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martes, 8 de octubre de 2013

El infierno (capítulo 12)

 Durante unos segundos que se le hicieron eternos la pantalla permaneció como congelada, sólo con el cursor parpadeante denotando que todavía estaba conectado y que había alguien al otro lado que exigía una respuesta inmediata. Lo primero que se le vino a la cabeza fue apagar el ordenador directamente, así no tendría que dar explicaciones pero sin embargo podrían investigar su rastro, le seguirían hasta los confines del infierno. No, esa no era la solución, tenía que enderezar la situación de alguna forma.

-  Repito, por última vez, identifíquese o tendré que dar parte a las autoridades para que investiguen su caso y podría haber sanciones...
- Qué tipo de sanciones?
- Lo más normal es que le retiren el acceso a la red durante un tiempo, eso cuando menos...

Mientras actuaba inocentemente de cara a su interlocutor, comenzó a borrar todo rastro de su presencia allí. En nada estaría fuera de peligro, seguramente le habían cazado por casualidad y como por casualidad se esfumaría de sus sistemas, pensaba mientras trabajaba a toda prisa.

- Vaya eso no estaría nada bien, no me gustaría, no. Sabe, me lo paso muy bien, tengo amigos aquí y me gusta hablar con ellos.
-Qué amigos? En qué sector está usted?
- En el 16 - ahora que habia tenido tiendo para mapear su sistema se encontraba más tranquilo y confiado, así que no le importó mentir un poco, qué peligro podría haber ya.
- Vaya, el 16... Ahora entiendo porque se anda usted con tanto misterio y también lo de su nick tiene sentido.
- Sí, no me diga...- aventuró tratando de conseguir información. Prácticamente podría borrar su registro del sistema y crear un nuevo usuario, o casi mejor, apropiarse de alguna clave y utilizar un registro ya existente, de alguien que viviese en el propio Cielo, de ese modo no tendría que crear una pantalla de distracción entre cielo e infierno.
-Sí, ya lo creo. Aunque le confesaré que las cosas no son ni mucho menos parecidas a cuando yo estuve allí, hace de eso unos 200 años.
- Ah, vaya, es que yo llevo mucho menos tiempo, acabo de llegar como quién dice...
- Ya veo, se le nota a la legua. Tranquilo, como le digo, ahora las cosas son mucho más tranquilas que cuando el sector 16 era una provincia rebelde en manos del enemigo. No en vano formaba parte del purgatorio, pero conseguimos arrebatárselo y aunque es una provincia periférica para casos que necesitan de cierta adaptación, la convivencia es bastante pacífica.
- No sabía que el purgatorio se hubiese escindido...
- Oiga, cuánto tiempo lleva usted aquí?
- Días, solamente
- Entiendo, de todos modos, debe tener amigos importantes para tener acceso a una cuenta desde el sector 16, tratándose de un recién llegado.
- Bueno, digamos que en la Tierra conocía a gente importante
- La Tierra! Así que un humano! Vaya, hacía mucho tiempo que no me topaba con uno de esos
- Ah
- Sí, normalmente acaban todos en el infierno, es tradicionalmente una especie bastante limitada y abocada al fracaso, sin faltarle, eh? Pero realmente son muy pocos los que consiguen entrar directamente en el paraíso. La mayoría entran a través del purgatorio, tras una larga estancia sufriendo todo tipo de penas y torturas, purgando sus culpas.

Se quedó pensando que el ser que tenía al otro lado era una muestra clara y evidente de lo efectivo de la propaganda celestial. Si, como pensaba, el purgatorio era todavía mejor que el infierno, no quería ni imaginar la vida que se podría dar en ese nivel de la eternidad. El llevaría poco tiempo en estas dimensiones pero los de arriba no se enteraban de nada, al parecer. Empezaba a interesarse por la conversación, al parecer las cosas estaban tan consolidadas en aquellos mundos que cualquier tipo de acción de sabotaje o de conspiración parecía casi inconcebible. Era difícil de creer pero así era. Quizás el disponer de toda la eternidad dotaba a cada acción de un tempo muy diferente al que los humanos solían afrontar díariamente, con el yugo del tiempo siempre pendiendo sobre sus cabezas. Estos seres, por contra, eran totalmente confiados y no parecían tener prisa alguna.

