El motivo de este apresuramiento parece claro, controlar más
si cabe a la ciudadanía y sobre todo su libre expresión en la calle, en pro,
dicen del respeto a todos. De esta manera tan sibilina el gobierno se arroga la
defensa de los derechos de los ciudadanos, cuando lo que realmente pretende es
controlarlos y callar la boca de los más revoltosos, de los inconformistas, de
los que están siempre levantando la voz.
Se habla de grupos antisistema, de coacción de la libertad,
de manifestaciones ilegales y otras zarandajas, y en su lugar el poder político
se considera en la posición de determinar quién incumple o no la ley. Pues eso
es lo que va a pasar con esta ley Fernandito: se exlcuye al poder judicial de
la escena, algo que les interesaba mucho a los peperos, y se da carta blanca a
la policía y al poder político para determinar cuando se está yendo en contra
de la legislación vigente y del orden público.
Porque lo más gracioso de todo este asunto es que no queda
claro que tipo de manifestaciones serán objeto de sanción. Y cuando digo
manifestaciones me refiero a cualquier tipo de comportamiento público. Es el
Estado el que determinará qué es punible y qué no lo es, pudiendo imponer
multas de hasta 30.000 euros por ofensas a España (y al jardinero de la
Moncloa, digo yo, ya puestos, por qué no?) y de hasta 600.000 euros para los
que se manifiesten frente al Congreso. Dicen sus autores que de esta forma se
despenaliza este tipo de comportamientos, o dicho de otra forma, que los jueces
no tendrán nada que hacer en este asunto, queda totalmente en manos de la policía
y de quien la controla, o sea, el gobierno.
Con estos mimbres, a uno se le vienen un montón de pregunas
a la cabeza, por no decir de sospechas. Nos quieren callar la boca estos
señores por medio de la intimidación? Sepan ustedes que se creará un fichero de
“infractores”, para controlar a los elementos subversivos, aunque no se sabe
muy bien quién ni cómo se controlará el susodicho ficherito. Es un recorte de
facto del derecho a la huelga y a las manifestaciones públicas? Recordemos que
los jueces dictaminaron en contra de los intereses del PP cuando la policía
detuvo a manifestantes ante el Congreso y otras concentraciones, dejándolos
libres sin cargo alguno, algo que no sentó nada bien a estos enemigos del diálogo.
Estamos viviendo un nuevo capítulo del recorte de derechos
de los españoles por parte de este patético gobierno? En qué estado de represión
se está conviertiendo España bajo el mandato de estos sujetos ególatras y
endiosados? Es este un paso más de cara a la anulación de la independencia del
poder judicial en España?
La verdad es que es alarmante los derroteros que está
tomando la poítica del gobierno del PP, en cada vez más ámbitos, ya no sólo el
económico, que era el que más nos preocupaba hasta ahora. Los ministerios de
justicia, interior y educación se han convertido en reinos de taifas, donde el
PP amparado en su mayoría absoluta se cree en el derecho de hacer lo que le
venga en gana. Eso sí, cuando se trata de actuar frente a los problemas reales
no se mueve un dedo y se mira para otro lado, como es el caso del problema
catalán, el pitoste que se ha montado con la excarcelación de etarras y los
homenajes que les hacen en el País Vasco, o los que echan petróleo en las
costas y se van de rositas.
Este proyecto legislativo ha merecido un alud de críticas de
la oposición, los jueces y grupos sociales. Interior replica que también ha
obtenido el apoyo de otros colectivos de comerciantes y asociaciones vecinales.
Qué risa!. Pero si estos colectivos, al menos los conocidos, son una minoría
social irrelevante en comparación con el sentir generalizado de la sociedad!
A mi esta ley Fernández me recuerda mucho por sus trazas a
otra de hace unos años, la famosa Ley Corcuera, aquella que se dio en llamar de
“la patada en la puerta” y que finalmente el Constitucional echó abajo, nunca
vió la luz, pero sí que se llevó por delante al señor Corcuera, que tuvo que
largarse y echar el candado a su carrera política, paupérrima por otra parte. Ésta
bien podría tildarse la ley “de la patada en la boca”, tiene unas trazas
horribles y un halo de sospecha y de maquiavelismo a su alrededor que da miedo.
Vamos camino de pasar de la democracia de cartón-piedra a la
autocracia de estos golfos. Lo próximo que será? Prohibir la libertad de
expresión? Que no se puede hablar ni escribir libremente en este país? Nada les
gustaría más a estos individuos, estoy seguro. Nos quieren cerrar la boca y están
dispuestos a hacerlo por la fuerza si es necesario, con la porra en la mano.
Triste realidad, patético futuro.
otra verguenza más pepera, y van....
ResponderEliminarYa no les queda de ese género, o no podrian mirarse all espejo ni mirar a la gente a la cara.
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