Esta es la opinión que respecto a Internet y las redes
sociales lanzaba el erudito, eso dicen de él, Umberto Eco. Bien, yo no tengo el
gusto de conocer personalmente a este señor, sólo sé de él que en su día
escribió una gran obra, genial novela, que llevaba por título “El nombre de la
rosa”. Aparte de esa novela he leído un par de libros más que me han parecido
un tostón insoportable en un caso y digerible en el otro, aunque sin ser
ninguna maravilla.
Pero dejando aparte su erudición, en una entrevista que le realizaban recientemente decía cosas muy sensatas y muy razonables. Respecto
a su opinión sobre Internet la comparto al 100%. Internet se ha convertido en
una constante en la vida de las personas y en nuestra sociedad. Es una fuente
de información, aunque también puede serlo de desinformación y un montón de
cosas más que dan miedo sólo de pensarlas. Digamos que en sí misma la red no es
mala, es malo el uso y las expectativas que la gente hace de ella.
Pienso, como Umberto, que Internet no hace más sociable a
las personas, ni las quita de su soledad, por supuesto siempre hablando en términos
generales, seguro que hay algún fiera que hace amigos hasta cuando juega al
solitario. Pero en general, si una persona es solitaria seguirá siéndola, por
contra, el que tiene muchos amigos no necesita de Internet para hacer más y muy
probablemente no los haga, sino que sólo lo use como una forma de combatir el
tedio en un momento determinado. Internet es una máscara detrás de la cual se
ocultan nuestros pecados, nuestros faltas, Internet y las redes sociales son un
mundo aparte, un mundo virtual, mitad realidad y mitad fantasía, siendo esa proporción susceptible de importantes variaciones en uno u otro sentido. Internet
potencia la mentira y el engaño que ya van implícitos en la condición humana, a
la par que exacerba el egoísmo que todos llevamos dentro y que nos lleva, sin
ningún género de dudas, a poner nuestros intereses por encima de los de los demás.
Por eso en Internet las personas, casi siempre, mienten más que hablan. Y por
eso, en su vertiente social, Internet sólo puede ser en un porcentaje muy alto un mundo irreal y de
fantasía, que cuando se trata de trasponer a la calle nos da más palos que alegrías.
Pero con un ejemplo sencillo, como decía mi profesor de Física, puedo expresar mejor lo que
quiero decir. Imaginemos un chat de los miles que pululan por la red, una
conversación entre un supuesto hombre (de 45 años) y una mujer (de 35 años):
El: Hola
Ella: Hola
El: Qué haces?
Ella: Nada, y tú?
El: Nada. Cuántos años tienes?
Ella: 28 y tú?
El: 33, casi somos de la misma edad (joer, menuda niña, casi puedo ser su padre)
Ella: Bueno, casi...(si supiera los que tengo)
El: Trabajas?
Ella: Sí, en una oficina, llevo la gestión de residuos
El: Ah, o sea, que trabajas en temas medioambientales?
Ella: ehhh, si, si... (joer si supiera que soy la de la limpieza). Y tú en qué trabajas?
El: Soy empresario, tengo mi propia empresa (joer si supiera que estoy en paro y me dedico a hacer pulseritas de cuero para vender a 2 euros la pieza)
Ella: Caray, y qué tal va el negocio? porque con la crisis...
El: Pues mira, este mes he subido las ventas (he vendido 3 pulseras más que el mes pasado, claro que el mes pasado no vendí ni una)
Ella: Qué suerte!
El: Bueno, no es suerte, sino trabajo, mucho trabajo. Oye, tienes pareja?
Ella: No, y tú?
El: Tampoco (bueno, después de 25 años casado con la misma eso ya no se puede considerar una pareja, es más bien un contrato indefinido). Oye, y cómo eres? A mi me gustan las rubias
Ella: Soy rubia y bastante guapa (tendré que teñirme el pelo, dejar las gafas de culo de vao en casa, aunque no vea un pijo, y ponerme los tacones de aguja extra) Y tú?
El: Yo? Pues dicen que soy bastante apuesto (por lo menos eso dice mi madre, tendré que arreglarme el pelo y comprarme ropa nueva, a ver si así arreglo un poco esta facha, y contener la respiración todo el rato para disimular la barriga cervecera)
Ella: Seguro que lo eres (dios mío, este es mi príncipe azul)
El: Te apetece que quedemos a cenar este viernes?
Ella: Bufff, lo tengo un poco complicado, no sé si podré (venga, insiste, no seas memo, si no tengo nada que hacer, joder)
El: Bueno, te pensaba invitar al asador donostiarra..., además, el dueño es muy amigo mío y nos daría un sitio especial (joer, me voy a pulir una pasta entre el peluquero, el traje y la pitanza de lujo, pero una rubia veinteañera y de buena posicion bien lo vale, qué coño!)
