martes, 5 de noviembre de 2013
Daron Acemouglu & James A. Robinson - Por qué fracasan los países? (Why nations fail?)
En este interesante ensayo los autores, de reconocido prestigio en el mundo de la economía, indagan acerca de las causas de la diferencia en el desarrollo y el crecimiento económico entre unos países y otros, el éxito de unos y el fracaso de otros. En su opinión, el origen de estas divergencias subyace no en el clima, no en razones de tipo geográfico, demográfico, sociales, etc sino en la política económica. Si un país posee unas instituciones inclusivas, como ellos las denominan, quiere decirse que ese país no limita el crecimiento económico sino que lo faovorece, a través de los emprendedores, allanando el camino a la iniciativa privada. Por el contrario un país donde las instituciones y los gobiernos sean excluyentes o extractivos se favorecen los comportamientos poco competitivos, el beneficio de unos pocos, de ciertos elementos de la sociedad, por lo que el país no crecerá con pujanza sino sólo beneficiando a los que se ven favorecidos por los intereses del gobierno.
Como ejemplos con países de instituciones inclusivas se encuentran Estados Unidos o Inglaterra, que tienen regímenes democráticos bien anclados que favorecen el florecimiento de los negocios, el surgimiento de nuevas iniciativas, sin drenar en exceso recursos de la economía privada, fomentando así el crecimiento económico.
Bien, lo que nos presentan estos americanos no deja de ser interesante, si bien tampoco es nada esencialmente novedoso. Lo más llamativo es que para ellos el elemento que determina el crecimiento económico es la política económica o, dicho de otra forma, las instituciones que la promulgan, su talante más o menos democrático, su comportamiento más o menos óptimo en términos globales.
Efectivamente, Estados Unidos, Inglaterra o Francia fueron pioneros en la apertura del camino hacia la democracia y aventajan en eso a muchos países, no sólo del tercer mundo sino tmabién de lo que se considera primer mundo, fijémonos simplemente en el caso de España. Y en esencia estoy de acuerdo con los autores en que la política económica tiene mucho que ver en los ciclos económicos, pero a mi entender hay otras variables que relativizan el peso de la política económica. Precisamente porque en el mundo global de hoy las políticas económicas han perdido eficacia a la hora de dirigir y controlar los flujos económicos. El comercio mundial, los movimientos de capitales, las expectactivas a nivel internacional, por no hablar de la política internacional y los organismos supranacionales, crean un escenario que el gobierno de un sólo país no puede controlar, ni mucho menos, al 100%. En absoluto.
Además, existen casos curiosos, y de peso, en los que la explicación que mantienen los autores queda un poco coja, por no decir en entredicho. Veamos el caso de China. Existen pocos países que tengan un gobierno tan excluyente como el chino, que todo lo trata de controlar, no sólo la economía sino incluso los derechos y libertades de los ciudadanos. China lleva tres décadas creciendo a ritmos de doble dígito prácticamente. Es la excepción que confirma la regla o es que algo falla en la teoría de Robinson y Daron? Según ellos, en el futuro la economía china no podrá mantener ese ritmo de crecimiento debido a las instituciones que lo gobiernan. Claro, pero es que hay algo que dure eternamente? Además de que China tampoco puede ser ajena a la crisis mundial, sobre todo europea, ciertamente no es inmune a ella, puesto que los lazos comerciales y de inversiones son muy fuertes.
Curiosamente, hace unas semanas escuchaba una entrevista que un medio español le hacía al señor James Robinson y el periodista le preguntaba por el caso español y cómo explicaría su teoría lo que está sucediendo en España y por extensión en Europa. La respuesta, viniendo de un yanqui, era de esperar. Argumentaba, para empezar, que no conocía en profundidad el caso español ni su historia, pero que tenía un concepto de España como país con unas instituciones no muy excluyentes, aunque admitía que tendría que estudiarlo más en profundidad. Y reforzaba su oponión diciendo que parte de la soberanía española, como la del resto de Estados de la UE, estaba en manos de Bruselas y de Alemania, en la sombra, y estos sí que estaban ejerciendo políticas económicas erróneas con efectos excluyentes muy graves sobre las economías del sur.
Es difícil hablar de verdades absolutas en economía, de todas formas el libro pone la mirada sobre un tema candente y es muy interesante a modo de reflexión y debate. Lectura de lo más recomendable, incluso le enviaría un tomo a Marianico, le vendría muy bien, porque no creo que se lo compre, pero cuesta 30 euros y mis recursos son escasos, así que se lo cuenten sus asesores económicos, que nos salen en una salsa toda esa prole mercenaria e inútil.
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