Toyota FV2

Hay cosas del presente que se asemajan a la idea que tenemos del futuro, se van introduciendo en nuestra vida poco a poco, de manera que su asimilación es progresiva y natural. Tenemos los smartphones, las casas inteligentes, por qué no el smartcar? Esto es lo que se supone que es o debería ser este FV2 de Toyota, un vehículo de locomoción capaz de interpretar nuestras emociones.

Este FV2 es la segunda evolución de lo que la marca considera un Fun Vehicle, después del FV1 que ya mostrase en Tokio hace ahora dos años. Su carrocería tiene tres metros de largo y apenas mide un metro en posición plegada. Tiene cuatro ruedas, con una curiosa disposición (una delantera, dos centrales y una trasera) y solo una plaza, pero todavía más sorprendente es que el piloto no dispone ni de volante ni de manillar. Son los estímulos procedentes del cuerpo del piloto (adelante, atrás, a la derecha o a la izquierda) los que el FV2 es capaz de reconocer y los que guían la marcha.

Pero aún hay más. Gracias a la tecnología Toyota Heart Project, el FV2 es capaz de reconocer voz e imagen para determinar el humor del conductor, con el fin de sugerirle destinos a partir de un historial de recorridos, habilitar sistemas de asistencia e incluso variar el color de la carrocería en función de su estado anímico.

Además, el FV2 también suministra, a través de la proyección de realidad aumentada sobre el parabrisas delantero, información de seguridad, incluidos avisos sobre vehículos en ángulos muertos y en intersecciones. Echo de menos que el coche-robot recomiende grupos de metal underground o que te dé pie a rajar contra el jefe o el político de turno, pero supongo que eso será programable o vendrá como extra.