17 menhires de hasta 45 toneladas dispuestos en un orden
cuya significación astronómica aún se desconoce y que ha sido objeto de mitos,
leyendas y de la investigación académica durante más de ocho siglos.
Mucho se ha hablado sobre el origen de Stonehenge, un lugar
permantemente rodeado de un halo de misterio y solemnidad, es uno de esos
sitios que te transmiten algo especial, que te imponen un respeto, respeto a lo
desconocido, a la historia, a la grandiosidad y al origen de tantas cosas.
¿Se considera a Stonehenge un calendario astronómico o un
lugar de cura o un marcador para las líneas de energía en el suelo? Nadie sabe
realmente nada, aunque algunas teorías se acercan algo más a la realidad que
otras.
En 1620, tras una visita de Jaime I, el duque de Buckingham
emprendió la primera excavación conocida que apuntó la posibilidad de que
hubiera sido construido por la civilización romana. Sin embargo, otra
investigación llevada a cabo por orden de Carlos II descubrió la relación de
Stonehenge con Avebury Henge y señaló otros círculos de piedra en otros lugares
que no fueron ocupados por los romanos, por lo que se llegó a la conclusión de
que eran templos de los británicos nativos.
Lo que es indudable es que Stonehenge es un hito de la
ingeniería. Construido en tres fases durante un período de 1400 años, se supone
fue llevado a cabo por un gran grupo de obreros con un motivo especial, con un
fin, con la creencia en su necesidad o su gloria. Obrerosque poseían una clara
idea de que lo que querían lograr, y las habilidades necesarias para realizarlo.
Los épicos trabajos de construcción
Se sabe que las piedras azules que forman el mítico
monumento prehistórico son de origen volcánico y proceden de Gales, de la zona
de Preseli Hills, a más de 250 kilómetros de distancia. ¿Cómo llegaron hasta
allí? ¿Cómo fueron colocadas? Algunos científicos piensan que las rocas fueron
trasladadas a Stonehenge por humanos hace unos 5.000 años. Otros señalan, por
el contrario, que fueron arrastradas hasta allí por movimientos glaciares hace
cientos de miles de años.
Según las teoría de la construcción humana, los ingenieros
de la Edad de Bronce rompían el suelo, alrededor de 5050 años atrás, con
herramientas de excavación hechas de cornamentas y huesos de ganado. El
desarrollo original incluía un círculo de postes de madera rodeados por una
serie de bancos y zanjas.
Cerca de 500 años después se erigieron las primeras piedras
– todavía dos milenios antes de la invasión romana. Estas piedras azules de
cinco toneladas de peso cada una, eran traídas desde las montañas Prescelli en
el sur de Gales, a 400 km. de distancia.
Estas piedras eran probablemente transportadas en enormes
balsas a lo largo de la costa de Gales y hasta el río Avon. Luego eran
arrastradas por tierra hasta Stonehenge. Sólo para ser abandonadas durante un
siglo o más antes de que el verdadero trabajo comenzara...
Las 30 piedras gigantes que formaban el círculo externo –17
de las cuales sobreviven en la actualidad- pesan 50 toneladas cada una. Están
separadas 1,4 metros entre sí, elevándose 4 metros sobre el suelo. Con cerca de
2 metros de ancho y 1 metro de espesor, se afilan en la punta, y originalmente
soportaban dinteles radiados de 3 metros que formaban un círculo continuo.
Los dinteles eran fijados usando uniones machi hembra, y
sostenidos en su lugar con ranuras y espigas ajustadas con martillos de piedra.
Los investigadores estiman que equipos de hasta 600 hombres deben haber
arrastrado estas piedras a través de escarpados terrenos desde Marlborough
Downs, a 32 km. de distancia.
Nuevas teorías
¿Fue un templo en honor al sol? ¿Un observatorio astronómico?
¿Un cementerio de reyes? ¿Una especie de «Lourdes» neolítico al que iba la
gente en busca de curaciones milagrosas? ¿O fue construido para explicar un
enigmático efecto sonoro?
