días para que empiece el Eurobasket y hoy le vamos a meter la segunda chaquetilla consecutiva a los británicos.
jueves, 29 de agosto de 2013
Jung Chang & Jon Halliday: Mao, la historia desconocida
Para quién se interese por la historia o guste de las biografías este es un libro imprescindible. Es un tomo de esos gordos que si te caen en un pie te dejan lamentándote un buen rato, de esos que uno desearías tener en ebook porque sostenerlos durantes horas es una auténtica tortura. Pero dejando aparte temas gravitatorios, el libro de Chang y Halliday es de lo más completo que se ha escrito sobre el dictador y genocida chino.
El libro no es meramente una historia novelada en la que se nos va desgranando la vida de Mao, desde sus orígenes campesinos hasta su ascension al poder, por la fuerza, claro. Sus décadas de despropóstios al frente del país, sus clanes y su política de terror. Todo esto se nos cuenta de forma muy ilustrativa, muy bien redactada y creo que nada áspera ni aburrida, con gran profusión de detalles que revelan una labor de investigación y documentación detrás de cada página que mete miedo.
Siempre me ha atraído la historia del país donde Marco Polo culminaba sus expediciones comerciales y cómo una estructura jerárquica asentada a lo largo de siglos de historia, en un país con una vasta cultura y una amplia base científica, si bien es cierto que con grandes desigualdades, se pudo llegar a producir el fenómeno Mao.
El libro da respuesta en cierta medida a estos interrogantes, examinando de cerca el crecimiento de la figura del líder chino y de la gente que le rodeaba. A pesar de su origen campesino, Mao no era ningún ignorante, era por el contrario un ávido lector de cualquier cosa que cayese en sus manos y un gran conversador, que gustaba de intercambiar opiniones, aunque quizás no tanto que le contrariasen. Su ascenso al poder se produjo por la vía de la fuerza y su régimen de gobierno también.
Por alguna conjunción de factores este hombre se creyó en posesión de la verdad o se creyó Dios, simplemente, y se sentía en la obligación de cambiar la historia de su país, empezar de cero, aniquilar todas las estructuras sociales y económicas vigentes hasta la época. De ahí nació la mal llamada revolución cultural, o llamada con guasa, si se quiere. Más bien habría que hablar de involución cultural. Lo que consiguió Mao en unas cuantas décadas fue arruinar al país, económica y culturalmente. Por supuesto, el coste de sus ideas fue altísimo, primero en términos de vidas humanas, 70 millones de compatriotas muertos lo condenan como el mayor asesino genocida de la triste historia de la humanidad, escribiendo este enfermo mental uno de sus capítulos más tristes. En segundo lugar, Mao invirtió la pirámide social, directamente, los que antes tenían el poder y los que ocupaban cargos de responsabilidad pasaron a ser nada o nadie y los que consiguieron sobrevivir lo hicieron gracias a que eran gente con amplios conocimientos que aportar a la sociedad y esa era un riqueza que ni siquiera el degenerado de Mao se podía permitir perder, aunque, eso sí, hizo su existencia todo lo miserable que pudo, y a fe que lo consiguió.
Mao consiguió crear un régimen de caos y de desconfianza mútua en la sociedad, el suyo era un gobierno basado en el terror. Algo que aprendió muy bien, y perfeccionó hasta el extremo, en sus esporádicas visitas al extranjero, en nombre propio o mediante delegaciones, para entablar relaciones con el bloque comunista de la Europa del Este que comandaba entonces Rusia con Stalin, otro genocida, a la cabeza. Y aquí entra en juego otra de las influencias en la vida de Mao: su obsesión por hacer de China una superpotencia y por ser el que facilitase ese cambio, la política conocida como el gran salto hacia adelante, que a la postre le costaría su caída en desgracia, pero muy a la postre, después de muchos años de fechorías y despropósitos. De hecho, en el libro se detalla uno de los capítulos que a mi personalmente más me ha impactado y es la inversión en armamento militar. Mao estaba obsesionado con conseguir la bomba atómica e invírtió en ese programa cantidades ingentes de dinero que sacaba de las cosechas y de los impuestos, mientras buena parte de la población sobrevivía a base de comer raíces y la corteza de los árboles o cualquier cosa digerible. Por supuesto, el programa atómico no se culminó con éxito, a dios gracias.
Si te interesa la literatura china o basada en el país asiático, en este enlace hay algunos títulos que valen la pena: http://www.upf.edu/materials/huma/central/historia/lite/temes/9diasp.htm
miércoles, 28 de agosto de 2013
Billy Hayes - expreso de medianoche
Años 70, Turquía, el autor del libro, un ciudadano norteamericano, es detenido por la policía turca por llevar 2 kilos de hachís encima y conducido a la cárcel sin juicio previo. Lo que no sabía es que le iba a caer encima una condena de un montón de años, algo que no pasaría en el mundo occidental, pero Turquía quedaba más allá de esos límites.
Billy narra con sencillez y crudeza sus vivencias desde que es detenido hasta que se le encarcela. La miseria de las cárceles turcas, la brutalidad de los guardias, la mezcla de personajes de todo tipo y condición. Pero sobre todo, lo que más sorprende y lo que más pone la piel de gallina es el grado de indefensión en que uno se encuentra en estos países. Obviamente, en 40 años es de suponer que las cosas han cambiado para mejor en Turquía, pero hay muchos otros países en los que ésto sigue vigente o incluso en condiciones más infrahumanas.
La historia está muy bien contada, con un lenguaje sencillo pero efectivo. La brutalidad de los hechos atrapa por sí misma. Además de la cruda realidad del presidio turco, que describe con detalle, también se hace eco del drama humano y familiar que rodea a toda esta situación de incomuniación e indefensión.
Billy Hayes no sólo escribió su historia, ésta también fue llevada al cine, lo que le ayudó a sufragar los muchos gastos que su familia tuvo que asumir para mantenerse en contacto con él y tratar de conseguir su libertad.
Título original: Midnight Express
Año: 1978
Duración: 121 min.
País: Estados Unidos
Director: Alan Parker
Guión: Oliver Stone (Autobiografía: Billy Hayes)
Música: Giorgio Moroder
Fotografía: Michael Seresin
Reparto: Brad Davis, John Hurt, Bo Hopkins, Irene Miracle,
Randy Quaid, Paolo Bonacelli, Mike Kellin, Michael Ensign, Franco Diogene,
Peter Jeffrey, Norbert Weisser, Paul Smith, Kevork Malikyan
Productora: Columbia Pictures / Casablanca Filmworks.
Productor: David Puttnam
Género: Drama | Drama carcelario. Basado en hechos reales
Quedan 7 días
Quedan
días para que se abra el cerrojo del Eurobasket.
Hoy a las 21.00 por tdo (o si vives en Murcia y te acercas) partido de recreo contra los ingleses, para olvidarnos de Gibraltar, Rajoy y la madre que los parió a todos.
martes, 27 de agosto de 2013
Plymouth GTX Satellyte
El Plymouth GTX Satellyte es el típico muscle car americano que uno espera no encontrarse en la carretera porque su sola visión impresiona y asusta, como una fiera dispuesta a devorar millas y millas, sin importar lo que se interponga en su camino.
Carrocería 2-puertas
coupe
Producción 1971 –
1975
Plataforma B-cuerpo
Motor 318 cv (5.2 L)
V8 / 400 cv (6.6 L) V8 / 340 cv (5.6 L) V8 / 440 cv (7.2 L) V8 / 383 cv (6.3 L)
V8
Transmisión Manual
de 4 velocidades / Automática de 3 velocidades
Un clásico de las películas americanas, seguro que lo habrás visto en la gran pantalla más de una vez, eso sí hace unos cuantos años, porque ya no se ven. Interior espartano a más no poder, lo típico de la época, donde lo que primaba eran las prestaciones, la potencia y una carrocería impactante, cosas que con este GTX están más que logradas.
8 días
Quedan
días para que comience el Europeo de basket. Mañana penúltimo partido preparatorio de la selección española contra Gran Bretaña, un mero trámite, pero siempre es agradable machacar a los ingleses.
días para que comience el Europeo de basket. Mañana penúltimo partido preparatorio de la selección española contra Gran Bretaña, un mero trámite, pero siempre es agradable machacar a los ingleses.
El infierno (9º capítulo)
La carta se acababa de evaporar entre sus manos cuando oyó que alguién llamaba con los nudillos a la puerta del despacho de Lucifer en el que había pasado un larga noche y que ahora ofrecía el aspecto habitual, por decirlo de algún modo, de despacho donde se trataban asuntos infernales y otras lindezas.
- Hola? Hay alguién ahí? - el que asomaba su cabeza con larga melena alborotada era Jim Morrison, con una sonrisa en la cara, como si se acabase de abrir los regalos el día de Santa Claus. - Ah, vaya, eres tú. Así que... estás aquí
- Sí, claro, dónde quería que estuviese? - respondió el informático sin comprender muy bien el sentido de la pregunta - He pasado aquí la noche y me he despertado hace un momento, por cierto.
