Como a muchos, siempre me ha fascinado la historia de este coloso que surcó las aguas durante muy pocas horas, hasta encontrar su destino, junto con el de cientos de personas, en las profundidades del Atlántico. Lo que hace especial este hecho histórico, en mi opinión, no es tanto las dimensiones titánicas del buque, su lujo y esplendor, la enormidad de sus cifras (toneladas, tripulación, pasajeros, avituallamiento, etc), sino las historias personales que hay detrás de este trágico suceso, como se fueron tejiendo los acontecimientos y la velocidad con la que se desató el desastre. La historia del Titanic es quizás un aviso a navegantes, acerca de la fuerza de la naturaleza, ni siquiera un barco de estas dimensioes fue capaz de sobrevivir a un enorme trozo de hielo a la deriva. Por desgracia, el aviso ha caído casi totalmente en el olvido.

El hundimiento del Titanic, hace ya más de 100 años, es quizás el
desastre más famoso y más estudiado del siglo XX. Innumerables libros y
películas han examinado con gran detalle las acciones, decisiones y errores que
provocaron la colisión del transatlántico contra un iceberg en la noche del 14
de abril de 1912, con
aproximadamente 1500 personas que perdieron la vida en las heladas aguas del
Atlántico norte. El hundimiento del Titanic puso fin a la travesía inaugural
del RMS Titanic, que debía conectar Southampton con Nueva York. Se desarrolló en el océano Atlántico Septentrional
frente a las costas de Terranova. El Titanic chocó contra un iceberg en el lado
de estribor y se hundió en menos de tres
horas, a las 02:20.


El naufragio supuso una conmoción en el mundo entero, sobre
todo en Nueva York y en Inglaterra. Tras el hundimiento, varias comisiones de
investigación fueron llevadas a cabo y sus conclusiones se utilizaron para
mejorar la seguridad marítima, especialmente a través de nuevos reglamentos.
El origen del Titanic
La historia del Titanic comenzó en una cena en una mansión
de Londres en 1907 durante la que J. Bruce Ismay , director gerente de la
compañía naviera White Star Line y Lord James Pirrie planearon construir tres
grandes barcos que serían desde entonces referente de lujo y elegancia.
Bruce Ismay, armador del buque, no sobrevivió
La construcción del Titanic comenzó el 31 de mayo de 1909, día en que se
instaló la quilla nº 401 en el astillero Harland & Wolf, comenzando así la
construcción del buque más famoso de la historia universal.
El Titanic estaba provisto de dieciséis compartimentos
estancos que servían para la protección del buque de las averías importantes.
Los medios de comunicación le daban una imagen de buque fiable, aunque,
contrariamente a la leyenda distribuida después del hundimiento, nunca se había
considerado insumergible.
El Titanic poseía las comodidades que muchos de sus
pasajeros nunca habían disfrutado, ni siquiera en sus hogares, como luz
eléctrica y estufas en todas las habitaciones. El tamaño y esplendor del
Titanic hicieron que rápidamente se convirtiese en una leyenda,
incluso antes de zarpar. Justo dos años después de la instalación de la quilla ,
el día 31 de mayo de 1911, se bota con éxito el casco del Titanic en presencia
de más de 100.000 personas. Fue un acto impresionante al que asistieron el
alcalde de Belfast y numerosas personalidades.
El 2 de abril de 1912, el Titanic estaba completo. Tras
realizar sus pruebas en el mar, fue llevado desde su lugar de
construcción en Belfast (Irlanda) hasta el puerto donde comenzaría su viaje
inaugural. El viaje inaugural se inició en el puerto inglés de Southampton el
10 de abril de 1912 a las 12:00 del mediodía.