Ella: Mmmm, tendría que anular algún compromiso, pero creo que podría (joer, el asador! me tendré que comprar un vestido y zapatos nuevos, no puedo ir con los harapos que tengo en el armario, además la primera impresión es fundamental. Y tendré que leerme algo sobre ecología y esas chorradas de cuidar la naturaleza, dios, y si me quiere contratar para gestionar el tema en su empresa?) Oye, creo que no te lo he preguntado, tu empresa a qué se dedica?
El: Marroquinería, curtido y transformación de pieles, de hecho el medioambiente para nosotros es fundamental (joer, donde me estoy metiendo, tendré que buscar en internet sobre los pinos y esas cosas)
Ella: Ah, que interesante (buffff me va a pillar, no tengo ni idea, seguro que me quiere contratar!)
El: Incluso te podria contratar si eres una buena profesional, lo cual no dudo ni por un instante.
Ella: (joder, lo sabía, estoy perdida, adiós a mi príncipe) Pero es que yo estoy muy contenta con mi trabajo, y además tengo un buen sueldo...
El: Eso no es problema, te duplicaría el sueldo, sea el que sea (toma farol jajajaja a ver si se resiste después de esa, la tengo en el bote)
Ella: Bueno, ya lo hablaremos en la cena (bufff tendré que ver si los de CCC tienen un curso intensivo, estas ocasiones sólo se presentan una vez en la vida, que le den a la jodida fregona!)
El: Oye, te parece que me pase a recogerte en tu casa con mi Porsche? (tendré que ir al concesionario a probar uno y luego pedirle a Juan el Largo que lo devuelva mientras yo ceno con la piva esta).
Ella: Tienes un Porsche?
El: Sí, y un Ferrari también, pero ese lo tengo en mi chalet de Barcelona (el Ferrari si que no me lo dejan probar ni de coña)
Ella: Vaya, vaya, qué clase tienes!
El: Lo sé, nena, lo sé (lo dicho, en el bote, va a comer de mi mano) Bueno, entonces en tu casa a las 8 y luego vamos al asador?
Ella: Mejor nos vemos delante del Museo del Prado, me gusta visitarlo todos los viernes (si se entera que vivo en Vallecas estoy acabada)
El: No hay problema (joer, tendré que buscar algo sobre esas mamonadas de pintura también, como me saque el tema de los putos cuadros me quedo con el culo al aire, bueno, tengo 3 días para prepararme, como cuando iba al instituto, que le den a las pulseras estos días). A las 8, delante del Museo del Prado. OK.
Ella: Muy bien, caballero
El: Nos vemos, chata, digo señorita (cuida ese lenguaje, mamón, a ver si la vas a cagar por eso)
Ella: Hasta luego
El: Besos, rubia, muaaaaaaaaaaaaac
Ella: Un besito (vaya, parece que es efusivo cuando coge carrerilla...pero con un Porsche y un Ferrari tiene que ser todo un caballero)
Por supuesto, después de este monumental embolado la tragedia está servida, aunque quién sabe, el amor o la amistad pueden surgir donde menos se le espera. Por eso la gente sigue en Internet, porque es barato y nunca sabes quién te va a aparecer por el Facebook o el chat de turno y se crea la ilusión de que hablar con mucha gente equivale a tener muchas amistades o estar muy bien acompañado. Al final, el tiempo pone cada cosa en su sitio, pero cuando nada tienes nada pierdes, así que la pescadilla se muerde la cola compulsivamente, como se suele decir.
El: Hola
Ella: Hola
El: Qué haces?
Ella: Nada, y tú?
El: Nada. Cuántos años tienes?
Ella: 28 y tú?
El: 33, casi somos de la misma edad (joer, menuda niña, casi puedo ser su padre)
Ella: Bueno, casi...(si supiera los que tengo)
El: Trabajas?
Ella: Sí, en una oficina, llevo la gestión de residuos
El: Ah, o sea, que trabajas en temas medioambientales?
Ella: ehhh, si, si... (joer si supiera que soy la de la limpieza). Y tú en qué trabajas?
El: Soy empresario, tengo mi propia empresa (joer si supiera que estoy en paro y me dedico a hacer pulseritas de cuero para vender a 2 euros la pieza)
Ella: Caray, y qué tal va el negocio? porque con la crisis...
El: Pues mira, este mes he subido las ventas (he vendido 3 pulseras más que el mes pasado, claro que el mes pasado no vendí ni una)
Ella: Qué suerte!
El: Bueno, no es suerte, sino trabajo, mucho trabajo. Oye, tienes pareja?
Ella: No, y tú?
