Si les hablo de la Sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb), posiblemente muchos de ustedes piensen que estamos hablando de una ONG o algo así. Nada más lejos de la realidad, o quizás no tanto. La Sareb es lo que se ha dado en llamar el banco malo, es decir, una entidad creada y dotada mayoritariamente con fondos públicos con el fin de purgar los activos inmobiliarios, tóxicos cual garrapata, que lastraban las cuentas de algunos bancos, derivados de la burbuja inmobiliaria.
Lo que ha comprado la Sareb son dos cosas:
1) Activos inmobiliarios: viviendas y suelo. En total, 76.357 vivindas vacías, 14.859 terrenos y 6.293 viviendas alquiladas
2) Préstamos. La Sareb se ha hecho cargo de 61.702 préstamos sobre inmuebles terminados, 8.642 para la compra de suelo, 3.924 para obras en curso y 16.350 para otras cosas, seguramente igual de tóxicas o más.
Entre los bancos que han vendido estos activos a la Sareb encontramos a Bankia, Catalunya Banc, NCG Banco, Banco de Valencia, Banco Mare Nostrum, Liberbank, Caja3 y Ceiss, es decir, bancos que han sido nacionalizados porque estaban que se caían. Todos conocemos la historia de Rato y su gran Bankia; bien, pues la de los otros bancos siguen una trayectoria similar, pero sin tanto renombre.
En el accionariado de la Sareb existen algunas empresas privadas (Santander, Mapfre, Iberdrola, por citar algunas) que han aportado en total 1200 millones de euros, una minucia comparado con los 55.000 que se estimaban necesarios para que el banco malo llevase a cabo su cometido. Cómo se ha conseguido ese capital inmenso? Pues mediante la emisión de deuda pública, claro. Deuda pública que no se contabiliza como parte del déficit público pero que estamos pagando todos los españoles con el sudor de nuestra frente (tradúzcase como impuestos y más impuestos).
Lo bueno y lo malo
La gran pregunta que surge es: y esto del banco malo vale para algo o es una engañifa, una tomadura de pelo?
Bien, como casi todo en la vida, la respuesta no es blanco ni negro. Veamos. El lado bueno del asunto es que la Sareb ha comprado a los bancos todos esos activos con un descuento del 63% en caso de las viviendas y del 45% en el caso de los préstamos, a tocateja. Esto, en principio le daría un margen bastante importante para obtener generosos beneficios, dicen. Al mismo tiempo, al eliminar esos activos tóxicos de sus cuentas, los bancos mal gestionados se sanean y ganan liquidez por una doble vía: no tienen que dotar provisionar millonarias contra posibles pérdidas (valor real de mercado) y reciben una inyección de liquidez importante que pueden destinar a lo que es su negocio, prestar dinero.
Otro aspecto positivo es que la Sareb si tiene que vender esos activos, a un precio inferior al que pretendían los bancos, que no querían asumir esas perdidas en sus cuentas. Esto debería poner en el mercado viviendas a un precio más razonable, más acorde con los tiempos, aunque hay quien se queja de que si van a deprimir los precios, que tal y que cual. Lo que está claro es que esas viviendas no se pueden vender a precios de burbuja, como se pretendía. Ahora no queda otro remedio que bajar el listón.
Lo malo viene por el lado de la operativa. La Sareb cuenta con 100 empleados, cuando inicalmente se pensaba que tendría 200 y se reconoce que para hacer bien su labor le harían falta 3000! Por eso, la Sareb recurre a los comerciales de los bancos a los que ha comprado los activos tóxicos, para que vendan lo que antes era su basura. Esto puede dar lugar a desajustes entre los que se quiere y lo que se consigue.
Se ha fijado un plazo de 15 años para vender o liquidar esos activos. En el potencial beneficio que hablábamos antes se cuenta con que esos activos se han comprado a un precio muy inferior al que costaron originariamente, pero es que el sector inmobiliario está hecho una ruina, el resto de la economía también. Corolario: es muy posible que en 15 años no se recuperen los precios o que incluso sigan bajando. La demanda interna está débil, sin pulso, y el parque de viviendas vacías en España es exageradamente alto.
Pero además, hay que tener en cuenta los que nos cuesta el banco malo: los intereses de la deuda y su amortización. Permítanme que dude que la plusvalía que se genere, si se genera, por la venta de viviendas dé para pagar esa enorme deuda. Ya lo veremos. Por lo pronto, la Sareb ha prometido una rentabilidad anual del 14% a sus accionistas.
Y dentro de lo negativo tenemos también otros pequeños detalles, o no tan pequeños. Por ejemplo, asumir la titularidad de préstamos hipotecarios o la propiedad de viviendas vacías o en construcción o alquiler, supone en muchos casos hacerse cargo de litigios o de la gestión de activos sobre los que existen unos derechos e intereses creados por parte de sus compradores, por no hablar del tema deshaucio. Es decir, se heredan unos marrones del pasado que ya veremos cómo se gestionan, aunque es difícil hacerlo peor que los bancos privados, pero muy fácil hacerlo igual de mal que ellos. Tendrá el banco malo algún tipo de sensibilidad en este tema? Lo dudo.
Otra de las minucias es que la presidenta de la Sareb, Belén Romana, cobrará etse año un modesto sueldo de casi 500.000€, lo máximo que está permitido en el caso de bancos nacionalizados, como si fuera poco. Personalmente me parece una vergüenza, pero como en este país somos tan gilipollas nadie le presta atención a estas limosnas.
los bancos.... de verguenza los sueldos que cobran.
ResponderEliminaryo los ponía a todos a fregar suelos con 1000 euros al mes
EliminarQue esperabamos?? siempre nos tocará pagar a los mismos, los bancos se limpian de su basura y la pagamos el resto de los humanos a través de deuda pública...., como todo lo que se ha hecho hasta ahora y aun no está todo visto. Luego viene mamá Merkel y como nos pasamos con el déficit, pues más recortes....
ResponderEliminarY aún presumen de política económica...deberían crear también un Parlamento malo y meter ahí a todos estos cafres.
EliminarMe alegra verte por el club financiero ;)