Anuncio sobre el trayecto del Titanic
El capitán
Era el capitán más prestigioso de la White Star Line. 35
años en la compañía y ni una mácula en el curriculum. A Edward J. Smith
(1850-1912) le llamaban el "capitán de los millonarios". Más de uno afirmó que
no cruzaría el Atlántico si no era con él. Por eso la naviera le puso al frente
de los grandes buques: sus dotes de relaciones públicas eran garantía de buenas
veladas y su destreza en la cabina, de seguridad para llegar a puerto... Hasta
que el hielo se cruzó en su camino. Muchas de las miradas sobre las causas del accidente se fijan en él, como máximo responsable de la navegación, podría haber incurrido en negligencia o imprudencia de manera reiterativa al obviar los avisos de icebergs en la ruta de navegación. Posiblemente fuese objeto de gran presión por parte de la naviera para cubrir el trayecto rápidamente, un gran peso sobre sus espaldas que pudo conducir muy probablemente al desastre.
El capitán Smith, a la derecha
Nació en una familia humilde de la Inglaterra industrial. Reacio a seguir la tradición alfarera, miró al mar y a los 19
años se embarcó como aprendiz en un velero. Una década después —1880— ingresó
en la White Star como oficial. Y comenzó su ascenso. Entre 1895 y 1904 fue
capitán del SS Majestic y transportó tropas para la Guerra de los Boers
obteniendo el título de comandante honorario de la Royal Naval Reserve. En
1910, ya era el mejor valorado y comenzaron a encargarle los viajes inaugurales
de los grandes barcos. Su reputación se disparaba al tiempo que ascendía en el
escalafón social. Antes de capitanear el Titanic, comandó el Republic, el
Coptic, el Majestic, el Baltic, el Adriatic y el Olympic, y se había mudado con
su mujer y su hija a una imponente mansión en Southampton —sus honorarios
rondaban las 1.250 libras al año más 200 dólares de un bono por no sufrir
accidentes—. Cuando se subió al Titanic tenía 62 años.
Malos presagios
Morgan Robertson escribió 'The Wreck of the Titan" en
1898, es decir: 14 años antes de que el 15 de abril de 1912 el Titanic, el
transatlántico más grande y lujoso de la época, se hundiera en su viaje
inaugural. Lo curioso de esta novela es su temática y su historia: cuenta la
historia de un transatlántico, el más grande y lujoso de la época, que se hunde
después de chocar con un iceberg en el Atlántico Norte en su viaje inaugural
entre Nueva York y Southampton. El Titán de Robertson solo disponía de 24 botes
salvavidas que apenas tenían cabida para menos de la mitad de las 2.500
personas, pasajeros y tripulación, que iban a bordo, y entre las que se
encontraban algunas de las grandes fortunas del planeta y una importante
representación de lo más selecto de la alta sociedad inglesa y estadounidense.
Parece una premonición en toda regla...Además, las similitudes entre los dos
barcos, el de la novela y el Titanic, así como las circunstancias del naufragio
son sorprendentes e inquietantes.
Pero no se acaban ahí las asombrosas "predicciones" (?) de este autor. Morgan Robertson escribió otra novela titulada "Más allá del espectro" en la que pronosticó una
futura guerra entre Estados Unidos y Japón, que arrancaría con un ataque marino
por sorpresa de los asiáticos a instalaciones norteamericanas. Se
escribió 27 años antes del ataque a Pearl Harbiur. Era este Robertson una especie de Nostradamus de la literatura? Su muerte también está rodeada de misterio, ya que no fue por causas naturales sino por una sobredosis.
Pero existían más infortunios o malos presagios que rodearon
a la catástrofe:
- La rica viuda Emma Bucknell, de entonces 59 años, que
confesó que tenía el presentimiento de que algo malo iba a ocurrir
- James Dobbins, el empleado de los astilleros que murió al
día siguiente de la botadura, por las heridas causadas al aplastarle el casco
una de las piernas
- Edith Rosembaum, de 33, que al llegar a Cheburgo (Francia)
envió un telegrama a su secretaria para contarle sus miedos sobre el Titanic,
incluso pensó en cambiar su billete, pero no tenía tiempo de hacer desembarcar
su equipaje...