Han sido muchas las teorías sobre este legado prehistórico
desde que Henry de Huntingdon, un archidiácono de la diócesis de Lincoln, se
refiriera a Stonehenge en su “Historia Angloru” en el siglo XII y describiera
las piedras “a la manera de puertas”. Ya hace siglos se relacionaba el
monumento con las leyendas artúricas, considerándilo como el último lugar de
descanso del gran rey, habiendo sido el círculo de piedra construido por Merlín
tras la victoria del rey británico Aurelio Ambrosio sobre el sajón Hengist.
Los investigadores aún siguen con sus pesquisas para
intentar explicar, entre otras cuestiones, cómo lograron los antepasados de los
británicos actuales que desde el centro de este complejo de 104 metros de
diámetro se vea cómo la cima de la piedra Heel Stone coincide con la salida del
sol durante el solsticio.
El arqueólogo Parker Pearson considera que Stonehenge fue construida para
los ancestros; un monumento pétreo para albergar los espíritus de los muertos.
Las nuevas excavaciones revelan que estaban comunicados por extensas avenidas
de procesiones que conducían hacia otro gran círculo hecho de madera - que
representaba el mundo de los vivos. Durante el día más corto y el más largo del
año ambos monumentos se alineaban con la salida y la puesta del sol.
Las revelaciones aparecieron a unos pocos kilómetros de allí
cuando el equipo encontró la primera evidencia de un asentamiento de 4.500 años
de antigüedad. Con sus más de 300 casas es el poblado más numeroso de toda
Europa durante la Edad de Piedra. En el centro se encuentran los restos de un
misterioso segundo círculo. Las excavaciones actuales y los análisis de radio
carbono (carbono 14) indican que este monumento perdido fue, de hecho, una
réplica en madera del Stonehenge original - ambos círculos existieron en el
mismo momento.
Stonehenge fue el cementerio más grande en su día.
Los círculos de madera se encuentran en un sitio llamado
Durrington Walls. ¿Por qué se asocia la madera con los vivos y la piedra con la
muerte?
Se estima que alrededor de cuatro a cinco mil personas
pueden haberse reunido allí en el momento en el que estaban construyendo
Stonehenge.
También sabemos que hubo flujos estacionales en Durrington
Walls. A través del análisis de los patrones de edad en los dientes de los
cerdos, se puede observar que hay puntos especialmente altos en los patrones de
sacrificio. Los cerdos habían dado a luz en primavera, y lo que estamos viendo
es un sacrificio en el medio del invierno.
Los investigadores no se ponen de acuerdo en el fin de esta especie de santurario. Según algunos, como Parker, Stonehenge no se construyó con el fin de hacer algo, de la
misma manera que se construye un templo griego para usarlo como culto, todo giraría sobre el acto de la creación, es decir, en querer
construirlo.
Si giras 180 grados y miras hacia
Stonehenge, que es donde se pone el sol en el solsticio del pleno invierno,
aparece un accidente geográfico natural, formado en una edad de hielo anterior,
donde hay surcos y crestas que por pura casualidad se alinean en ese eje del
solsticio.
Justo al lado de este accidente geográfico se cavaron pozos
para ocupar puestos que se pusieron en marcha hace 10.000 años, mucho antes que
en Stonehenge. Un equipo de arqueólogos ha descubierto en el río junto a
Stonehenge un área de asentamiento enorme para los cazadores y recolectores,
que parece haber sido ocupada de forma intermitente durante algo así como 4.000
años antes de Stonehenge.
El descubrimiento de unos 300 restos humanos con roturas de
huesos y evidencias de enfermedades en tumbas cercanas lleva a algunos a pensar
que el monumento podría tener una finalidad curatoria. El análisis dental de
estos restos ha permitido conocer que la mitad de ellos habían peregrinado hasta
Stonehenge, lo que reforzaría esta teoría que no contradice otras que
consideran este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco
como un lugar de adoración al sol.
Hoy en día Stonehenge sigue siendo un misterio y un lugar de
peregrinaje.
uno de los misterios de la humanidad, enorme currelo el tuyo
ResponderEliminarLos del PP me están llamando para que les vaya preparando el nuevo programa electoral, que el que tienen no se lo cree ni dios
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