- Así que si usted ha entrado en el 16 directamente, supongo que será alguien importante, uno de los pocos que ha sabido aprovechar el escaso tiempo de vida que tienen los humanos.
- Usted de que mundo proviene? Si me permite la indiscreción
- Soy de la raza Gerti, una de las mas antiguas del universo, y una de las más longevas. Nuestra esperanza de vida ronda los dos mil años, así que se puede imaginar que al lado de los humanos somos auténticos sabios.


Seréis unos sabios sí, pero de informática no tenéis ni idea, dijo para sí el informático. A esas alturas había abandonado ya la idea de eliminar su registro y hábilmente consiguió reubicarlo en el consabido sector 16, de forma que su coartada quedaba plenamente autorizada y respaldada por su conversación con el supuesto webmaster o vigilante de Gerti. Después del susto inicial, volvió a asentrse en él la idea de que alterar los parámetros de la propaganda celestial y llevarse consigo el botín iba a ser un juego de niños.

Pero antes quería seguir familiarizándose con el entorno, eso nunca estaba de más, sobre todo teniendo en cuenta que para ser un recién llegado y tener entre manos una importante misión que cumplir, apenas nadie le había explicado nada de nada. Así que el inocente Gertiano era una oportunidad de oro para ir atando cabos.

- Dos mil años! Ningún humano aspiraría jamás a una vida tan prolongada, ni siquiera con los avances actuales. Por cierto, permíteme que me presente. Yo soy Jail.
- Encantado, yo CT13
- Curioso nombre...
- Es la transcripción a vuestra lengua de mi nombre original, una expresión abreviada, digamos.
- Oye CT, nunca se ha dado el caso de que alguien se haya escapado del purgatorio introduciéndose impunemente en el cielo?
- Quizás en tiempos remotos, tendrías que hablar con los más antiguos de aquí, los que llevan eones viendo entrar almas y más almas. Pero desde hace muchos siglos que no se produce un hecho insólito como ese, realmente desde la introducción de la informática en lo controles, saltarlos es casi imposible.
- Ya...

Y en la mente del informático empezó a tomar forma una idea, pero sus cavilaciones se vieron interrumpidas por la irrupción en tropel de Atila.

- Su eminencia me envía a recabar información sobre los progresos que ha realizado, cómo va eso? Ah! Vaya, por lo que veo no sólo se dedica usted a perder el tiempo sino que además confraterniza con el enemigo...
- No, no , déjeme explicarle.
- No es necesario, tengo ojos y no soy tonto. Bien, es mi deber advertirle que su excelentísima Lucifer estará de vuelta en unas pocas horas, de ahí la urgencia en que avance en sus tramitaciones, me ha dicho que quiere que le dé cuenta usted personalmente de todo los avancez. Así que yo en su caso no me andaría con flirteos de quinceañeros con esos de ahi arriba, créame, no vale la pena, lo de aquí es mucho más sabroso. Eso por no mencionar que posiblemente no tiene usted ni idea de con quién está hablando...
- Sí que lo sé, se trata de un Gertiano

Atila soltó una sonora carcajada y a punto estuvo de doblar las rodillas y rodar por el suelo en toda su corta estatura.

- Está claro que no sabe con quién habla! Bien, allá usted. Ella estará pronto aquí, ya sabe lo que eso significa

Y dicho eso abandonó de nuevo la estancia sin mirar atrás, como era su costumbre. Lo cierto era que al enano no le faltaba razón, no tenía ni idea de quién era ni còmo era su interlocutor. Todo lo contrario que Ella, sólo oir su nombre sus curvas se le vinieron a la mente como una imagen exótica y sensual y sus manos empezaron a sudar. Miró para la pantalla, el gertiano continuaba largando y largando, sin importarle que no le contestaran. Sin embargo, su tiempo era breve, él no iba a vivir dos mil años en el Infierno, o sí?

To be continued...

4 comentarios:

  1. esto ya va para novela, hay que juntarlo todo y presentarlo a concurso

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    Respuestas
    1. Me enrrollo como una persiana y cada vez se me va alargando más el tema jeje

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    2. Que va no te enrollas.. Me encanta, tú sigue así.
      Y que se te vaya alargando, jeje

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    3. Pues vais a tener infierno para rato... Luego no me vengáis llorando

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