- Ya veo, ya... Al parecer te han dejado solito, pobrecillo, durmiendo sólo en esta horrible habitación, solo y aburrido, te has perdido una farra de campeonato, amigo. Tenías que haberte unido a nuestra fiesta, esa mujer es mucho para ti, perdona que te lo diga tan francamente, colega, pero es que estás hablando de la mismísima Lucífer. Si hay un hombre en este infierno capaz de camelársela ese soy yo! Así son las cosas.
- Bueno, no le digo que no, pero...
- Que sí, hazme caso. Así que no vale la pena amargarse por eso, era un historia imposible, tío. Venga estábamos a punto de liar unos petas que nos sobraron de ayer y empezar a darle caña a la música, que para eso hemos nacido. Únete a nosotros, hay chicas muy guapas ahí afuera... - le dijo con una mirada picarona
- Pero es que ustedes nunca se cansan?
- Estás de coña? Tío, esto es el Infierno, el de verdad, nada de fuegos y calderos, tormentos y pesadillas sin fin. Aquí se viene a disfrutar a tope, ya te irás enterando. Además, nos hemos liberado de una vez y por siempre de las cadenas de lo físico, de esos cuerpos que nos limitaban, con la ventaja de que podemos seguir disfrutando de los mismos placeres, pero sin descanso
- Ciertamente, es una gran ventaja
- Venga, no te quedes ahí como un pasmarote, la eternidad no va a esperar siempre por ti
Cuando salieron a la sala principal lo que vieron sus ojos era la misma escena que recordaba haber contemplado antes de ser abducido y elevado a los cielos por Lucífer. De nuevo el griterío, hombres y mujeres, enroscados como un nido de serpientes en las posturas más variopintas, unos conversando, otros riendo, aquellos fumando, una buena parte haciendo el amor y, por supuesto, la orquesta seguía tocando los grandes éxitos de ayer y de hoy de Jimi Hendrix, los Doors y Joplin, con todo un helenco de invitados especiales. Steve Ray Vaughan a la guitarra se relamía de gusto interprentando a la par con Hendrix el Vodoo Child. Morrison tiro de él y lo fue metiendo en el medio de todo aquel aquellarre de los sentidos, la gente rebosaba alegría y parecía que nada podía amargarles ni existía preocupación alguna en sus mentes.
- Ven, te presentaré a alguién que creo que te gustará - le dijo Morrison - Por cierto, tío, tú nunca te vistes? Siempre andas por ahí en bolas...bueno, hay que estar preparado, no? Eres un fiera. Amanda! Amanda! Ven un momento, guapa, te voy a presentar a un viejo amigo, bueno, nos conocimos ayer, pero ya es casi como de la familia. El pobre se hacía ilusiones con Lucífer, ya sabes... lo que les pasa a todos por aquí, quién no ha soñado con ella, verdad?
- Sí, querido. Pero ya se irá dando cuenta de que aquí también hay otras mujeres que no están nada mal...
- Bien, pues yo os dejo, para que os vayais conociendo, tengo que preparar unas botellas, unos petas y luego hacer mi show, que no decaiga la fiesta, esto acaba de empezar!
- Qué chico este, verdad? Derrocha energía por los cuatro costados
- Pues sí, parece increíble
- El qué, guapo?
- Pues eso, que ahora se le ve con tanta vitalidad que parece difícil creer que en la otra vida se hubiera quitado la vida.
- Ah, eso...Bueno, esa es una larga historia, sí. Pero mejor que te la cuente él mismo alguna noche de estas, no te preocupes no faltará ocasión, le encanta contar sus andanzas, es todo un personaje. Pero, eso, que no creas todo lo que has escuchado en el otro mundo. Sé que es complicado digerirlo, pero muchas de las cosas que has visto o que dabas por ciertas hasta ahora son solamente falacias.
- Quieres decir que...?
- Quiero decir que aquí todos tenemos una historia que contar, todos. No llegamos aquí por casualidad, es más complicado... Por cierto, me gustaría escuchar tu historia, saber algo más de ti
- Yo, no sé, no acostumbro a hablar de temas personales con gente que no conozco, disculpe
- Puedes llamarme Amanda, o Am, pero eso sólo para los amigos más cercanos - le dijo haciéndole un guiño sensual - y no sé por qué, pero contigo tengo la sensación de que conectamos, como si nos conociésemos de hace mucho tiempo. Anda, venga, ábreme tu corazoncito
La mujer, un poco más alta que él, con larga melena negra y ojos grises, de cuerpo muy sensual, se había ido acercando poco a poco al informático, estrechando las distancias imperceptiblemente. Cuando se quiso dar cuenta, aquella le había echado los brazos encima y le besaba apasionadamente. De nuevo, reviviendo sensanciones, se dejó atrapar por los lazos de una mujer y en cuestión de segundos se encontraban entrelazados en una danza erótica, al ritmo de la música. Sentía su cuerpo cada vez más cálido y excitado, como sus pechos se hinchaban hasta límites insospechados. Fue consciente entonces de su propia desnudez, eso se estaba conviertiendo en algo más que una mala costumbre, jamás le había pasado una cosa así, pero desde que se despertara de su noche de pasión con Lucífer lo que menos le habia preocupado era cubrir su cuerpo, era como si hubiese algo en el ambiente que desinhibiera sus sentidos.
Sin embargo, en su cabeza seguían dando vueltas la misión que tenía encomendada y la urgencia de iniciar el arduo trabajo. Pero Amanda no le daba descanso, se apretaba contra él y cada beso suyo era más loco y más apasionado que el anterior. Su lengua se deslizaba en su interior, como un radar, detectando todas sus emociones, calibrando su disposición y sus ritmos y al mismo tiempo transmitiéndole a él su ardiente estado de ánimo. Una vez más, se daba cuenta de que estaba perdiendo la batalla, o que ya no valía la pena lucharla. La resistencia se iba esfumando, el sentido del deber también, y la sumisión y calidez del cuerpo de la chica se iban apoderando de él. Trastabillaron y cayeron al suelo, de manera que ella quedó sobre él, circunstancia que aprovechó hábilmente para con un ritmo de encantador de serpientes contonear su cuerpo, haciéndole el amor apasionadamente.
- Así me gusta! Que esto no pare! Ahora un tema que seguramente conoceréis todos y que, por fortuna, podemos ver con la perspectiva de estar al otro lado del puente, por supuesto, os hablo de The End. Todos sabemos ya que esto no es el fin sino el principio - el discurso de Morrison fue coreado por un enjambre de risas y vítores -y, aunque eso le resta un poco de melancolía y encanto al tema, qué coño! Mejor así! - la gente aplaudía a rabiar- Un momento, un momento.Se la quiero dedicar a un amigo que acabo de conocer. el muy iluso ha pasado por lo mismo que todos nosotros, ha caído en la trampa de enarmorarse y soñar con Lucífer, con poseerla, el muy inocente... Por eso le dedico esta canción, para infundirle animos, esto es sólo el principio! Aunque por lo que veo, creo que ya está bastante recuperado gracias a Amanda... - el público y los músicos aplaudían con fuerza y se reían con ganas, mientras se entregaban al placer de alagar sus sentidos en todas las formas posibles, al momento sonaban los primeros acores de la canción.
Después de amarse apasionadamente, ella se abrazó a él y le susurró al oído.
- Creo que ahora ya deberías tener la suficiente confianza para contarme un poco más acerca de ti...
- Creo que sí - respondió él sin poder disimular una sonrisa - Pero no sé muy bien por donde empezar
- Por el principio, querido, como hace todo el mundo
- Bueno, pues como suelen hacer los reclusos cuando llegan al presidio, te diré por qué he llegado hasta aquí, o mejor dicho cómo.
- Eso está mejor, pero no tardes mucho porque me estoy empezando a poner nerviosa otra vez...ya sabes - dijo acariciandole el hombro
- Bien. Yo soy, quiero decir, era, uno de los informáticos más ilustres de nuestra era, la modestia me impide decir que era el cerebro más grandioso que la informática haya dado, pero supongo que eso lo contarán los libros de historia, si mi nombre acaba saliendo bien parado de todo esto...
- No entiendo, por qué dices eso?
- A eso iba, no te impacientes. Yo soy el creador del software universal, aquí donde me ves. Qué? Impresionada?
- Supongo que debería estarlo, pero si te soy sincera no sé muy bien...
- Ya, me imagino que lo del software universal te sonará al adaptador universal o el condón de tamaño único... Y en cierta medida es así. Déjame que te explique. La industria del software, la informática, mueve una pasta gansa todos los años, da igual el país. Hay mercados más grandes y más pequeños, pero eso no importa, en términos de beneficios todos son rentables. Yo empecé trabajando para una gran empresa nada más licenciarme. Fui el primero de mi promoción y las empresas se disputaban mis habilidades, mi mente provilegiada. Empecé en Apple, pero ésta se me quedaba pequeña y di el salto al Microsoft. Y ahí empezaron los problemas de verdad. El señor John "Big" Gates, el heredero del fundador, no tiene ni la mitad de clase que yo como programador y temía que me hiciese con el control de la empresa a efectos prácticos.
