El naval gallego se va a pique

El naval gallego, y buena parte del español, está en peligro si el día 17 de este mes se confirman los peores augurios que se lanzaran por boca del fantoche Joaquín Almunia, un político fracasado, ninguneado y apestoso en su propio partido, el PSOE, que se cree ahora el valedor de los derechos de la UE, cuando la UE ni es unión, está más desunida que nunca, ni vela por los derechos de nadie más de que los culos gordos de la Merkel, léase los alemanes, y los comisarios y demás escoria burocrática que inunda las inútiles instituciones europeas.

Este político perdedor, de dialéctica de baja estofa, ha conseguido lo que ningún lumbreras había logrado hasta ahora: unir al pueblo español, en especial lo referente a las administraciones públicas, ya que estoy por creer que a gran parte del pueblo español se la refanfinfla lo que pase con el tax lease de los cojones y el sector naval español. Los gobiernos autonómicos de Galicia, Asturias y País Vasco, junto con el gobierno central, encabezado por el gallito de pelea, peso pluma, Don Mariano, están haciendo frente común para tratar de cambiar el rumbo de esta situación y que el naval no se vea obligado a devolver ayudar millonarias que supondrían el cierre definitivo de los astilleros. Incluso dos asociaciones navales gallegas, las dos más importantes, Aclunaga y Asime, que apenas se pueden ver ni de lejos, han arrimado el hombro, saben que se juegan su existencia y sería de trogloditas hacer otra cosa. Pero, será esto suficiente?

Mañana hay prevista una reunión de las administraciones españolas con el comisario Almunia. Pero este señor de poco pelo y menos ideas persiste en su actitud de que a España se le está tratando con la legislación vigente en la mano, sin favorecerla ni perjudicarla. Curiosamente todo este embrollo surge de una denuncia del gobierno holandés contra España, es decir, la Comisión no actuó de oficio, y es que o no se enteran de la misa a medias o aquí no están las cuentas claras. Precisamente, la denuncia holandesa pone en entredicho una vez más la falta de apoyo entre los propios países miembros, haciéndole el negocio redondo a las empresas asiáticas que esperan cual buitres al acecho el hundimiento de los competidores europeos. Somos tan tontos que nos matamos entre nosotros, el enemigo solo tiene que esperar con los brazos cruzados hasta que caigamos en tierra.

Y en este país, más africano que europeo, que es España, tenemos lo que nos merecemos. Es decir, no tenemos nada, porque somos junto a portugueses y griegos los vecinos pobres y a los que se les puede dar mil patadas sin que pase nada. Pase lo que pase mañana y el día 17, el cuerpo le pide a uno varias cosas: 1º Que al señor  (?) Almunia le retiren su pasaporte español o lo deporten a Bruselas de por vida, posiblemente estamos ante el mayor Judas de la historia de España. 2º Dan ganas de abandonar la UE, o como diría un castizo mandarlos a la mierda a ellos y a su puto euro, que sólo nos ha empobrecido. 3º Dan ganas de declararse apátrida, renunciar a la nacionalidad española de los cojones, porque somos un país bananero, siento vergüenza ajena por como se hacen las cosas en este simulacro de país, nos desmantelan por todos lados y aún ponemos el culo en pompa. Como muestra un botón: hoy el cortícola del Ministro de Hacienda, el señor Montoro, en medio de la que está cayendo, se ha tomado unos Red Bull de penalti y se ha quedado tan ancho diciendo que la puerta del final de la crisis económica está abierta. A este robacarteras habría que ponerlo delante de toda la gente que está pendiente de lo que diga el fracasado de Almunia, para que les explique en detalle cómo es eso del final de la crisis, a ver si les convence...Eso o abrirle la puerta del Parlamento español y ponerlo de patitas en la calle. Acepto cualquiera de las dos soluciones.