Ese crecimiento tiene su reflejo también en la población china y en sus hábitos. Mal que bien, la renta per cápita va aumentando y con ello se van modificando las pautas de consumo de la población. Como es bien sabido, con rentas bajas la mayor parte del consumo se centra en bienes de primera necesidad (alimentos, ropa, medicinas...) y a medida que la renta va aumentando el consumidor destina un proporción cada vez mayor a bienes que cubren necesidades de segundo orden, como el ocio. La cesta de la compra china ha variado sustancialmente en los últimos 20 años. Se acabó el comer raíces o la corteza de los árboles, como en tiempos del dictador Mao. Se acabaron para muchos los cuencos de arroz y nada más. La población quiere y puede alimentarse mejor, demanda proteínas, especialmente más carne de cerdo.
El porcino chino no es precisamente reconocido por
su cuidado y el control de los procesos
A la vista de esta necesidad vital, y de la oportunidad de mercado subsiguiente, la Shuanghui International, el gigante chino del sector de la alimentación, ha adquirido la propiedad del mayor fabricante de cerdo del mundo, la estadounidense Smithfield Foods, pagando por ella la nada desdeñable cidra de 7.100 millones de dólares, a tocateja. El motivo básico es que la producción porcina en China es deficitaria, además de que existe una desconfianza entre la población sobre los controles de calidad en el sector de la alimentación. Por contra, el fabricante yanqui es uno de los más prestigiosos a nivel mundial en el cuidado y tratamiento de sus productos.
Productos del gigante norteamericano
Los chinos siguen en fase expansiva, no sólo a nivel de demanda interna, también por todo el mundo. La adquisición de grandes empresas extranjeras por parte de los chinos se inicia ya hace algunos años. En 2005 la empresa china Lenovo se hizo con el negocio de ordenadores personales de IBM, a pesar de la suspicacia en un sector tan sensible como el tecnológico. El Dalian Wanda Group compró por 2.600 millones de dólares la cadena de cines AMC Entertainment el año pasado. La constructora china CCD opera en EEUU desde hace tres décadas. En la última década, la inversión directa china en EEUU alcanzó los 54.000 millónes de dólares mediante adquisiciones y joint-ventures, cifra similar a la inversión directa de EEUU en China en 2010 y 2011 juntos.
Es el nuevo sistema de colonización chino, el del siglo XXI, que consiste en instalarse de manera inmediata en los países y economías de todo el mundo mediante la inversión directa a gran escala, y además te hacen la ola, sobre todo los gobiernos de turno. Pero no nos engañemos, los chinos son muy sutiles, no quieren cambiar y moldear el mundo a su antojo, al menos no de momento, lo suyo no es poner grandes corporaciones y países patas arriba, no. Nada de eso. Lo de ellos es controlar el mundo y parece que van por el buen (?) camino.
Por cierto, como curiosidad, la compra de la Smithfield Foods americana por parte de los comunistas-capitalistas chinos supone que, desde ya, la empresa Campofrío sea una empresa en manos del poder del dragón, ya que los americanos eran a su vez los máximos accionistas del fabricante anlcado en España. Globalización? Pues sí, el dinamismo del capital internacional, sin fronteras.
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