- Vaya capullo, tenía un diamante en bruto en sus manos y no sabía verlo
- Lo sabía de sobra, pero es demasiado orgulloso. Él se lo buscó. El caso es que me harté de esa situación y abandoné la empresa. Monté mi propio negocio, por mi cuenta, algo que ya había estado madurando y trabajando desde mis tiempos de estudiante: diseñar el programa universal. Por supuesto, me guarde mucho de desvelar mis planes al Big, no soy tan lerdo, sabía que tenía dinamita en mis manos y tenía planeado hacerla estallar justo debajo de su culo.
- Chico malo... - le dijo ella con un guiño cómplice
- No se merece otra cosa. Bien, aquí llegamos al meollo del asunto. En qué consiste el programa universal? Se trata de un sistema operativo que, partiendo de una base, se adapta a cualquier ordenador, de manera que él mismo se va desarrollando, comprendes? Se autogestiona, se acabaron las puñeteras actualizaciones de Windows y los demás sistemas operativos! Adiós a todos los errores del sistema, las jodidas pantallas azules y los cuelgues de ordenador. Se trata, por tanto, de un sistema inteligente que dependiendo del uso que haga cada uno de su ordenador se va expandiendo o perfeccionando en uno u otro sentido. Claro, te puedes imaginar lo que eso supondría para la industria de la informática.
- Despidos a mansalva, supongo
- Y monopolizar el mercado. Además, la misma técnica podría ser aplicada a otros programas informáticos, como los contables, los juegos, diseño gráfico y... militares. Éran demasiadas cosas juntas, demasiado bonito y peligroso a la vez. Así que me espiaron, yo no lo sabía, pensaba que estaba seguro en mi bunker, pero nada más lejos de la realidad. En la sombra se estaba desarrollando una cruenta guerra, sin escrúpulos por hacerse con mi tecnología. No sólo Microsoft estaba detrás de mis pasos, esos eran unos aprendices comparados con los de la CIA, el servicio secreto israelí y los chinos. Sin comerlo ni beberlo, me vi en medio del huracán justo cuando estaba a punto de tocar el éxito con las manos.
- Vaya, que cabrones. Y qué hiciste?
- Lo único que podía hacer. Esconderme, como una comadreja. Afortunadamente tenía amigos importantes, estos me ayudaron a desaparecer del mapa, pero tuve que cancelar todos mis proyectos. La tecnología todavía no estaba perfeccionada del todo, así que la metí en la nevera y decidí esperar a que se calmasen las aguas. Tenía que esperar el momento justo para darla a conocer, al mundo entero, entonces ningún ejército podría pararme, porque sería mía, reconocida públicamente.
To be continued...
- Hola? Hay alguién ahí? - el que asomaba su cabeza con larga melena alborotada era Jim Morrison, con una sonrisa en la cara, como si se acabase de abrir los regalos el día de Santa Claus. - Ah, vaya, eres tú. Así que... estás aquí
- Sí, claro, dónde quería que estuviese? - respondió el informático sin comprender muy bien el sentido de la pregunta - He pasado aquí la noche y me he despertado hace un momento, por cierto.
- Ya veo, ya... Al parecer te han dejado solito, pobrecillo, durmiendo sólo en esta horrible habitación, solo y aburrido, te has perdido una farra de campeonato, amigo. Tenías que haberte unido a nuestra fiesta, esa mujer es mucho para ti, perdona que te lo diga tan francamente, colega, pero es que estás hablando de la mismísima Lucífer. Si hay un hombre en este infierno capaz de camelársela ese soy yo! Así son las cosas.
- Bueno, no le digo que no, pero...
- Que sí, hazme caso. Así que no vale la pena amargarse por eso, era un historia imposible, tío. Venga estábamos a punto de liar unos petas que nos sobraron de ayer y empezar a darle caña a la música, que para eso hemos nacido. Únete a nosotros, hay chicas muy guapas ahí afuera... - le dijo con una mirada picarona
- Pero es que ustedes nunca se cansan?
- Estás de coña? Tío, esto es el Infierno, el de verdad, nada de fuegos y calderos, tormentos y pesadillas sin fin. Aquí se viene a disfrutar a tope, ya te irás enterando. Además, nos hemos liberado de una vez y por siempre de las cadenas de lo físico, de esos cuerpos que nos limitaban, con la ventaja de que podemos seguir disfrutando de los mismos placeres, pero sin descanso
- Ciertamente, es una gran ventaja
- Venga, no te quedes ahí como un pasmarote, la eternidad no va a esperar siempre por ti
Cuando salieron a la sala principal lo que vieron sus ojos era la misma escena que recordaba haber contemplado antes de ser abducido y elevado a los cielos por Lucífer. De nuevo el griterío, hombres y mujeres, enroscados como un nido de serpientes en las posturas más variopintas, unos conversando, otros riendo, aquellos fumando, una buena parte haciendo el amor y, por supuesto, la orquesta seguía tocando los grandes éxitos de ayer y de hoy de Jimi Hendrix, los Doors y Joplin, con todo un helenco de invitados especiales. Steve Ray Vaughan a la guitarra se relamía de gusto interprentando a la par con Hendrix el Vodoo Child. Morrison tiro de él y lo fue metiendo en el medio de todo aquel aquellarre de los sentidos, la gente rebosaba alegría y parecía que nada podía amargarles ni existía preocupación alguna en sus mentes.
- Ven, te presentaré a alguién que creo que te gustará - le dijo Morrison - Por cierto, tío, tú nunca te vistes? Siempre andas por ahí en bolas...bueno, hay que estar preparado, no? Eres un fiera. Amanda! Amanda! Ven un momento, guapa, te voy a presentar a un viejo amigo, bueno, nos conocimos ayer, pero ya es casi como de la familia. El pobre se hacía ilusiones con Lucífer, ya sabes... lo que les pasa a todos por aquí, quién no ha soñado con ella, verdad?
- Sí, querido. Pero ya se irá dando cuenta de que aquí también hay otras mujeres que no están nada mal...
- Bien, pues yo os dejo, para que os vayais conociendo, tengo que preparar unas botellas, unos petas y luego hacer mi show, que no decaiga la fiesta, esto acaba de empezar!
- Qué chico este, verdad? Derrocha energía por los cuatro costados
- Pues sí, parece increíble
- El qué, guapo?
- Pues eso, que ahora se le ve con tanta vitalidad que parece difícil creer que en la otra vida se hubiera quitado la vida.
- Ah, eso...Bueno, esa es una larga historia, sí. Pero mejor que te la cuente él mismo alguna noche de estas, no te preocupes no faltará ocasión, le encanta contar sus andanzas, es todo un personaje. Pero, eso, que no creas todo lo que has escuchado en el otro mundo. Sé que es complicado digerirlo, pero muchas de las cosas que has visto o que dabas por ciertas hasta ahora son solamente falacias.
- Quieres decir que...?
- Quiero decir que aquí todos tenemos una historia que contar, todos. No llegamos aquí por casualidad, es más complicado... Por cierto, me gustaría escuchar tu historia, saber algo más de ti
- Yo, no sé, no acostumbro a hablar de temas personales con gente que no conozco, disculpe
- Puedes llamarme Amanda, o Am, pero eso sólo para los amigos más cercanos - le dijo haciéndole un guiño sensual - y no sé por qué, pero contigo tengo la sensación de que conectamos, como si nos conociésemos de hace mucho tiempo. Anda, venga, ábreme tu corazoncito
La mujer, un poco más alta que él, con larga melena negra y ojos grises, de cuerpo muy sensual, se había ido acercando poco a poco al informático, estrechando las distancias imperceptiblemente. Cuando se quiso dar cuenta, aquella le había echado los brazos encima y le besaba apasionadamente. De nuevo, reviviendo sensanciones, se dejó atrapar por los lazos de una mujer y en cuestión de segundos se encontraban entrelazados en una danza erótica, al ritmo de la música. Sentía su cuerpo cada vez más cálido y excitado, como sus pechos se hinchaban hasta límites insospechados. Fue consciente entonces de su propia desnudez, eso se estaba conviertiendo en algo más que una mala costumbre, jamás le había pasado una cosa así, pero desde que se despertara de su noche de pasión con Lucífer lo que menos le habia preocupado era cubrir su cuerpo, era como si hubiese algo en el ambiente que desinhibiera sus sentidos.
Sin embargo, en su cabeza seguían dando vueltas la misión que tenía encomendada y la urgencia de iniciar el arduo trabajo. Pero Amanda no le daba descanso, se apretaba contra él y cada beso suyo era más loco y más apasionado que el anterior. Su lengua se deslizaba en su interior, como un radar, detectando todas sus emociones, calibrando su disposición y sus ritmos y al mismo tiempo transmitiéndole a él su ardiente estado de ánimo. Una vez más, se daba cuenta de que estaba perdiendo la batalla, o que ya no valía la pena lucharla. La resistencia se iba esfumando, el sentido del deber también, y la sumisión y calidez del cuerpo de la chica se iban apoderando de él. Trastabillaron y cayeron al suelo, de manera que ella quedó sobre él, circunstancia que aprovechó hábilmente para con un ritmo de encantador de serpientes contonear su cuerpo, haciéndole el amor apasionadamente.