- Se habla incluso de una momia egipcia que viajaba en las
bodegas del barco y que podría haber echado algún tipo de maldición. El rumor
parece ser que partía de la conversación de algún pasajero acerca de un
material que viajaba perteneciente al Museo Británico. Así mismo, Alice
Fortune, una de las pasajeras, de 24 años, durante su estancia en El Cairo, fue
obsequiada con la visión de un adivino que le pronosticó que viajar por mar
sería peligroso y aunque ella sobreviviría mucha gente perecería.
- El que en teoría iba a ser el segundo oficial abandonó el
barco y dejó los prismáticos bajo llave. Nadie sabía dónde estaban ni tampoco
pareció preocuparles.
- Los hermanos Alfred, Bertram y Thomas Slade, bomberos que
antes de embarcar estuvieron bebiendo pintas de cerveza en el pub 'The Grapes',
en el puerto de Southampton. El oficial se negó a permitirles subir a bordo en
su estado de embriaguez. El alcohol salvó sus vidas.
El pasaje
El Titanic zarpó de Southampton el miércoles 10 de abril de
1912 al mediodía. Llegó a Cherburgo en Francia a las 18:30, y a Queenstown, en
Irlanda, el 11 de abril de 1912 a las 11:30. Los irlandeses que embarcaron eran
mayoritariamente pasajeros de tercera clase, emigrantes a los Estados Unidos.
En ese momento había alrededor de 2.227 pasajeros a bordo del Titanic. Sin
embargo, es imposible determinar con exactitud el número de personas a bordo
del barco debido a cancelaciones de última hora, y la presencia de pasajeros
clandestinos.
Thomas Andrews, fue el primer pasajero en subir a bordo de
la embarcación en Southampton. Bruce Ismay, presidente de la White Star Line,
embarcó un poco más tarde. Muchos pasajeros famosos tomaron su plaza en este
puerto, incluyendo Isidor Straus, propietario de los grandes almacenes Macy's
en Nueva York. Isidor Strauss y su esposa, Ida, eran la segunda mayor fortuna a
bordo. Murieron los dos. Aunque la evacuación del barco comenzó por mujeres y
niños, Ida se bajó de un bote porque se negó a abandonar a su marido.
En Cherburgo, embarcaron otros pasajeros importantes, como
John Jacob Astor IV (bisnieto de John Jacob Astor), un empresario de los más
ricos entre los pasajeros. Margaret Brown, una activista de los derechos humanos
y Benjamin Guggenheim, un magnate de la industria del cobre que viajaba con su
amante.
George Widener, primogénito del magnate de los tranvías de
Filadelfia Peter Widener, viajaba con su esposa, Eleonor. En la lista de pasaje
se encontraba Margaret Tobin, conocida posteriormente como Molly Brown. Su
riqueza provenía de su esposo Jim Brown, quien descubrió oro en una mina,
cambiando sus vidas por completo y pasando a codearse con la familia Astor.
Molly Brown, que viajaba sin su marido, se salvó a bordo del bote número 6.

Los pasajeros de primera clase podían elegir los estilos
decorativos para sus camarotes y disfrutar durante la travesía de gimnasio y
piscina.
El navío llevaba 34.000 kilos
de carne fresca, 5.000 kilos de pescado y 3.200 de marisco. Además de sus más
de 5.000 botellas de selecto champán. El Titanic necesitaba 620 toneladas de
carbón diario para que funcionaran todos los dispositivos eléctricos del buque
Los de primera clase estaban separados de los de tercera por
unas verjas metálicas que en la noche del naufragio aisló a los camarotes
inferiores, convirtiendo esa zona en una enorme ratonera para los pasajeros más
humildes. La legislación norteamericana había obligado al armador a instalar
esas verjas para evitar la inmigración ilegal en el puerto de Nueva York.
Millvina Dean, la última superviviente del Titanic, murió en
mayo de 2009, a los 97 años. Era un bebé de meses cuando embarcó con su hermana
y sus padres en tercera clase, camino de una nueva vida en América que se
truncó en alta mar (las tres mujeres subieron a un bote, pero el padre pereció
y ellas regresaron a Reino Unido).
