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miércoles, 4 de septiembre de 2013

El infierno (capítulo 10)

- Al mismo tiempo, toda esta situación se veía complicada porque mi ex quería hacerse con la custodia de nuestra hija, lo que más amaba en el mundo... y lo que más amo en este también. Así que estaba en una verdadera encrucijada, con un montón de cosas por resolver y paralizado por mi enemigo, sin saber muy bien para donde tirar - continuaba el informático con el relato de su vida terrenal

- Por lo que veo las cosas no te salieron como esperabas... - dijo Amanda

- Cómo lo sabes?

- Ayyy... tan inteligente y a la vez tan miope. Querido, si te hubiesen salido según tus planes, supongo que no andarías por estos barrios marginales , tan apartados del mundanal ruido. Y no creas que me refiero solo al infierno, al cielo también. De hecho, si te soy sincera, y siempre lo soy, puedes estar seguro - le dijo con un guiño sensual - se está mejor aquí que allá arriba. Así que al menos no te salido del todo mal.

- Qué sabes tú de eso? Quiero decir, de arriba...?

- Es una larga historia, no creas que tienes tu la patente de este tipo de chismes. Como te dije, todos los que estamos aquí tenemos nuestras historias que contar, unas más divertidas, otras más aterradoras, otras... en fin. Pero lo primero es lo primero, y debes acabar la tuya.

- Está bien. Mujeres, no sé cómo lo hacéis, pero siempre os las apañáis para salir ganando.

- Porque somos el sexo fuerte, muchacho, por mucho que vosotros y el mundo os empecinéis en decir lo contrario.

En ese momento se escuchó una potente voz resonar en la estancia, al tiempo que se cortaba, como si de un apagón se tratase, el sonido de la música. "El informático, preséntese inmediatamente en la sala de estudio. No lo pienso repetir".

- Vaya - dijo Jim Morrison - parece que hay gente que no descansa ni en la otra vida - su comentario fue acompañado de una carcajada general - Lo siento muchacho, el deber te llama! Así que no te hagas de rogar y acude rápido a tu nueva cita. Además, así podremos seguir con nuestro concierto, intuyo que no tendremos fluído hasta que muevas el culo, colega. Por favor, hazlo por nosotros

Todas las miradas estaban fijas en él, así que, ruborizándose un poco, levantó los brazos y dijo:

- Está bien, ya voy, que nadie se preocupe, tengo cosas importantes entre manos.

- Sí, eso ya lo vemos! No pierdes el tiempo! - gritó alguien entre la multitud para regocijo de la concurrencia

- Bueno, será mejor que te vayas, por el bien de todos -  le susurró Amanda al oído - sobre todo el tuyo, parece que es importante para los jefes

- Eso parece, te lo iba a contar, pero tendrá que ser en otro momento. Por cierto, supongo que nos volveremos a ver, no?

- Depende de ti, creo. Yo no me voy de vacaciones a ninguna parte, pero me gustan las fiestas..., así que soy fácil de encontrar

- Vale, me alegro de haberte conocido, Am... Eh, hasta pronto

- Cuídate y haz bien tu trabajo, pero no tardes mucho, eh?

Con un movimiento leve de la cabeza, se dio la vuelta y cuando ya se dirigía hacia sus dependencias escuchó de fondo los rugidos de la guitarra , desgranando acordes con maestría y dando continuidad a las celebraciones.


Empujó la puerta de su habitación y se encontró con la pequeña figura de Atila, de espaldas, observando a los cerebros flotantes. Lentamente se dio la vuelta y le clavó la mirada con gesto severo.

- Pero hombre, es que tan difícil es conseguir unos pantalones? - El informático miró hacia abajo y, efectivamente, una vez más comprobó que iba totalmente desnudo, parecía inevitable - A ver, no es que me escandalice, ni que me moleste siquiera, he visto en mi vida, bueno, en mis dos vidas, cosas que helarían la sangre a pringados como tú. Así que, ver... eso, no me reporta el más mínimo inconveniente, pero digamos que se trata de una cuestión de elegancia. Creo que has tenido ocasión de comprobar que aquí no se pierde el tiempo, aunque es lo único que no escasea, así que puedes ahorrarte, y ahorrarnos, tus exhibiciones gratuitas.

- Pero...

- Ni pero ni nada. Tema zanjado. Haz lo que te plazca, eso sí, por tu bien cumple cuanto antes el cometido que nuestra dueña Lucifer te ha impuesto. Me ha transmitido que está muy contrariada por tu actitud indolente, se esperaba mucho de ti. Supongo que se referirá al tema estrictamente profesional...

- Lo siento, me he dejado llevar por la algarabía general

- Y un cuerno! Te has dejado llevar por la lujuria! Lo cual, dicho sea de paso, es lo normal aquí, sobre todo cuando un alma como la de Amanda se te planta delante tuya - dijo con voz soñadora - No te critico por ello, pero ahora es tiempo de acabar lo que todavía no has empezado. Lucífer me ha hablado de tu trabajo y espera que vaya por buen camino. Además, quiere que sepas que ella en persona espera recompensarte como te mereces...

Las últimas palabras del enano le hicieron palidecer y casi sintió un vértigo, como si su cuerpo se tambalease, era como si a través de las palabras de Atila pudiese sentir el calor del cuerpo de Lucifer y su pasión desbordante.

- Lo intentaré - fue lo único que consiguió articular

- Más te vale. Creo que hasta ahora sólo has conocido el lado amable y deseable de Lucifer. Sinceramente, no se que habrá visto en ti, pero créeme cuando te digo que no te gustaría conocer su verdadero yo. O es que te crees que el gran Atila vivía dentro de este miserable cuerpo cuando cabalgaba al frente de los hunos? - dejó la insinuación en el aire y salió con pasos firmes y cortos de la estancia. El informático se quedo pensativo, evaluando la oportunidad de indagar algo más sobre el diezmado cuerpo de Atila, pero en su interior una vocecita le decía que era el momento de estar callado y sentarse frente al ordenador.

Así que se sentó en la silla que estaba frente a la pantalla y comenzó a examinar el equipo. Le costaba creer que semejante carraca pudiese utlizarse en el Infierno, hasta en los institutos tenian mejor material que aquel.

2 comentarios:

  1. menuda imaginación te gastas: informático, lucifer y atila de criado que siga la fiesta de los cerebros flotantes.

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