- Así me gusta! Que esto no pare! Ahora un tema que seguramente conoceréis todos y que, por fortuna, podemos ver con la perspectiva de estar al otro lado del puente, por supuesto, os hablo de The End. Todos sabemos ya que esto no es el fin sino el principio - el discurso de Morrison fue coreado por un enjambre de risas y vítores -y, aunque eso le resta un poco de melancolía y encanto al tema, qué coño! Mejor así! - la gente aplaudía a rabiar- Un momento, un momento.Se la quiero dedicar a un amigo que acabo de conocer. el muy iluso ha pasado por lo mismo que todos nosotros, ha caído en la trampa de enarmorarse y soñar con Lucífer, con poseerla, el muy inocente... Por eso le dedico esta canción, para infundirle animos, esto es sólo el principio! Aunque por lo que veo, creo que ya está bastante recuperado gracias a Amanda... - el público y los músicos aplaudían con fuerza y se reían con ganas, mientras se entregaban al placer de alagar sus sentidos en todas las formas posibles, al momento sonaban los primeros acores de la canción.
Después de amarse apasionadamente, ella se abrazó a él y le susurró al oído.
- Creo que ahora ya deberías tener la suficiente confianza para contarme un poco más acerca de ti...
- Creo que sí - respondió él sin poder disimular una sonrisa - Pero no sé muy bien por donde empezar
- Por el principio, querido, como hace todo el mundo
- Bueno, pues como suelen hacer los reclusos cuando llegan al presidio, te diré por qué he llegado hasta aquí, o mejor dicho cómo.
- Eso está mejor, pero no tardes mucho porque me estoy empezando a poner nerviosa otra vez...ya sabes - dijo acariciandole el hombro
- Bien. Yo soy, quiero decir, era, uno de los informáticos más ilustres de nuestra era, la modestia me impide decir que era el cerebro más grandioso que la informática haya dado, pero supongo que eso lo contarán los libros de historia, si mi nombre acaba saliendo bien parado de todo esto...
- No entiendo, por qué dices eso?
- A eso iba, no te impacientes. Yo soy el creador del software universal, aquí donde me ves. Qué? Impresionada?
- Supongo que debería estarlo, pero si te soy sincera no sé muy bien...
- Ya, me imagino que lo del software universal te sonará al adaptador universal o el condón de tamaño único... Y en cierta medida es así. Déjame que te explique. La industria del software, la informática, mueve una pasta gansa todos los años, da igual el país. Hay mercados más grandes y más pequeños, pero eso no importa, en términos de beneficios todos son rentables. Yo empecé trabajando para una gran empresa nada más licenciarme. Fui el primero de mi promoción y las empresas se disputaban mis habilidades, mi mente provilegiada. Empecé en Apple, pero ésta se me quedaba pequeña y di el salto al Microsoft. Y ahí empezaron los problemas de verdad. El señor John "Big" Gates, el heredero del fundador, no tiene ni la mitad de clase que yo como programador y temía que me hiciese con el control de la empresa a efectos prácticos.
- Vaya capullo, tenía un diamante en bruto en sus manos y no sabía verlo
- Lo sabía de sobra, pero es demasiado orgulloso. Él se lo buscó. El caso es que me harté de esa situación y abandoné la empresa. Monté mi propio negocio, por mi cuenta, algo que ya había estado madurando y trabajando desde mis tiempos de estudiante: diseñar el programa universal. Por supuesto, me guarde mucho de desvelar mis planes al Big, no soy tan lerdo, sabía que tenía dinamita en mis manos y tenía planeado hacerla estallar justo debajo de su culo.
- Chico malo... - le dijo ella con un guiño cómplice
- No se merece otra cosa. Bien, aquí llegamos al meollo del asunto. En qué consiste el programa universal? Se trata de un sistema operativo que, partiendo de una base, se adapta a cualquier ordenador, de manera que él mismo se va desarrollando, comprendes? Se autogestiona, se acabaron las puñeteras actualizaciones de Windows y los demás sistemas operativos! Adiós a todos los errores del sistema, las jodidas pantallas azules y los cuelgues de ordenador. Se trata, por tanto, de un sistema inteligente que dependiendo del uso que haga cada uno de su ordenador se va expandiendo o perfeccionando en uno u otro sentido. Claro, te puedes imaginar lo que eso supondría para la industria de la informática.
- Despidos a mansalva, supongo
- Y monopolizar el mercado. Además, la misma técnica podría ser aplicada a otros programas informáticos, como los contables, los juegos, diseño gráfico y... militares. Éran demasiadas cosas juntas, demasiado bonito y peligroso a la vez. Así que me espiaron, yo no lo sabía, pensaba que estaba seguro en mi bunker, pero nada más lejos de la realidad. En la sombra se estaba desarrollando una cruenta guerra, sin escrúpulos por hacerse con mi tecnología. No sólo Microsoft estaba detrás de mis pasos, esos eran unos aprendices comparados con los de la CIA, el servicio secreto israelí y los chinos. Sin comerlo ni beberlo, me vi en medio del huracán justo cuando estaba a punto de tocar el éxito con las manos.
- Vaya, que cabrones. Y qué hiciste?
- Lo único que podía hacer. Esconderme, como una comadreja. Afortunadamente tenía amigos importantes, estos me ayudaron a desaparecer del mapa, pero tuve que cancelar todos mis proyectos. La tecnología todavía no estaba perfeccionada del todo, así que la metí en la nevera y decidí esperar a que se calmasen las aguas. Tenía que esperar el momento justo para darla a conocer, al mundo entero, entonces ningún ejército podría pararme, porque sería mía, reconocida públicamente.
To be continued...
lunes, 26 de agosto de 2013
9 días
Quedan
días para que comience el Eurobasket de Eslovenia.
España sigue invicta en su preparación para el Europeo, ganando hoy a Francia por segunda vez consecutiva, esta vez en tierras galas, en un partido de mucha calidad y emoción, en el que Parker anotó 29 puntos, pero la sombra de Marc Gasol, el jugador más determinante de nuestra selección , fue muy, pero que muuuuuuuuuuy larga.
Siria vs Irak
Con todo lo que está sucediendo desde hace meses en Siria, uno no puede dejar de pensar que en el orden internacional huele a podrido. Cuando hablo de orden internacional me refiero a países e instituciones que cortan el bacalao. Dentro de los países con peso están claramente EEUU e Inglaterra y luego Alemania y Francia. Rusia, China y Japón, entre otros, tienen su peso pero hasta ahora se han mostrado menos beligerantes a nivel internacional. España no pinta nada. En cuanto a instituciones, la OTAN, la ONU, son siglas que suenan en estos casos, pero cuyo papel es casi el de meras comparsas de los países antes citados. La UE, como España, no pinta nada.
Dicho esto, es alucinante observar como después de un genocidio flagrante, que ha dejado cientos de muertos, con claros síntomas de intoxicación por arma química, aunque de momento no haya pruebas científicas de ello (como si hicieran falta...), es flipante observar como las potencias y organizaciones mundiales le dan vueltas al asunto y contemporizan pensando qué es mejor hacer. Este es el último peldaño que ha escalado ese asesino en masa que es Asad, que, si no muere antes, posiblemente acabe delante delante de un tribunal internacional por delitos de guerra. Pero antes de llegar a este punto, en Siria han muerto ya miles de personas y han abandonado sus hogares buscando refugio en otros países de la zona alrededor de unos dos millones de personas, un éxodo sin precedentes.
Las cifras, pues, son apabullantes. Qué han hecho sin embargo hasta ahora las potencias internacionales para evitar esta escalada de violencia y de abusos? NADA. Cuando hace más de 20 años EEUU entró en Irak, las potencias europeas lo secundaron, bien es cierto que con alguna excepción, pero en cualquier caso nadie se echó las manos a la cabeza por la invasión militar, y se estaba llevando a cabo un control desde muchos años antes. Lo que sí había era un embargo sobre Irak que se las hacía pasar canutas a su pueblo, todo en aras de forzar al dictador Sadam a hondear la bandera blanca.
Pero Irak tenía petróleo, Siria no tiene nada más que muerte y destrucción. Ahora parece que a los políticos europeos les remuerde la conciencia o se empiezan a remover inquietos en sus sillones. Solamente porque la opinión pública se ha escandalizado y ha puesto el grito en el cielo por la situación en Siria. Pero seamos conscientes de que estos comermierdas que se sientan en Bruselas representando a Europa, así como los yanquis, no tienen ningún interés en meterse en una guerra en Siria que sólo les puede reportar muerte, mayor gasto y quizás un alto coste político, primero por no haber atacado antes el problema y segundo porque nadie sabe cómo va a acabar este asunto. Huele a muerto, no sólo en Siria.
Dicho esto, es alucinante observar como después de un genocidio flagrante, que ha dejado cientos de muertos, con claros síntomas de intoxicación por arma química, aunque de momento no haya pruebas científicas de ello (como si hicieran falta...), es flipante observar como las potencias y organizaciones mundiales le dan vueltas al asunto y contemporizan pensando qué es mejor hacer. Este es el último peldaño que ha escalado ese asesino en masa que es Asad, que, si no muere antes, posiblemente acabe delante delante de un tribunal internacional por delitos de guerra. Pero antes de llegar a este punto, en Siria han muerto ya miles de personas y han abandonado sus hogares buscando refugio en otros países de la zona alrededor de unos dos millones de personas, un éxodo sin precedentes.