Para que nos hagamos una idea de lo elitista que era viajar
en primera en el estreno del Titanic, al cambio actual un pasaje de primera
supondría unos 100.000 euros!!!
Los tres primeros días del viaje transcurrió sin incidentes,
hasta el cuarto día. A pesar de que el Titanic había recibido cinco
advertencias de hielo a lo largo del día 14 de abril, el capitán Edward Smith
decidió no frenar y continuó su loca marcha a 21 nudos.
El accidente
Fallecieron 1.512
personas por ahogamiento o hipotermia, lo que convierte este naufragio en una
de las mayores catástrofes marítimas en tiempo de paz y en el más fatal de la
época. Numerosas personalidades murieron durante el naufragio, en la lista negra se
encontraban los citados Benjamin Guggenheim y John Jacob Astor IV.
El buque no disponía de botes salvavidas suficientes, y la
tripulación nunca había sido entrenada para enfrentarse a estos casos. Como
resultado, la evacuación de los pasajeros estuvo mal organizada. El
comportamiento del capitán Edward John Smith también fue criticado, sobre todo
porque había mantenido el barco a una velocidad demasiado alta, dadas las
condiciones de navegación. El tiempo meteorológico y climático también jugó un
papel determinante.
Cuando el Titanic ya había recorrido 1.451 millas (2.335
km), el informe del Caronia, alrededor de las 09:00, señala algunos icebergs en la zona. Por la tarde, tres buques, el Baltic, el America y el
Noordam informaron sobre icebergs en el mismo lugar. Después, un quinto
buque, el SS Californian, envió el mismo mensaje, pero la comandancia no lo
tuvo en cuenta y el buque siguió navegando a toda velocidad, probablemente con
el objetivo de batir el récord del RMS Olympic o para demostrar la grandiosidad del buque y de la White Star Line.

A las 19:30, el buque recibió tres nuevos mensajes del
Californian señalando grandes icebergs. A las 22:00,
los dos vigilantes en servicio fueron sustituidos por Frederick Fleet y
Reginald Lee; la temperatura exterior era de cero grados, y la del agua los
alcanzaría una media hora más tarde. A las 22:55, el Californian, entonces
atrapado en el hielo a 20 millas al norte de Titanic, envía un mensaje a todos
los buques de las cercanías. En el Titanic se hace caso omiso del aviso una vez más. La tragedia estaba servida.

Poco antes de medianoche, a las 23:40 horas, mientras la
gente bailaba, jugaba y charlaba animadamente en los distintos salones, los
vigías avistaron un enorme iceberg que se desplazaba a la deriva. El Primer
Oficial William Murdoch ordenó al instante virar el sentido de la marcha para
frenar el barco, pero no pudo evitar que la banda de estribor fuese rasgada por
el iceberg. El oficial se apresuró a informar de lo sucedido al comandante de
la nave, el Capitán Smith. Tras un estudio de la situación realizado por el
ingeniero constructor del Titanic, Thomas Andrews, el capitán fue informado de
la gravedad del accidente: el Titanic se hundía y nadie podía hacer nada para
evitarlo.
El hundimiento
El Titanic sólo podía flotar con cuatro de sus
compartimentos llenos de agua. Por otra parte, las particiones no cubrían
toda la altura de la embarcación. Así, una vez que los primeros compartimentos
estaban completos, el agua desembocaba en el siguiente. La proa del Titanic
comenzó a hundirse, a las 23:50, el nivel
del mar había aumentado de 4 metros en la proa y los primeros cinco
compartimentos estancos estaban comenzando a inundarse así como la sala de
calderas.