El: Tampoco (bueno, después de 25 años casado con la misma eso ya no se puede considerar una pareja, es más bien un contrato indefinido). Oye, y cómo eres? A mi me gustan las rubias
Ella: Soy rubia y bastante guapa (tendré que teñirme el pelo, dejar las gafas de culo de vao en casa, aunque no vea un pijo, y ponerme los tacones de aguja extra) Y tú?
El: Yo? Pues dicen que soy bastante apuesto (por lo menos eso dice mi madre, tendré que arreglarme el pelo y comprarme ropa nueva, a ver si así arreglo un poco esta facha, y contener la respiración todo el rato para disimular la barriga cervecera)
Ella: Seguro que lo eres (dios mío, este es mi príncipe azul)
El: Te apetece que quedemos a cenar este viernes?
Ella: Bufff, lo tengo un poco complicado, no sé si podré (venga, insiste, no seas memo, si no tengo nada que hacer, joder)
El: Bueno, te pensaba invitar al asador donostiarra..., además, el dueño es muy amigo mío y nos daría un sitio especial (joer, me voy a pulir una pasta entre el peluquero, el traje y la pitanza de lujo, pero una rubia veinteañera y de buena posicion bien lo vale, qué coño!)
Ella: Mmmm, tendría que anular algún compromiso, pero creo que podría (joer, el asador! me tendré que comprar un vestido y zapatos nuevos, no puedo ir con los harapos que tengo en el armario, además la primera impresión es fundamental. Y tendré que leerme algo sobre ecología y esas chorradas de cuidar la naturaleza, dios, y si me quiere contratar para gestionar el tema en su empresa?) Oye, creo que no te lo he preguntado, tu empresa a qué se dedica?
El: Marroquinería, curtido y transformación de pieles, de hecho el medioambiente para nosotros es fundamental (joer, donde me estoy metiendo, tendré que buscar en internet sobre los pinos y esas cosas)
Ella: Ah, que interesante (buffff me va a pillar, no tengo ni idea, seguro que me quiere contratar!)
El: Incluso te podria contratar si eres una buena profesional, lo cual no dudo ni por un instante.
Ella: (joder, lo sabía, estoy perdida, adiós a mi príncipe) Pero es que yo estoy muy contenta con mi trabajo, y además tengo un buen sueldo...
El: Eso no es problema, te duplicaría el sueldo, sea el que sea (toma farol jajajaja a ver si se resiste después de esa, la tengo en el bote)
Ella: Bueno, ya lo hablaremos en la cena (bufff tendré que ver si los de CCC tienen un curso intensivo, estas ocasiones sólo se presentan una vez en la vida, que le den a la jodida fregona!)
El: Oye, te parece que me pase a recogerte en tu casa con mi Porsche? (tendré que ir al concesionario a probar uno y luego pedirle a Juan el Largo que lo devuelva mientras yo ceno con la piva esta).
Ella: Tienes un Porsche?
El: Sí, y un Ferrari también, pero ese lo tengo en mi chalet de Barcelona (el Ferrari si que no me lo dejan probar ni de coña)
Ella: Vaya, vaya, qué clase tienes!
El: Lo sé, nena, lo sé (lo dicho, en el bote, va a comer de mi mano) Bueno, entonces en tu casa a las 8 y luego vamos al asador?
Ella: Mejor nos vemos delante del Museo del Prado, me gusta visitarlo todos los viernes (si se entera que vivo en Vallecas estoy acabada)
El: No hay problema (joer, tendré que buscar algo sobre esas mamonadas de pintura también, como me saque el tema de los putos cuadros me quedo con el culo al aire, bueno, tengo 3 días para prepararme, como cuando iba al instituto, que le den a las pulseras estos días). A las 8, delante del Museo del Prado. OK.
Ella: Muy bien, caballero
El: Nos vemos, chata, digo señorita (cuida ese lenguaje, mamón, a ver si la vas a cagar por eso)
Ella: Hasta luego
El: Besos, rubia, muaaaaaaaaaaaaac
Ella: Un besito (vaya, parece que es efusivo cuando coge carrerilla...pero con un Porsche y un Ferrari tiene que ser todo un caballero)
Por supuesto, después de este monumental embolado la tragedia está servida, aunque quién sabe, el amor o la amistad pueden surgir donde menos se le espera. Por eso la gente sigue en Internet, porque es barato y nunca sabes quién te va a aparecer por el Facebook o el chat de turno y se crea la ilusión de que hablar con mucha gente equivale a tener muchas amistades o estar muy bien acompañado. Al final, el tiempo pone cada cosa en su sitio, pero cuando nada tienes nada pierdes, así que la pescadilla se muerde la cola compulsivamente, como se suele decir.
Muy bueno, muy bueno. Tal cual. Aunque la gente ya tiene que saber en qué se mete. No se paran a pensar que lo que hace uno, lo hacen los demás?. Así hay decepciones, aunque otros acaban en boda...
ResponderEliminarLos caminos del Señor son inescrutables
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