Los pequeños caramelos PEZ rectangulares vienen manteniendo
sin cambios su forma y apariencia únicas desde su aparición en 1927. Hoy día
están a la venta en una amplia variedad de sabores, al igual que como caramelos
de efecto efervescente o sin azúcar. Los caramelos PEZ no contienen gluten ni
tampoco componentes animales ni materias primas de origen animal.
Esto es lo que reza la página española de la empresa. La verdad es que como niño de los 80 poco me importaba que los caramelos tuvieran o no gluten o azúcar. Primero que me sabían a gloria y segundo que me pasaba horas jugando con los dispensadores de caramelos y sus famosos cabezones. Ahí reside el gran acierto y éxito de la marca. Con el tiempo se han ido incorporando más y más iconos sociales y culturales a la colección de PEZ, de forma que hoy en día se puede hablar de auténticos coleccionistas de la marca.
La historia de la marca comienza con el nacimiento de la empresa en 1927, en Austria para más señas. Sí, es una marca austríaca jeje a pesar de que los niños españoles pensábamos que lo de pez era un término castizo de toda la vida, aunque no le veíamos relación alguna con los caramelos. En concreto, el acrónimo PEZ proviene de la palabra
"Pfefferminz", que en alemán significa “menta”. El refrescante
caramelo, comercializado en pequeñas latas, encuentra por entonces un
recibimiento entusiasta entre la clase aristocrática. El padre de todos los dispensadores vió la luz en 1949, fue el primero de una larga saga que continúa hoy en día y tenía forma de mechero. En esa época era un producto que se encontraba en Alemania y Austria, aunque ya con reconocido prestigio y éxito en esos mercados.
Pero la eclosión mundial de la empresa se produce cuando abordan el mercado estadounidense. Además, con todo el acierto, utilizaron los iconos de Walt Disney y los niños cayeron rendidos a sus pies. Eran los años 60, en los 70 se introdujo en Japón. En España, que yo recuerde, tuvimos que esperar hasta los 80 o finales de los 70 para poder disfrutarlos.
El filme “E. T.“ (1982) es una de las películas comerciales
de más éxito de la historia. En una de sus escenas, Elliot enseña a E. T. a
manejar un dispensador PEZ, el cual interpreta así el papel de esa “preciada
posesión” con la que todo terrícola que se precie tiene ineludiblemente que
contar.
La leyenda dice que Ebay, la gran página de subastas a nivel mundial, debe su nacimiento a la marca PEZ, ya que la mujer del fundador era una gran coleccionista de estos dispensadores y creó una página para intercambiarlos, que luego derivaría en lo que hoy es el monstruo de las subastas online. Cierto o no, la verdad es que PEZ ha sido inspirador de muchos sueños de niños y mayores, pero sobre todo su éxito bebe de inspirarse en los éxitos de terceros, E.T. como ya hemos comentado, la Guerra de las Galaxias, Disney, etc. Un concepto de caramelo que debe el éxito de su imagen a la adopción de la imagen exitosa de otras marcas, así de simple y así de genial. Las cosas simples, casi siempre son las más difíciles de crear.
A día de hoy el Grupo PEZ es una empresa de rango
internacional que opera en los dos hemisferios e incluye, junto a Europa y los
Estados Unidos, a Japón y Australia entre sus mercados más importantes. En
conjunto, los productos PEZ se comercializan en más de 80 países. Cada año se
fabrican aproximadamente unos 65 millones de dispensadores y 4200 millones
de caramelos. En todo el mundo trabajan para PEZ 700 empleados. Junto a los ya
clásicos caramelos y dispensadores, la cartera de productos PEZ comprende
también paquetes de regalo diversos de dispensadores y caramelos, productos de
temporada (Pascua, Navidad, Halloween), gominolas y caramelos de glucosa y
efervescentes.
PEZ refleja el éxito de una idea sencilla y también el logro de mantener esa idea fresca y de manera exitosa a lo largo de generaciones. Cómo? Haciendo lo que saben hacer: dispensadores para los caramelos de toda la vida, nada de condones ni flotadores para la playa.
por favor, levantemonos y saquemonos el sombrero, caramelos pez, auténticamente genuinos, quién no tuvo uno de los peces.... es que no tuvo infancia.
ResponderEliminarjajajajaj Sin duda, una infancia sin los Pez es na auténtica locura
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