Los SOS son captados por varios buques. Entre ellos el RMS
Carpathia, aunque este barco era lento y
la presencia de hielo lo retrasó aún más. Otros vieron las bengalas pero no las
interpretaron como un mensaje de socorro, sino de celebración. El Californian,
que se encontraba mucho mas cerca, no recibe la señal. El buque gemelo del
Titanic, el RMS Olympic se encontraba a más de 500 millas (926 km) y le era
imposible llegar a tiempo. Otros se encontraban en parecida situación, por
tanto no se podía contar con la llegada de socorro en el tiempo necesario para
salvar todas las vidas.
Veinticinco minutos después del accidente comienza la tarea
de arriar los botes salvavidas. A pesar de tener una capacidad de carga de 68
personas, el primer bote fue lanzado con sólo 28 pasajeros. Y mientras, la
orquesta, situada sobre cubierta en medio de aquella confusión no deja de
tocar. El último bote es arriado con 44 personas. Aun quedan en el Titanic más
de 1500 personas.

Se ordenó embarcar primero a las mujeres y los niños.
Curiosamente, al principio muchos pasajeros reuhían subir a los botes pues
consideraban improbable que el barco se hundiera. El Titanic disponía de veinte
botes para una capacidad total de 1.170 personas contra las 2.227 que había
para evacuar del buque.
El Titanic llevaba incluso más botes de los reglamentarios.
La Oficina Británica de Comercio estipulaba que para un barco de su tamaño, con
una capacidad de 3.547 personas, había que tener 16 botes, en los que se podría
rescatar a 962 pasajeros. El Titanic tenía cuatro más, para un total de 1.178
ocupantes, aunque no todos fueron llenos. En el barco iban 2.224 personas. Tras
el accidente, la norma cambió y se impuso a los buques llevar los botes para
salvar a todo el pasaje y la tripulación.
Los pasajeros de primera tuvieron el privilegio de conseguir
plaza en los primeros botes. A la 01.00 horas, el bote número 3 partió con 40
personas. Diez minutos más tarde descendía otro con tan sólo 12 pasajeros
frente a los 40 que se estimaba eran la capacidad de cada uno de los botes. La
prensa lo bautizaría como «el bote de los millonarios». Los ocupantes de la
embarcación eran Sir Cosmo Duff, su esposa, la doncella-secretaria de ésta, dos
hombres de negocios y siete tripulantes, a quienes Sir Cosmo prometió retribuir
espléndidamente una vez llegaran a Nueva York.
La luna y el
naufragio
El oceanógrafo Fergus J. Wood sugirió que la cercanía
de la Luna el 4 de enero de 1912 pudo causar mareas demasiado altas, los
científicos han explorado cómo de pronunciado fue su efecto. Así se ha descubierto que en esa fecha tuvo lugar un acontecimiento único: la Luna y el
Sol se alinearon de tal modo que los "tirones" gravitatorios de uno y
otro se reforzaban mutuamente, un efecto denominado "marea de primavera".
El perigeo de la Luna -su acercamiento máximo a la Tierra- fue el más cercano
en 1400 años, y se produjo a menos de 6 minutos de una Luna llena. A esto hay
que sumarle que el perihelio de la Tierra -máximo acercamiento al Sol- había
sucedido el día anterior. En términos astronómicos, las probabilidades de que
todas estas variables coincidieran son bastante remotas. Casualidad?

Según los investigadores, para que los icebergs que se
desprendieron ese año en Groenlandia alcanzaran la zona por la que navegaba el
Titanic en la fecha en que se produjo el choque, tenían que haberse desplazado
más rápido de lo habitual. Normalmente, los icebergs se quedan atascados en las
aguas poco profundas de las costas de Labrador y Newfoundland. Pero la marea
inusualmente elevada de enero de 1912 habría liberado muchos de estos icebergs,
que se desplazarían hacia el sur movidos por las corrientes oceánicas,
encontrándose en primavera de bruces con el transatlántico.
Los españoles del Titanic
El libro "Los diez del Titanic" escrito por Javier
Reyero, Cristina Mosquera y Nacho Montero destripa la historia de diez españolitos desconocidos a bordo del "barco insumergible".
