Madrid 71 - Barcelona 72
El partido de ayer no pasará a la historia por sus jugadas
espectaculares, que apenas las hubo, pero sí por su intensidad y su épica. El
Barca consigue empatar la eliminatoria y hacer justicia después del robo que los del silbato perpetraron el
domingo pasado.
Y no fue fácil conseguirlo. Durante los tres primeros
cuartos, sobre todo los dos primeros, el Barcelona estuvo muy espeso en ataque,
atascadísimo y siempre por detrás en el marcador. Mérito hay que reconcerle,
sin duda, a la defensa del Madrid, muy intensa y con gran movilidad. Pero
también hay que reconocer que el Barca carecía de frescura e ideas en ataque,
ni siquiera Navarro encaraba el aro. Especialmente preocupante es la actuación
de los jugadores interiores del Barca. Tomic sigue sin aparecer en la serie,
cuando debería ser un factor desequilibrante, y Lorbek lo hace a ratos. Quizás
el más inspirado sea el griego Mavro, que desde que llegó al Palau está
haciendo méritos para su ampliación de contrato o al menos ponérselo difícil a
la directiva. Mavro fue determinante en la fulminante y épica remontada del
Barca en el último cuarto, demostrando que no sólo es una amenaza en la pintura
sino también desde fuera, algo que se cotiza al alza en el basket moderno,
jugadores versátiles, capaces de jugar en múltiples posiciones.
Fue un partido eminentemente defensivo y la defensa 2-3 de
Pascual en la segunda mitad del partido secó completamente al Madrid, al menos
a ratos. El Barca se acercaba pero después de cada tiempo muerto el Madrid
volvía a dar otro arreón y parecía casi misión imposible que el Barca se
llevará el partido con lo que costaba meter cada canasta. Pero es en esos
momentos cuando aparecen los grandes jugadores, y Wallace y Mavro, con sendos
triples vitales, hicieron justicia en Madrid. Wallace es un tío estelar, pero
cuando quiere, y el Madrid le pone mucho, sólo hay que recordar la final del
año pasado y su soberbia actuación en el cuarto partido. Y de Mavro alabo su
sangre fría y desperpajo, por supuesto la calidad hay que tenerla, y la tiene,
porque si no sólo eres un osado. Marcelinho estuvo en Madrid pero nadie se
enteró de su presencia, lo mismo que Ingles (sigo sin entender porque no juega
Abrines, salvo que sea por problemas físicos).
Por su parte, el Madrid no tuvo tampoco un día fino en ataque. El mejor para los blancos fue Felipe Reyes, una auténtica pesadilla en ataque, tanto cogiendo rebotes como enchufándolas desde todas las posiciones, se merendó a Tomic y a Lorbek. Mirotic soló dió fogonazos, lo mismo que Carroll, Rudy, etc. Sacando a Reyes, el Madrid no fue capaz de mantener una línea regular en ataque y la defensa en zona se le atragantó durante mucho tiempo.
Las mejores noticias para el Barca son que recupera la
ventaja de campo y tiene ahora la posibilidad de sentenciar la final en su
cancha, aunque no va a ser fácil y se intuyen partidos igual de igualados que
estos dos últimos. La otra nota positiva es que si el Barca es capaz de ganar
en Madrid con un Tomic casi inexistente, qué no puede pasar si vuelve a ser o
se parece, al menos, al Tomic de la liga regular? El Barca tiene una fortaleza sicológica brutal, por eso está 1-1, se agarra a la pista y hasta el minuto 40 no puedes decir que lo has derrotado.
yo tampoco entiendo porque no quita a ingles y mete a abrines, le da mil vueltas de campana. esa zonita que se atraganta, el viernes más basket en vena.
ResponderEliminarPues contra el Panatinaikos le dio minutos y respondió bien, no entiendo por que ahora no se los da. Tenemos un problema de adicción
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