Snowden levanta la alfombra de la Casa Blanca

Edward Snowden es el nombre que más suena en estos momentos en Estados Unidos. Su paradero es desconocido y no es para menos, puesto que la mitad de los servicios de inteligencia del país americano están detrás de él y la otra mitad detrás de su familia, amigos y colegas.

Snowden tiene el honor de haber sido la persona que ha destapado los espionajes del gobierno de Obama a miles de ciudadanos nacionales y extrajeros, a través de la red. Snowden trabajaba en una de las empresas subcontratadas por la agencia gubernamental NSA (National Security Agency) para hacer las labores de espionaje. Snowden ha filtrado información de dichos delitos contra la intimidad de las personas y dice tener mucha más información en la manga.

Curiosamente, en su país se debaten entre considerarlo un héroe o un villano. Así son los yanquis, tan cegados por la bandera de la barra y estrellas que no son capaces de admitir que su propio gobierno los engañe y se pase sus derechos por el forro. Además, a eso hay sumarle la obsesión que existe en el país norteamericano por la seguridad desde lo de las torres gemelas, hasta tal punto que con tal de evitar algo similar o cualquier amenaza de ese calibre se le da carta blanca a todo tipo de actuaciones ilegales por parte de los poderes públicos.

En Europa el descubrimeinto ha levantado ampollas y críticas a la administración Obama, pues entre los espionajes realizados se encuentran muchos ciudadanos europeos y los informes filtrados confirman que el control sobre los extranjeros era más exhaustivo que sobre los propios nacionales. También duele en Bruselas, Rajoy no dice ni esta boca es mía (tenemos internet y gracias), que nos hayan dado gato por liebre durante años y no nos hayamos enterado, ni siquiera levantando la más ligera sospecha. Es una burla o un menosprecio que pone en evidencia la insignifcancia de Europa en el concierto internacional, una zona del mundo cada vez venida a menos.

Los que cortan el bacalao en espionaje cibernético, que se sepa, son los chinos y luego los americanos. Hace unos días los propios yanquis se mostraban desconsolados porque no podían controlar los ataques provenientes de China, pero callaban como putas en lo referente a sus intromisiones en la vida y asuntos de los demás.

El fondo de la cuestión, diría yo, no es el espionaje americano, creo que nadie (?) es tan pánfilo para confiar en que los yanquis no meterán las narices donde les interesa, buscando sólo su beneficio, caiga quién caiga, eso siempre ha sido así. Estados Unidos es la primera democracia del mundo, por funcionamiento, eso dicen, y al mismo tiempo es el país donde los derechos de los ciudadanos valen menos que un céntimo de dólar si la Casa Blanca lo estima oportuno. Esto debería ser una cuestión de dominio público. Lo más lamentable es que en Europa todavía se echen las manos a la cabeza cuando se destapan escándalos de este calibre.

Snowden está buscando asilo político, todavía no se ha decantado por ningún país. Sabe que si sus “amigos” le echan el guante no volverá a ver la luz del sol y le van a poner el culo como una sombrilla. Seguro que no le faltarán ofertas de residencia e incluso de trabajo, muchos países de Sudamérica estarían encantados de acogerlo y hasta ponerle un pisito. En Europa? Quizás,siempre y cuando no piense en España, aquí Rajoy lo emborracharía a gin tonics en la barra de la Moncloa y se lo mandaría a Obama por US Postal con una bandejita de jabugo y una rosa en el culo, que no le quepa duda.

Todo este asunto deja entrever otra cuestión. Por muy poderoso que sea un gobierno siempre hay gente que piensa por su cuenta y que no comparte los principios stalinistas de las instituciones, por mucho que los revistan de miel. Es un alivio saberlo, aunque nos sigan espiando.