Las cifras, pues, son apabullantes. Qué han hecho sin embargo hasta ahora las potencias internacionales para evitar esta escalada de violencia y de abusos? NADA. Cuando hace más de 20 años EEUU entró en Irak, las potencias europeas lo secundaron, bien es cierto que con alguna excepción, pero en cualquier caso nadie se echó las manos a la cabeza por la invasión militar, y se estaba llevando a cabo un control desde muchos años antes. Lo que sí había era un embargo sobre Irak que se las hacía pasar canutas a su pueblo, todo en aras de forzar al dictador Sadam a hondear la bandera blanca.
Pero Irak tenía petróleo, Siria no tiene nada más que muerte y destrucción. Ahora parece que a los políticos europeos les remuerde la conciencia o se empiezan a remover inquietos en sus sillones. Solamente porque la opinión pública se ha escandalizado y ha puesto el grito en el cielo por la situación en Siria. Pero seamos conscientes de que estos comermierdas que se sientan en Bruselas representando a Europa, así como los yanquis, no tienen ningún interés en meterse en una guerra en Siria que sólo les puede reportar muerte, mayor gasto y quizás un alto coste político, primero por no haber atacado antes el problema y segundo porque nadie sabe cómo va a acabar este asunto. Huele a muerto, no sólo en Siria.
Iceman
Iceman es un personaje de comic de esos que no se encuentran en primera línea de fuego, nadie se acuerda mucho de él hasta que hace falta, cuando todos los demás han fallado y es entonces cuando aparece él para salvar el culo a todo el mundo.
Es un personaje discreto, elegante y hasta se podría decir que sofisticado, un tío con clase en una palabra. Su forma de actuar y sus poderes así lo atestiguan. No necesita de trajes especiales, de parafernalias ni siquiera que le den mucho bombo, es el hombre del hielo y con eso es suficiente. A diferencia de otros héroes que adquieren sus poderes porque viene de otro paneta o galaxia o por casualidades del destino, Bobby, el hombre más frío del mundo, tiene su poder porque es un mutante, como todos los que se apellidan X-man.
Iceman es
un superhéroe de un cómic de historietas del Universo Marvel, y un miembro
original y vigente de los X-Men. Creado por Stan Lee y Jack Kirby, por primera
vez apareció en Uncanny X-Men nº 1 (septiembre, 1963).
Biografía
Bobby Drake nació con el poder mutante de congelar la
humedad del aire. Cuando ese poder apareció en su adolescencia, sus padres le
propusieron que lo guardara en secreto porque de lo contrario ello le traería
problemas. Un día Bobby paseaba con su novia Judy Harmon y fue atacado por un
matón del pueblo llamado Rocky Beasely y su pandilla. Para salvar a su novia, Bobby
congeló a Rocky en un bloque de hielo revelando así su poder a todo el pueblo.
Todos querían atacarlo pero el sheriff lo salvó de ello.
El Profesor Xavier, que se enteró del incidente, envío a
Cíclope (el primer miembro de los X-men) a que hablara con Bobby, pero como él
no quería hacerle caso lucharon por las calles hasta que se cansaron y la
muchedumbre los atrapó. El Profesor, con uno de sus magníficos poderes mentales
calmó a la gente y les borró la memoria.
Los padres de Bobby aceptaron que se graduara en la Escuela
Xavier para Jóvenes Superdotados y consintieron que el profesor les borrara sus
mentes para olvidar los poderes de su hijo. Iceman fue uno de los X-Men
originales, permaneció en el equipo, hasta que fueron secuestrados por Krakoa,
la Isla Viviente. Una segunda generación de X-Men los rescató, y Iceman, junto con Bestia y Ángel, decidió abandonar al equipo y ceder su lugar a
la nueva generación.
Cuando se reincorporó a los X-Men, parecía que había
aprendido a controlar sus poderes y ya no era necesario el cinturón inhibidor,
esto hizo que creyeraon que estaba al límite de sus poderes. Los X-Men se
separaron en dos grupos, Iceman fue colocado en el equipo dorado,
liderado por Tormenta, junto con Jean Grey, Coloso, Arcángel y Bishop.
Pero cuando Bobby se encontró con Mikhail Rasputín (el
hermano mayor de Coloso), este usó sus habilidades mutantes contra él mismo.
Bobby descubrió que su potencial todavía estaba lejos de ser alcanzado al
convertir su cuerpo en hielo, no sólo cubierto por el.
Cuando la entidad conocida como Onslaught apareció por primera
vez, Iceman fue elegido como uno de sus sujetos de prueba, junto con
Tormenta, Cíclope y Wolverine. Ellos se enfrentaron a un siervo de Onslaught
llamado Post , en un campo de batalla específico de entorno duro para poner a
prueba la medida de sus capacidades. Ganaron y regresaron a la mansión. Sin
embargo, el pecho del Iceman había sido destrozado en su forma de
hielo durante la batalla, por lo que era imposible volver a su forma humana. Se
enfrentó a Emma Frost y le exigió saber lo que ella hizo a sus poderes en su
cuerpo y la manera de salvarse. Emma se negó para que el descubriera la forma
por si mismo. Así , Iceman se ve envuelto una y otra vez en importantes
misiones, ya que sus poderes tienen un alcance insospechado.
Iceman es un mutante con poder para producir un
frío intenso que se convierte en formas de hielo, y posee la capacidad mental
de crear formas heladas en cualquier cosa que imagine. Con frecuencia, proyecta
el frío de sus manos en forma de "rayos helados", que pueden encerrar
a un enemigo en un bloque de hielo en cuestión de segundos.
Puede que el más ingenioso y popular de todos sus poderes
sea su capacidad de crear un especie de "puente helado", por el cual
se desliza. Pero con la ayuda de Enma Frost comprendió lo que pasaba y se
transformó en su forma humana, mientras sanaba la herida del pecho en el
proceso. Desde este momento, Iceman usó su forma de hielo orgánico en lugar de
su armadura de hielo. Esporádicamente, añadiría a su forma de hielo orgánico
afiladas cuchillas de hielo en sus hombros, codos, rodillas, y puños, con una
finalidad intimidatoria.
Entre sus habilidades nuevas descubiertas, Iceman puede
también reconstituir su forma de hielo si cualquier parte de ella se daña o aún
cuando está completamente destrozado, sin daños permanentes. Puede también
agregar la masa de un témpano temporalmente a su cuerpo para aumentar su masa, tamaño
y poder físico.
Su fuerza y durabilidad en su forma de hielo van más allá,
mejorando los niveles humanos normales. No sólo puede sobrevivir como hielo
sensible, sino también como agua y vapor sensible. Drake ha desarrollado la
habilidad de transformar su cuerpo de un estado gaseoso a un sólido, aunque
imponiéndole limitaciones físicas y mentales. Tiene la capacidad de manipular
todos las formas de humedad y ha aumentado grandemente las habilidades de
generar proyectiles, hojas y escudos que siempre había poseído.
domingo, 25 de agosto de 2013
Rob Halford, 62 años de Metal God
Rob Halford cumple 62 añitos en el día de hoy. Felicidades para él y que sean muchos más. Seguro que habrá recibido un montón de llamadas y mensajes de felicitación, como no puede ser menos cuando uno es el METAL GOD. No hacen falta presentaciones, si estás en el mundillo sabes quien es. Su vida ha transcurrido dentro del Metal y el Metal le debe mucho a él. No sólo es su voz, es también su actitud. Cuando está sobre el escenario su sola presencia impone respecto y admiración. Fuera de las tablas ocurre lo mismo, porque aunque sea el Metal God, como a él le gusta decir, ese es un título que no ha venido del cielo, sino que se lo ha ganado a pulso y lo renueva día a día.
Desde aquí mi homenaje y mi tributo a este genio, que a pesar de los años sigue dando lecciones de profesionalidad y de entrega.
Paradojas del capitalismo
Birgitta Jónsdóttir (diputada en Islandia):
“Las crisis son geniales, lo mejor que puede ocurrir: son la
única fuerza que mueve a la gente a unirse y pedir cambios (...) El capitalismo
no se puede cambiar, se tiene que destruir, destrozar. Pero no quiero ningún
ismo, no hay un solo sistema que sea la solución. Lo único que sí que hay que
hacer es ser más sostenibles en nuestras comunidades. Tenemos que ser
conscientes del coste que supone lo que consumimos; del problema de las
pensiones: con tanta gente joven desempleada, ¿quién va a pagar las pensiones
en los próximos 20 años? Es obvio que nuestros sistemas no funcionan, así que
tal vez tengamos que volver atrás y ver qué es lo que funcionaba antes…”
Ciertamente, el capitalismo es una mierda, pero es la mierda que quiere el mundo. Los que no lo tienen anhelan tenerlo, los que lo tienen lo vilipendian pero temen perderlo. Sólo hay prequeños corpúsculos en todas las sociedades y países, como el que representa la señora Birgitta en Islandia, que están dispuestos a dedicar tiempo a luchar contra el monstruo capitalista.
