El proyecto está siendo un boom en todo el planeta, algo global. Veamos que ofrece este gente. Vaya por delante que se trata de una iniciativa privada, es decir, estamos hablando de una empresa particular, nada que ver con la NASA, que por cierto hasta ahora sólo ha enviado robots a Marte y muchos de ellos se le han quedado por el camino, pero jamás se ha planteado o ha puesto encima de la mesa hasta ahora un proyecto de la dimensión y alcance del Mars One.
Si uno visita la página web de la empresa http://applicants.mars-one.com/ lo primero que interesa ver es en qué consiste realmente, qué es lo que se proponen. Pues bien, no hay que buscar mucho para encontrar el objetivo, aparente, de la misión: establecer un asentamiento humano en Marte en 2023. Esto es, a 10 años vista.
También encontramos frases tan bonitas como: "Mars
exploration offers an opportunity to celebrate the power of a united
humanity". Y una no menos enigmática frase: “Not unlike the televised
events of the Olympic Games, Mars One intends to maintain an on-going, global
media event, from astronaut selection to training, from lift-off to landing, to
provide primary funding for this next giant leap for mankind.”
Sin embargo, de lo que no hay ni rastro es del aspecto científico de la misión, es decir, de las condiciones técnicas, al menos sucintamente, que permitirán llevar a cabo el proyecto. Porque no por decir que vamos a ir a Marte y montar una cutre web se va a hacer realidad el sueño. No, la base científica del proyecto es nula, además de que tecnicamente parece inviable, es lo que dicen los expertos. Por ejemplo: la radiación solar en Marte es descomunal, no existen trajes hoy en día que sean capaces de proteger a ningún ser humano de tal agresión. Los módulos que se pretenden implantar en la superficie de Marte tampoco están preparados o no existe tecnología que permita que resistan a tormentas solares y temperaturas extremas, tendrían que estar varios metros bajo tierra y eso supone una considerable obra de ingeniería civil, y quién la va a hacer?
Los ridículos módulos marcianos donde piensan "alojar"
a las cobayas humanas. Esto es como si le den una cárcara
de nuez en medio de un tsunami.
Eso sin contar con los efectos, en gran parte desconocidos, que tal aislamiento, si por una carambola del destino o un prodigio de la ciencia o de algún cerebro privilegiado se consiguiese el asentamiento en Marte, tenga para el ser humano y su sicología. Los propios astronautas de la NASA que orbitan en el espacio ya sufren de efectos secundarios y comportamientos paranoides, cuanto más unas personas que estarían a mucha más distancia, mucho más aislados y, como quién dice, abandonados a su suerte.
Lo que si aparece con todo lujo de detalles en la web de marras es el merchandising del proyecto (?), las inscripciones previo pago de una cuota abiertas a todo el mundo, enanos o gigantes, fuertes o débiles, tontos o superdotados, no hay límite de ninguna especia, lo que contrasta también con el proceso de selección que tiene que superar los astronautas profesionales.
Lo curioso de todo este fenómeno es que:
1. Hay miles de personas apuntadas, y que han pagado una cuota que depende de cada país (en España anda por los 20 euros), en todo el mundo que están deseando embarcarse.
2. Según la prensa, llevan recaudados ya millones de dólares para el proyecto a través de donaciones y patrocinadores.
3. Parece ser que previo al inicio de la misión y durante el transcurso de la misma se haría un seguimiento de todo el proyecto, 24 horas al día, en plan reality show sin fronteras, que sería la principal y gran fuente de ingresos del proyecto. Por aquí ya se empieza a afinar y parece que se les empieza a ver el plumero a estos vendedores de crecepelo marciano.
La conclusión de todo esto es que aquí huele a engañifa, estafa o marketing sin escrúpulos a la legua. Ni hoy ni dentro de 20 años existirá la tecnología que permita al ser humano ir hasta Marte y montarse un pisito allí, salir los findes de semana de picnic por medio de la estepa roja a cazar protones y dedicarse de lunes a viernes a contar las estrellas y las tormentas solares. Es una entelequia total. Todo lleva a pensar que detrás de esto se haya más bien un Gran Hermano de Orwells ambientado en la temática marciana y la alimentación a base de pastillas alucinógenas.
Dentro de unos pocos años los señores de Mars
One empezarán a urbanizar el planeta rojo. De
ahí a na burbuja inmobiliaria marciana solo hay
un paso. Por favor, que envíen a Mariano a cultivar
lechugas.
Pero para mi, lo más asombroso de todo este tema no es el uso increible y desbordante del marketing. Lo alucinante es que hay miles de personas que dicen estar dispuestas sin duda alguna a dejar la Tierra para irse a vivir a Marte, aunque no puedan volver. Esto nos da una medida del nivel de saturación sicológica (esquizofrenia, léase) al que ha llegado la raza humana, que es capaz de sobrepasar cualquier frotera para salir corriendo de su propio destino sin mirar atrás. El mundo está enfermo.
cómo bien apuntas, esa empesa juega con la mentalidad esquizoide reinante del mundo capitalista, con decirte que la entrada más popular de mi blog, es una que se titula el fin del mundo, queda todo dicho.
ResponderEliminarDato demoledor el que me pasas. Caminamos hacia el abismo...
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