikath L: Weikath) – 5:11
  11. "Midnight Sun" (M: Weikath L: Weikath) – 6:21




Lo que hace realmente grande a la música no es sólo que entretenga y provoque sensaciones incréibles, es que llega a formar parte de nuestra vida, interiorizamos sonidos y canciones que se fusionan con nuestras vivencias y sentimientos. Eso hace que a veces una canción cobre un significado especial y produzca unas emociones que no generan otras composiciones más elaboradas o complejas.

Eso es lo que me pasa un poco con este disco, me recuerda una época y unos momentos especiales y eso hace que le tenga una consideración especial. Aparte de eso hay que decir que posiblemente estemos ante el disco más cañero de Helloween de todos los tiempos, y no confundir aquí caña con velocidad, la fuerza y la agresividad se mide por más parámetros que sólo la velocidad. Por ejemplo, en este disco encontramos a un Deris muy suelto, como si por una vez se hubiese quitado de encima la alargada y negra sombra del egocéntrico Kiske. Canta de manera muy agresiva, rasgada en algunos temas, parece por momentos un predicador encolerizado con sus fieles, no sólo se dedica a lanzar agudos imposibles y ridículos como hace en la mayoría de sus discos, sino que en este caso los introduce con acierto, cuando realmente lo reclama la canción. Sin duda, la mejor interpretación de Deris con Helloween, se podría decir que por una vez impone su estilo propio y la bestia no se lo come a él sino al revés. En el siguiente disco, The dark ride, seguiría por esta línea, no es tan agresivo pero si más oscuro y a mi me gusta, pero se ve que a la productora y a los fans de toda la vida no les hizo mucho tilín y ahí se acabó la inspiración. Después de dos discos buenos volvieron a la poweratada barata de siempre, pienso para el ganado.

Después de una intro bastante elaborada, el disco se inicia con una explosión sónica brutal con el tema Push, tema que se podría clasificar incluso dentro del género del thrash, por su velocidad y agresividad, tanto en las guitarras contundentes y sucias como la voz endurecida de Deris. Recuerdo que la primera vez que lo escuché me dejó impactado por su ferocidad y por lo diferente que sonaba a toda la mierda pastelera de Helloween que había escuchado hasta entonces. El solo sencillo pero efectivo y veloz le queda muy bien.

Con Falling higher seguimos un poco la tendencia de la anterior pero relajando ya un poco el nivel de ferocidad exhibido en el inicio del disco, aquí ya no podemos hablar de thrash pero si de un tema aguerrido y en el que Deris sigue mostrando matices hasta entonces inéditos.

Hey Lord y  Don't spit on my mind son temas muy parecidos, de calidad, que mantienen el nivel del disco, con una dureza claramente por encima de la media de lo que uno se espera de los pasteleros estos. Y llegamos al que es para mi el temazo del disco, Revelation comienza como lo que parece ser una balada o como mucho un medio tiempo hasta que se desata la tempestad y caemos por momentos, como en el primer tema, en brazos del heavy sin concesiones e incluso de riffs de claro corte thrashero, con un Deris saliéndose de sus casillas y tu rezando para que siga por esa senda y nunca encuentre el camino de retorno a la cordura. Los solos se suceden y la adrenalina se dispara.

Después de quemar todas las naves, quedan los rescoldos y el bajón de intensidad es obligado. Time y I can son temas bastante estándar, escuchables pero nada especial. Con Handful of rain volvemos a retomar el camino de las emociones fuertes, es quizás el tema más en la onda de lo que sería su siguiente disco, con una atmósfera muy oscurilla y de nuevo con un Deris más en plan profeta enrabietado que loca de pantacas de cuero y pelo teñido.

Con Laudate Dominum tocamos fondo, un tema básicamente prescindible, el más estereotipado de todos los del disco, podría estar incluído en cualquier disco previo de los germanos y no desentonaría en absoluto, totalmente prescindible para mi gusto, afortunadamente lo han puesto al final y no entorpece demasiado la escucha del disco. El disco se cierra con Midnight Sun recuperando un poco las buenas sensaciones que nos ha dejado el disco en líneas generales. De todas formas, si quitasen los 2 o 3 temas más flojos creo que el disco quedaría mucho más solido, pero esto es lo que hay. Como digo, en su día me sorprendió gratamente por la agresividad y potencia de que hacían gala, olvidándose del mamón de Kiske y sus poweratadas varias. Escuchado 15 años después de su lanzamiento las sensaciones siguen siendo las mismas, o más acentudas si cabe, teniendo en cuenta el material altamente radiactivo que estos tios llevan publicando desde hace varios años. A veces hay que saber cuando cambiar de rollo para no caer en el ridículo.

2 comentarios:

  1. esto es deja vu, iba a escribir mañana una crítica de este disco

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  2. Jaja que bueno, pero la puedes escribir igual, a ver que opinión te merece a ti

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