Y aquí de nuevo hay que diferenciar, tenemos dos tipos de luchadores. Los coyunturales, como decimos los economistas, y los estructurales, o que podríamos llamar convencidos. Los primeros, no nos engañemos, representan el grueso del ejército anticapitalista, son la infantería, los primeros en caer en la guerra o con el paso del tiempo, dentro de ellos podríamos distinguir dos facciones:
- Los jóvenes, los que tienen las hormonas a toda pastilla. Son un buen caldo de cultivo para reclutar tropas anticapitalistas. Por desgracia, muchos de ellos acaban en grupos antisistema que lo único que pretenden es desastibilizar porque sí, sin un objetivo a largo plazo, la guerra por la guerra, una forma más de entretenerse, la protesta, con todas las de la ley, por supuesto, por la protesta. La mayoría se dan de baja en la lucha cuando el nivel de hormonas en sangre les baja un poquito o cuando consiguen su primer empleo mal pagado.
- Los desempleados. Como dice Birgitta, abundan en tiempo de crisis, cuando la ola de EREs, despidos en masa, azota con más fuerza. Duran tanto como dura la crisis, cambian u olvidan su discurso en cuanto los vientos favorables vuelven a soplar, esperando, inconscientemente, a que el vendaval de una nueva crisis sople arrasando su vida como un tsunami. Son los que formarán el grueso del levantamiento contra el capitalismo cuando este ya no dé más de sí, pero también son las principales víctimas del consumismo y, por tanto, el trigo que alimenta a la bestia. He ahí la gran y ridícula paradoja. Protestan cuando el sistema les quita el caldo y callan como putas cuando el sistema les da dos tazas de anestesiante.
El segundo grupo, los luchadores estructurales, conforman la cabellería del ejército anticapitalista. Son los formados en el arte anticapitalista, los que pueden liderar el movimiento, pero que por sí solos no tienen la fuerza ni la representatividad necesaria. Como bien dice Birgitta, no sólo vale con que luchen en las calles, esa lucha, hasta que llegue el apocalipsis económico, o medioambiental (quizás antes que el otro), sólo es un parche que no taponará la herida, ésta sigue sangrando. Para lograr cambios estructurales es necesario que este grupo de intelectuales, o de personas formadas y con criterio propio, logren una representación en los parlamentos de los disntintos países, de manera que su voz se oficialice y sus proclamas se plasmen en papel, leyes y acciones de los gobiernos, respaldadas por la voz popular. Para ello se encuentran con un gran problema: las garras de la bestia capitalista son tremendamente afiladas, está bien alimentada, mientras que estos grupos viven en la anorexia y en la falta de medios, propiciando una batalla desigual, como la de David contra mil Goliats.
Algún día llegará el apocalipsis del capitalismo, propiciado por una gran crisis, no necesariamente económica. Pero ese cambio brusco, como todos los cambios radicales, será dramático y está por ver cómo quedará el orden de las cosas.
Y aquí de nuevo hay que diferenciar, tenemos dos tipos de luchadores. Los coyunturales, como decimos los economistas, y los estructurales, o que podríamos llamar convencidos. Los primeros, no nos engañemos, representan el grueso del ejército anticapitalista, son la infantería, los primeros en caer en la guerra o con el paso del tiempo, dentro de ellos podríamos distinguir dos facciones:
- Los jóvenes, los que tienen las hormonas a toda pastilla. Son un buen caldo de cultivo para reclutar tropas anticapitalistas. Por desgracia, muchos de ellos acaban en grupos antisistema que lo único que pretenden es desastibilizar porque sí, sin un objetivo a largo plazo, la guerra por la guerra, una forma más de entretenerse, la protesta, con todas las de la ley, por supuesto, por la protesta. La mayoría se dan de baja en la lucha cuando el nivel de hormonas en sangre les baja un poquito o cuando consiguen su primer empleo mal pagado.
- Los desempleados. Como dice Birgitta, abundan en tiempo de crisis, cuando la ola de EREs, despidos en masa, azota con más fuerza. Duran tanto como dura la crisis, cambian u olvidan su discurso en cuanto los vientos favorables vuelven a soplar, esperando, inconscientemente, a que el vendaval de una nueva crisis sople arrasando su vida como un tsunami. Son los que formarán el grueso del levantamiento contra el capitalismo cuando este ya no dé más de sí, pero también son las principales víctimas del consumismo y, por tanto, el trigo que alimenta a la bestia. He ahí la gran y ridícula paradoja. Protestan cuando el sistema les quita el caldo y callan como putas cuando el sistema les da dos tazas de anestesiante.
El segundo grupo, los luchadores estructurales, conforman la cabellería del ejército anticapitalista. Son los formados en el arte anticapitalista, los que pueden liderar el movimiento, pero que por sí solos no tienen la fuerza ni la representatividad necesaria. Como bien dice Birgitta, no sólo vale con que luchen en las calles, esa lucha, hasta que llegue el apocalipsis económico, o medioambiental (quizás antes que el otro), sólo es un parche que no taponará la herida, ésta sigue sangrando. Para lograr cambios estructurales es necesario que este grupo de intelectuales, o de personas formadas y con criterio propio, logren una representación en los parlamentos de los disntintos países, de manera que su voz se oficialice y sus proclamas se plasmen en papel, leyes y acciones de los gobiernos, respaldadas por la voz popular. Para ello se encuentran con un gran problema: las garras de la bestia capitalista son tremendamente afiladas, está bien alimentada, mientras que estos grupos viven en la anorexia y en la falta de medios, propiciando una batalla desigual, como la de David contra mil Goliats.
Algún día llegará el apocalipsis del capitalismo, propiciado por una gran crisis, no necesariamente económica. Pero ese cambio brusco, como todos los cambios radicales, será dramático y está por ver cómo quedará el orden de las cosas.
El sonido del trueno
Título original: A Sound of Thunder
Año: 2005
Duración: 103 min.
País: Reino Unido
Director: Peter Hyams
Guión: Thomas Dean Donnelly, Joshua Oppenheimer, Gregory Poirier
(Historia: Ray Bradbury)
Música: Nick Glennie-Smith
Fotografía: Peter Hyams
Reparto: Edward Burns, Ben Kingsley, Catherine McCormack, Jemima
Rooper, Wilfried Hochholdinger, August Zirner, Corey Johnson, Heike Makatsch
Productora
Warner Bros. Pictures / Franchise Pictures
Género: Ciencia ficción. Acción. Aventuras | Viajes en el tiempo
Sinopsis:
En el año 2054 los viajes en el tiempo son una realidad. La
patente de la nueva tecnología la tiene una empresa al frente de la cual está
Charles Hatton (Ben Kingsley), que ha organizado safaris para cazar dinosaurios
prehistóricos. Travis Ryan (Edward Burns), como jefe de la expedición, es el
encargado de la seguridad de los viajeros. Sin embargo, jugar con el tiempo es
muy peligroso y el más mínimo error puede tener consecuencias devastadoras en
el presente. Ryan y la doctora Sonia Rand (Catherine McCormack) tendrán que
enfrentarse a toda suerte de peligros para sobrevivir y para evitar
alteraciones del presente.
Película entretenida que podría haber alcanzado mayores cotas de calidad, se queda un poco a medio camino, aunque se dejar ver perfectamente. Los críticos dirán que los diálogos se van por las ramas con la jerga científica y que el guión es bastante previsible, lo cual es cierto, pero aún así la peli consigue enganchar lo suficiente para que sigas viendo hasta el final, lo que no quita para que de vez en cuando te puedas levantar para ir a coger una manzana o preparar unas popis.

Los efectos especiales no son la bomba, ni mucho menos, por lo menos desde la perspectiva del 2013, donde uno va a al cine a ver una peli de acción y parece que los monstruos se salen literalmente de la pantalla y las balas pasan silbando a solo centimetros de tu cabeza, pero por lo menos mantiene la tensión y la incertidumbre de por dónde van a ir los tiros. Hay algunas escenas bastante logradas, como los cambios en algunas olas temporales.
En cuanto a los actores, están bien en su papel. especialmente Ben Kingsley en su papel de empresario cínico y sin ética. Ben es ya un actor con muchos kilómetros a sus espaldas y lo borda, tratando de salvar su maldita empresa cuando el mundo se desmorona.
Peli completa en castellano:
https://www.youtube.com/watch?v=ht7J_mS3D_c
jueves, 22 de agosto de 2013
Legionario
La noche había caído como un manto espeso y tenebroso hacía ya un par de horas. Los sonidos de la noche se habían ido adueñando del lugar, unos conocidos, otros nuevos, otros...simplemente fruto de la imaginación o del miedo.
Los podía abarcar a todos con una simple mirada, a la luz de las hogueras, dispuestos en fila, en riguroso orden, como les habían enseñado, como se sentían obligados y orgullosos de hacerlo, hasta el final, hasta el último aliento. Miraba a izquierda y a derecha y sabía que no contaba más de 400 o 500, a lo sumo, pero la disposición en línea y la estricta formación hacía que pareciesen muchos más. De eso se trataba, al fin y al cabo, de guardar las apariencias, imponer respeto y aguantar el tipo hasta que las fuerzas no diesen para más. Pero no se engañaba. En su fueron interno era plenamente consciente de que aquella era la última batalla, lo sabía a ciencia cierta y lo asumía con el tesón y la disciplina de un legionario romano.
