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domingo, 1 de diciembre de 2013

La Ley Fernández

El gobierno ya tiene en el horno la que se ha dado en llamar popularmente como la Ley Fernández, que no es otra cosa que la nueva ley de seguridad ciudadana. Son muchos aspectos los que contempla esta pretendida ley que el PP se ha apresurado a sacar de la chistera (en contraste, por ejemplo, con la lentitud en la del control de la corrupción, con la que tanto se les llenó la boca en su día).

El motivo de este apresuramiento parece claro, controlar más si cabe a la ciudadanía y sobre todo su libre expresión en la calle, en pro, dicen del respeto a todos. De esta manera tan sibilina el gobierno se arroga la defensa de los derechos de los ciudadanos, cuando lo que realmente pretende es controlarlos y callar la boca de los más revoltosos, de los inconformistas, de los que están siempre levantando la voz.


Se habla de grupos antisistema, de coacción de la libertad, de manifestaciones ilegales y otras zarandajas, y en su lugar el poder político se considera en la posición de determinar quién incumple o no la ley. Pues eso es lo que va a pasar con esta ley Fernandito: se exlcuye al poder judicial de la escena, algo que les interesaba mucho a los peperos, y se da carta blanca a la policía y al poder político para determinar cuando se está yendo en contra de la legislación vigente y del orden público.

Porque lo más gracioso de todo este asunto es que no queda claro que tipo de manifestaciones serán objeto de sanción. Y cuando digo manifestaciones me refiero a cualquier tipo de comportamiento público. Es el Estado el que determinará qué es punible y qué no lo es, pudiendo imponer multas de hasta 30.000 euros por ofensas a España (y al jardinero de la Moncloa, digo yo, ya puestos, por qué no?) y de hasta 600.000 euros para los que se manifiesten frente al Congreso. Dicen sus autores que de esta forma se despenaliza este tipo de comportamientos, o dicho de otra forma, que los jueces no tendrán nada que hacer en este asunto, queda totalmente en manos de la policía y de quien la controla, o sea, el gobierno.

Con estos mimbres, a uno se le vienen un montón de pregunas a la cabeza, por no decir de sospechas. Nos quieren callar la boca estos señores por medio de la intimidación? Sepan ustedes que se creará un fichero de “infractores”, para controlar a los elementos subversivos, aunque no se sabe muy bien quién ni cómo se controlará el susodicho ficherito. Es un recorte de facto del derecho a la huelga y a las manifestaciones públicas? Recordemos que los jueces dictaminaron en contra de los intereses del PP cuando la policía detuvo a manifestantes ante el Congreso y otras concentraciones, dejándolos libres sin cargo alguno, algo que no sentó nada bien a estos enemigos del diálogo.

Estamos viviendo un nuevo capítulo del recorte de derechos de los españoles por parte de este patético gobierno? En qué estado de represión se está conviertiendo España bajo el mandato de estos sujetos ególatras y endiosados? Es este un paso más de cara a la anulación de la independencia del poder judicial en España?

La verdad es que es alarmante los derroteros que está tomando la poítica del gobierno del PP, en cada vez más ámbitos, ya no sólo el económico, que era el que más nos preocupaba hasta ahora. Los ministerios de justicia, interior y educación se han convertido en reinos de taifas, donde el PP amparado en su mayoría absoluta se cree en el derecho de hacer lo que le venga en gana. Eso sí, cuando se trata de actuar frente a los problemas reales no se mueve un dedo y se mira para otro lado, como es el caso del problema catalán, el pitoste que se ha montado con la excarcelación de etarras y los homenajes que les hacen en el País Vasco, o los que echan petróleo en las costas y se van de rositas.

Este proyecto legislativo ha merecido un alud de críticas de la oposición, los jueces y grupos sociales. Interior replica que también ha obtenido el apoyo de otros colectivos de comerciantes y asociaciones vecinales. Qué risa!. Pero si estos colectivos, al menos los conocidos, son una minoría social irrelevante en comparación con el sentir generalizado de la sociedad!

A mi esta ley Fernández me recuerda mucho por sus trazas a otra de hace unos años, la famosa Ley Corcuera, aquella que se dio en llamar de “la patada en la puerta” y que finalmente el Constitucional echó abajo, nunca vió la luz, pero sí que se llevó por delante al señor Corcuera, que tuvo que largarse y echar el candado a su carrera política, paupérrima por otra parte. Ésta bien podría tildarse la ley “de la patada en la boca”, tiene unas trazas horribles y un halo de sospecha y de maquiavelismo a su alrededor que da miedo.

Vamos camino de pasar de la democracia de cartón-piedra a la autocracia de estos golfos. Lo próximo que será? Prohibir la libertad de expresión? Que no se puede hablar ni escribir libremente en este país? Nada les gustaría más a estos individuos, estoy seguro. Nos quieren cerrar la boca y están dispuestos a hacerlo por la fuerza si es necesario, con la porra en la mano. Triste realidad, patético futuro.

2 comentarios:

  1. otra verguenza más pepera, y van....

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  2. Ya no les queda de ese género, o no podrian mirarse all espejo ni mirar a la gente a la cara.

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