María Josefa Peñasco, Fermina Oliva, Víctor Peñasco,
Encarnación Reynaldo, Emilio Pallás, Julián Padró, Florentina Durán, Asunción
Durán, Juan Monros y Servando Oviés fueron los diez españoles que aquel 10 de
abril de 1912 se embarcaban en el Titanic sin saber que pasarían a la historia
cinco días más tarde. Peñasco era nieto de un poderoso comerciante y sobrino de
José Canalejas, primer ministro de Alfonso XIII.
Estas diez personas de Andalucía, Asturias, Castilla La
Mancha, Cataluña y Madrid (increíble que no hubiese ningún gallego a bordo)
subieron al inmenso barco por motivos distintos. El libro ahonda en las
motivaciones y las vicisitudes de sus vidas, en cómo llegaron hasta el buque
maldito el día de su partida.

Historias llenas de curiosidades y detalles de cada familia.
Desde los más conocidos: Víctor Peñasco y María Josefa Pérez de Soto, quienes
viajaban de luna de miel a Nueva York acompañados de su doncella, Fermina
Oliva, hasta la misteriosa malagueña Encarnación Reynaldo. En total diez
historias y diez personas, de las cuales solo siete consiguieron salvarse junto con otros 697
pasajeros.
El violín del Titanic
El violín que usó el director de la orquesta del Titanic,
Wallace Hartley, para ayudar a tranquilizar a los pasajeros, mientras el enorme
barco se hundía ha sido subastado muy recientemente, el 19 de octubre de 2013. Su
precio estimado se situaba entre las 200.000 y las 300.000 libras (entre
236.000 y 354.400 euros). Finalmente, ha sido adquirido por 900.000 libras (un
millón de euros).
Fabricado en
Alemania, fue encontrado atado al cuerpo de Wallace después de que muriera
en el hundimiento, cuenta con todos los alicientes de un objeto de leyenda. La banda del Titanic tocó el
himno 'Nearer, My God, To Thee' para calmar a los pasajeros que subían a los
botes salvavidas, mientras el majestuoso Titanic se hundía bajo las gélidas aguas.
El director de la orquesta pereció junto a los otros siete
músicos. Su cuerpo fue recuperado 10 días después del hundimiento, el violín
estaba dentro de un estuche que estaba atado a su cuerpo. El preciado violín cuenta con una inscripción en la parte
posterior que revela que fue un regalo de su prometida Maria Robinson, con
ocasión de la ceremonia de compromiso nupcial: "Para Wally, con motivo de
nuestro compromiso". El director de orquesta no se quiso separar del
regalo que le había hecho su amada en 1910, cuando se comprometieron. La boda
se iba a celebrar a su regreso.
El violín del millón de euros
El instrumento siempre se había dado por perdido, hasta su
hallazgo fortuito en el ático de una casa en 2006. Las
pruebas posteriores realizadas al instrumento han demostrado que es auténtico. A excepción de dos grandes grietas, causadas por la humedad,
el instrumento y su estuche se encuentran en perfecto estado, aunque solo
conserva dos cuerdas.
Otros objetos del Titanic
Pero no sólo el mítico violín ha sido objeto de subasta o exposición. Se han conseguido rescatar cientos de piezas u objetos, muchos se han subastado y otros ha pasado a formar parte de una exposición itinerante a lo largo y ancho del mundo.
LLaves de un camarote de primera clase
Entre los objetos recuperados por la compañía de rescate
RMS Titanic Inc. en ocho misiones diferentes de buceo a los restos del crucero, se encuentran una vajilla utilizada en primera clase, un reloj perteneciente a un pasajero de
tercera clase, botas, chalecos, sombreros y otras ropas, partes de la
embarcación y documentos del rescate de los tesoros. También hay en el lote
kits de afeitar, juguetes, pipas de tabaco y los botones de bronce de los
elegantes uniformes de color azul marino usados por el capitán Edward Smith y
sus oficiales. Entre las condiciones que disponía la casa de subastas para
adquirir estos objetos se exijía el adecuado mantenimiento de los mismos, así como
exhibirlos periódicamente en grandes museos. En total la colección se componía de más de 5000 objetos extraídos del fondo del mar.