Era el fin de un imperio? Él no tenía repuesta para esa pregunta, sólo era un soldado, bien formado en el arte de la guerra pero no tanto en el de las ciencias y la sabiduría, para eso estaban los generales y los de las togas. Lo que sí sabía era como habían ido las cosas y lo que debería suceder en adelante si querían cambiar el rumbo de la situación.
Los bárbaros les habían estado comiendo el terreno desde hacía años. Al principio, poco a poco, con escaramuzas sin importancia. Un levantamiento aquí, un avance de tropas allá, el secuestro de algún cargo importante o el asalto a un puesto fronterizo. Y Roma, en su soberbia, había minimizado durante demasiado tiempo la importancia de esos actos de guerra, pues no eran otra cosa. Roma era invencible, demasiado potente y bien pensada para que una banda de forajidos o de bárbaros pudiese hacerla temblar siquiera.
Y las cosas se fueron complicando con el tiempo. Lo que eran pequeños levantamientos se convirtieron en focos constantes de tensión. Al principio las escasas tropas romanas en la zona tuvieron que ceder terreno ante el empuje y la superioridad numérica de los germanos. No estaban bien adiestrados, apenas tenían formación militar, pero no hay nada que hacer cuanto te enfrentas a un enemigo que te sobrepasa en una proporción de cincuenta a uno. Ahí habían saltado las alarmas, demasiado tarde, quizás. Los bárbaros habían ido ganando confianza, a medida que las victorias se sucedían y que iban recuperando el terreno perdido. Porque, a diferencia de otras regiones del vasto Imperio, como la Galia o Hispania, los germanos nunca quisieron entrar por el aro, se mostraban impermeables a los avances de la cultura romana, a la superioridad del conocimiento que se les estaba ofreciendo, al menos en apariencia. Porque los bárbaros, en realidad, rechazaban el modo de vida romano, pero no eran tan estúpidos como para hacer oídos sordos a todas aquellas cosas que pudiesen mejorar su exitencia o hacerlos mejores soldados. Aprendían rápido, y los romanos no se daban cuenta de ello o, más bien, los del Senado no se lo querían creer.
Así las cosas, Roma envío dos legiones a la frontera, para taponar los puntos más conflictivos y aplastar de una vez por todas las insurreciones de los bárbaros. Y, efectivamente, así fue. Esta vez los sorprendidos fueron los germanos, que no contaban con que Roma de repente les prestase tanta atención. Fueron aplastados ante un enemigo bien organizado, con mejor armamento y estrategias, además de mucho más numeroso que aquel al que estaban habituados. Se practicaron castigos ejemplares sobre los pincipales cabecillas, sin piedad alguna, sin hacer prisioneros, la aniquilación total del ejército bárbaro y el restablecimiento definitivo de la frontera. Así se hizo, incluso se dio rienda suelta a los insitintos más primitivos de los legionarios, en parte como premio y en parte como burla y ensañamiento para con el enemigo. Cientos de aldeas fueron arrasadas sin contemplaciones y miles de mujeres violadas a manos de los legionarios sedientos de sangre y ávidos de satisfacer sus instintos más primitivos después de semanas de campaña. Yo no pariticipé de esa tropelía, incluso se me acusó de blando y afeminado, pero me mantuve firme, por principios y porque sabía que esas son el tipo de cosas que un pueblo no olvida, deudas que tarde o temprano se pagan.
Y vaya si la pagamos. Durante un par de años la frontera pareció tranquila y definitavemente pacificada. Las legiones no hacían incursiones hasta la Germania más profunda, pero los tributos se recaudaban y el flujo de esclavos no cesaba, que era lo que en definitiva importaba a la capital del Imperio. Pero sólo fueron dos años. A partir de ahí se desató la tempestad. En secreto, a espaldas de los espías romanos infiltrados, las distantas facciones bárbaras habían estado dialogando, negociando una alianza que a la postre se produjo. Estaban unidos y formaban un único frente. También estaban mejor entrenados y seguían siendo igual de brutos y fuertes que siempre, pero con mejores armas. La única legión, diseminada a lo largo de cientos de kilómetros de frontera, fue arrasada igual que el viento se levanta una hoja.
Roma se enfureció, pero no lo suficiente. Se enviaron dos legiones, que igualmente fueron aniquiladas en cuestión de días. Cuando Roma se dió cuenta de la magnitud del peligro ya era demasiado tarde y los bárbaros estaban demasiado cerca. Bastante hemos hecho con aguantar todo este tiempo, cediendo metro a metro, con el rastro de nuestra sangre y nuestro sudor regando el camino de espaldas a Roma, sin volver nunca la vista atrás pero sin poder detener el avance enemigo. La situación se complicó porque la mitad de las legiones de Roma se encontraban de travesía por el Mediterráneo, en el contingente naval más importante que la historia de la humanidad allá visto, camino de Egipto, a la conquista de nuevos territorios. Así las cosas, tardarían meses en podernos enviar refuerzos de consideración. Por eso, sólo se dejó una legión en Roma y las otras diez disponibles salieron hacia el frente donde nos encontrábmos, al tiempo que se trataban de forzar los reclutamientos. Pero claro, reclutar no es lo mismo que entrenar. La tragedia estaba servida, aunque al principio nadie quería creerlo. Los hechos lo fueron demostrando día a día.
Así que aquí estamos nosotros, los últimos legionarios, la última defensa entre los bárbaros y Roma. Dispuestos a morir para dar unos dias más de vida a nuestras familias y nuestros amigos que se encuentran sólo veinte kilómetros más atrás, en la ciudad más grande del mundo.
El casco me pesa, pese a la noche, el calor estival es casi insoportable. Me caen gotones de sudor desde la frente, empapándome el rosotro. Pero no tengo manos para secarme, el pilum en una mano, el gladuis en la otra. Ni manos ni tiempo, en cualquier momento pueden saltar sobre nosotros y no habrá lugar a componendas, armar el brazo y matar al enemigo, es lo único que ahora ocupa mis actos. La armadura que llevo no es mía, esta es mejor que la que tenía cuando llegue al frente. Es una de las ventajas, la única, de que nuestro ejército haya quedado diezmado, ahora todos los que permanecesmos en pie estamos equipados igual que si fuésemos generales, menos la capa, que no la quiere nadie pues es sólo un estorbo y una cruz encima de uno mismo, llamando al enemigo a aniquilarlo en primer lugar. Pero todos tenemos armaduras metálicas y con muchos adornos, varios piliums, sobre el suelo a nuestros pies, escudos, también en el suelo, esperando a ser recogidos. Estamos armados hasta los dientes dispuestos para la batalla, las manos tensas alrededor de la empuñadura, la vista al frente buscando cualquier indicio de movimiento sospechoso.
La última línea de defensa la hemos establecido en medio del bosque, evitando los claros, el campo abierto sería ponerle las cosas fáciles al enemigo, a tiro de flecha. Sin embargo, la espesura también tiene sus incovenientes. El enemigo se oculta más fácilmente y su llegada se hace imprevisible y, sobre todo, el miedo nos atenaza a cada ruído extraño que creemos oir. No es miedo, es tensión, pero para el caso es lo mismo, los nervios nos comen las entrañas.
Súbitamente se hace el silencio, como si todos los seres vivos del bosque, excepto los legionarios, hubiesen dicho "basta, es hora de irse a dormir, dejemos a estos que se maten". Intercambiamos miradas silenciosas, siginificativas, afirmamos con la cabeza y con los ojos, dándonos valor mutuamente, conscientes de que no volveremos a ver a nuestros seres queridos. Muriendo por el Imperio.
Un alarido desgarrador rompe la quietud de la noche y la angustia se convierte en tensión militar, alzamos el pilum justo por encima del hombro, prestos a lanzarlo ante el primer enemigo que tengamos a tiro. Luego llegan más gritos y de entre los árboles sale un nido de bestias sedientas de sangre y de conquista. Los pilum vuelan, uno tras otro, certeros, no hay munición que desperdiciar ni blanco que se pueda errar sin que ello nos cueste la vida. Se agotan los pilum y echamos mano al escudo que descansa en tierra y con el gladium en ristre iniciamos el cuerpo a cuerpo... Brazos cortados que sobrevuelan el escenario, piernas sin propietario, instestinos que siembran el suelo como maíz cortado, cabezas que ruedan libres sin cuello. Retrocedemos ante el empuje y la superioridad enemiga, son miles, y todos quieren llegar antes que ningún otro para matar a uno de los últimos legionarios. Sólo quedamos dos decenas, formando un círculo, espalda contra espalda, lentamente se nos aproximan, saboreando la victoria y nuestra muerte. Nos miramos, nos entendimos y gritamos al mismo tiempo: POR ROMA!!! Rompemos el círculo y acometemos al enemigo con descaro y orgullo de legionario.