Cubertería de primera clase
Pieza de 17 toneladas del casco del Titanic
Entre las piezas más interesantes que se puede encontrar un
reloj que pertenecía a un pasajero que iba en tercera clase junto a los otros
seis miembros de su familia. El drama hizo que sólo se pudieran salvar sus dos
hijos pequeños y su esposa, mientras que él y sus otros tres hijos fallecieron
en su intento por encontrar otro bote. El reloj se encontró en el cuerpo del
fallecido.
Otra pieza interesante es el llamado anillo del Titanic, que
pertenecía a la sueca Gerda Lindell. La tragedia propició que ésta falleciera
en el agua de hipotermia mientras intentaba nadar hacia un bote salvavidas.
Sólo pudo agarrarse con una mano al bote y otro pasajero pudo rescatar el
anillo. Su marido, Olof, no tuvo fuerzas para subir a Gerda a la embarcación y
también falleció de hipotermia. Casi un mes después, se descubrió en el fondo
del bote el anillo, que es hoy una de las grandes reliquias del barco.
A la izda. uno de los testigos de la tragedia, el velocímetro
El Titanic volverá a surcar las aguas
Una réplica del mítico trasatlántico Titanic, el
"Titanic II", surcará las aguas del Atlántico desde Inglaterra a
Nueva York en 2016. Según planea el magnate australiano Clive Palmer, el nuevo
barco será tan lujoso como el Titanic original, si bien contará con la
tecnología del siglo XXI y los últimos sistemas de navegación y seguridad.
El Titanic original medía casi 270 metros de eslora y 53 de
altura, con un peso aproximado de 40.000 toneladas y una capacidad superior a
las 2.200 personas a bordo.
Las nuevas tecnologías han permitido, un siglo después del
hundimiento, obtener las imágenes que mejor muestran el estado de los restos
del Titanic, que yacen a 3.800 metros de profundidad en el Atlántico Norte. Las
fotografías, publicadas por National Geographic, fueron realizadas a partir de
miles de imágenes tomadas durante una multimillonaria expedición de la Woods
Hole Oceanographic Institution (WHOI).
Durante el verano de 2010, tres avanzados robots submarinos
barrieron repetidamente la amplia zona del fondo marino donde se esparcen los
escombros (y que ocupa una superficie de cinco por ocho kilómetros). La proa es
la parte más grande y la mejor conservada del barco. La popa, muy dañada, es un
amasijo de escombros, como se aprecia en otra de las imágenes.
La principal diferencia entre el original y el "Titanic
II" será el motor diesel que sustituirá al de carbón del primer modelo. El
Titanic II contará con 840 habitaciones y nueve cubiertas, al igual que su
predecesor, además de tener "lo último en comodidades y lujos, como
gimnasios y piscinas a bordo, biblioteca y restaurantes de clase
alta".
Será construído en China, y
el viaje inaugural está previsto para finales de 2016.

Se apunta usted? Ahora que la replica del Titanic está a punto de surcar las aguas, seguro que hay un montón de gente pudiente dispuesta a pagar cantidades astronómicas por disfrutar de un pasaje en el bisnieto del buque naufragado. Me pregunto si habrá todavía pasajeros de tercera, es posible que sí, pero no creo que el coste del billete tenga la misma condición. En cuanto al peligro de un nuevo hundimiento, qué quieren que les diga, es más fácil que el casco se desintegre por los vertidos radioactivos al mar que por una colisión con un pedazo de hielo. Al paso que va la civilización (?) los casquetes polares pasaran a ser objeto de culto y de museo, lo mismo que el Titanic, en breve y el único hielo que se vea será el que salga de las cocinas del Titanic II. Pero, en fin, la estupidez humana no conoce límites, lo mismo que el Titanic no conocía el hielo hasta que se topó de bruces con él.