Los podía abarcar a todos con una simple mirada, a la luz de las hogueras, dispuestos en fila, en riguroso orden, como les habían enseñado, como se sentían obligados y orgullosos de hacerlo, hasta el final, hasta el último aliento. Miraba a izquierda y a derecha y sabía que no contaba más de 400 o 500, a lo sumo, pero la disposición en línea y la estricta formación hacía que pareciesen muchos más. De eso se trataba, al fin y al cabo, de guardar las apariencias, imponer respeto y aguantar el tipo hasta que las fuerzas no diesen para más. Pero no se engañaba. En su fueron interno era plenamente consciente de que aquella era la última batalla, lo sabía a ciencia cierta y lo asumía con el tesón y la disciplina de un legionario romano.
Era el fin de un imperio? Él no tenía repuesta para esa pregunta, sólo era un soldado, bien formado en el arte de la guerra pero no tanto en el de las ciencias y la sabiduría, para eso estaban los generales y los de las togas. Lo que sí sabía era como habían ido las cosas y lo que debería suceder en adelante si querían cambiar el rumbo de la situación.
Los bárbaros les habían estado comiendo el terreno desde hacía años. Al principio, poco a poco, con escaramuzas sin importancia. Un levantamiento aquí, un avance de tropas allá, el secuestro de algún cargo importante o el asalto a un puesto fronterizo. Y Roma, en su soberbia, había minimizado durante demasiado tiempo la importancia de esos actos de guerra, pues no eran otra cosa. Roma era invencible, demasiado potente y bien pensada para que una banda de forajidos o de bárbaros pudiese hacerla temblar siquiera.
Y las cosas se fueron complicando con el tiempo. Lo que eran pequeños levantamientos se convirtieron en focos constantes de tensión. Al principio las escasas tropas romanas en la zona tuvieron que ceder terreno ante el empuje y la superioridad numérica de los germanos. No estaban bien adiestrados, apenas tenían formación militar, pero no hay nada que hacer cuanto te enfrentas a un enemigo que te sobrepasa en una proporción de cincuenta a uno. Ahí habían saltado las alarmas, demasiado tarde, quizás. Los bárbaros habían ido ganando confianza, a medida que las victorias se sucedían y que iban recuperando el terreno perdido. Porque, a diferencia de otras regiones del vasto Imperio, como la Galia o Hispania, los germanos nunca quisieron entrar por el aro, se mostraban impermeables a los avances de la cultura romana, a la superioridad del conocimiento que se les estaba ofreciendo, al menos en apariencia. Porque los bárbaros, en realidad, rechazaban el modo de vida romano, pero no eran tan estúpidos como para hacer oídos sordos a todas aquellas cosas que pudiesen mejorar su exitencia o hacerlos mejores soldados. Aprendían rápido, y los romanos no se daban cuenta de ello o, más bien, los del Senado no se lo querían creer.
Así las cosas, Roma envío dos legiones a la frontera, para taponar los puntos más conflictivos y aplastar de una vez por todas las insurreciones de los bárbaros. Y, efectivamente, así fue. Esta vez los sorprendidos fueron los germanos, que no contaban con que Roma de repente les prestase tanta atención. Fueron aplastados ante un enemigo bien organizado, con mejor armamento y estrategias, además de mucho más numeroso que aquel al que estaban habituados. Se practicaron castigos ejemplares sobre los pincipales cabecillas, sin piedad alguna, sin hacer prisioneros, la aniquilación total del ejército bárbaro y el restablecimiento definitivo de la frontera. Así se hizo, incluso se dio rienda suelta a los insitintos más primitivos de los legionarios, en parte como premio y en parte como burla y ensañamiento para con el enemigo. Cientos de aldeas fueron arrasadas sin contemplaciones y miles de mujeres violadas a manos de los legionarios sedientos de sangre y ávidos de satisfacer sus instintos más primitivos después de semanas de campaña. Yo no pariticipé de esa tropelía, incluso se me acusó de blando y afeminado, pero me mantuve firme, por principios y porque sabía que esas son el tipo de cosas que un pueblo no olvida, deudas que tarde o temprano se pagan.
Y vaya si la pagamos. Durante un par de años la frontera pareció tranquila y definitavemente pacificada. Las legiones no hacían incursiones hasta la Germania más profunda, pero los tributos se recaudaban y el flujo de esclavos no cesaba, que era lo que en definitiva importaba a la capital del Imperio. Pero sólo fueron dos años. A partir de ahí se desató la tempestad. En secreto, a espaldas de los espías romanos infiltrados, las distantas facciones bárbaras habían estado dialogando, negociando una alianza que a la postre se produjo. Estaban unidos y formaban un único frente. También estaban mejor entrenados y seguían siendo igual de brutos y fuertes que siempre, pero con mejores armas. La única legión, diseminada a lo largo de cientos de kilómetros de frontera, fue arrasada igual que el viento se levanta una hoja.
Roma se enfureció, pero no lo suficiente. Se enviaron dos legiones, que igualmente fueron aniquiladas en cuestión de días. Cuando Roma se dió cuenta de la magnitud del peligro ya era demasiado tarde y los bárbaros estaban demasiado cerca. Bastante hemos hecho con aguantar todo este tiempo, cediendo metro a metro, con el rastro de nuestra sangre y nuestro sudor regando el camino de espaldas a Roma, sin volver nunca la vista atrás pero sin poder detener el avance enemigo. La situación se complicó porque la mitad de las legiones de Roma se encontraban de travesía por el Mediterráneo, en el contingente naval más importante que la historia de la humanidad allá visto, camino de Egipto, a la conquista de nuevos territorios. Así las cosas, tardarían meses en podernos enviar refuerzos de consideración. Por eso, sólo se dejó una legión en Roma y las otras diez disponibles salieron hacia el frente donde nos encontrábmos, al tiempo que se trataban de forzar los reclutamientos. Pero claro, reclutar no es lo mismo que entrenar. La tragedia estaba servida, aunque al principio nadie quería creerlo. Los hechos lo fueron demostrando día a día.
Así que aquí estamos nosotros, los últimos legionarios, la última defensa entre los bárbaros y Roma. Dispuestos a morir para dar unos dias más de vida a nuestras familias y nuestros amigos que se encuentran sólo veinte kilómetros más atrás, en la ciudad más grande del mundo.
El casco me pesa, pese a la noche, el calor estival es casi insoportable. Me caen gotones de sudor desde la frente, empapándome el rosotro. Pero no tengo manos para secarme, el pilum en una mano, el gladuis en la otra. Ni manos ni tiempo, en cualquier momento pueden saltar sobre nosotros y no habrá lugar a componendas, armar el brazo y matar al enemigo, es lo único que ahora ocupa mis actos. La armadura que llevo no es mía, esta es mejor que la que tenía cuando llegue al frente. Es una de las ventajas, la única, de que nuestro ejército haya quedado diezmado, ahora todos los que permanecesmos en pie estamos equipados igual que si fuésemos generales, menos la capa, que no la quiere nadie pues es sólo un estorbo y una cruz encima de uno mismo, llamando al enemigo a aniquilarlo en primer lugar. Pero todos tenemos armaduras metálicas y con muchos adornos, varios piliums, sobre el suelo a nuestros pies, escudos, también en el suelo, esperando a ser recogidos. Estamos armados hasta los dientes dispuestos para la batalla, las manos tensas alrededor de la empuñadura, la vista al frente buscando cualquier indicio de movimiento sospechoso.
La última línea de defensa la hemos establecido en medio del bosque, evitando los claros, el campo abierto sería ponerle las cosas fáciles al enemigo, a tiro de flecha. Sin embargo, la espesura también tiene sus incovenientes. El enemigo se oculta más fácilmente y su llegada se hace imprevisible y, sobre todo, el miedo nos atenaza a cada ruído extraño que creemos oir. No es miedo, es tensión, pero para el caso es lo mismo, los nervios nos comen las entrañas.
Súbitamente se hace el silencio, como si todos los seres vivos del bosque, excepto los legionarios, hubiesen dicho "basta, es hora de irse a dormir, dejemos a estos que se maten". Intercambiamos miradas silenciosas, siginificativas, afirmamos con la cabeza y con los ojos, dándonos valor mutuamente, conscientes de que no volveremos a ver a nuestros seres queridos. Muriendo por el Imperio.
Un alarido desgarrador rompe la quietud de la noche y la angustia se convierte en tensión militar, alzamos el pilum justo por encima del hombro, prestos a lanzarlo ante el primer enemigo que tengamos a tiro. Luego llegan más gritos y de entre los árboles sale un nido de bestias sedientas de sangre y de conquista. Los pilum vuelan, uno tras otro, certeros, no hay munición que desperdiciar ni blanco que se pueda errar sin que ello nos cueste la vida. Se agotan los pilum y echamos mano al escudo que descansa en tierra y con el gladium en ristre iniciamos el cuerpo a cuerpo... Brazos cortados que sobrevuelan el escenario, piernas sin propietario, instestinos que siembran el suelo como maíz cortado, cabezas que ruedan libres sin cuello. Retrocedemos ante el empuje y la superioridad enemiga, son miles, y todos quieren llegar antes que ningún otro para matar a uno de los últimos legionarios. Sólo quedamos dos decenas, formando un círculo, espalda contra espalda, lentamente se nos aproximan, saboreando la victoria y nuestra muerte. Nos miramos, nos entendimos y gritamos al mismo tiempo: POR ROMA!!! Rompemos el círculo y acometemos al enemigo con descaro y orgullo de legionario.
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