Es un consuelo ver que en ciertas latitudes del mundo el
pueblo todavía tiene la última palabra, que ni siquiera el poder abusivo y
represor de un Estado, totalmente deslegitimado ya y que se aferra a la
poltrona en contra de sus propios ciudadanos, puede acallar la indignación y la
voluntad de una nación unida.
Kiev vive horas de tensión, protestas continuadas, crecientes
y masivas, en las calles. Políticos que se esconden y que temen lo peor, pero
que aun así esperan que en el último momento la situación tome un giro
inesperado y pueda volverse a la “normalidad”. Pero parece que en Ucrania el
gobierno ha cruzado definitivamente la línea roja y el pueblo le pide a gritos
que se vaya. No se trata de una panda de antisistemas que quieren hacer ruído y
engañar a la gente con falsas proclamas para que se movilicen. No, el pueblo
ucraniano, como uno solo, se ha echado a la calle y pide a gritos la dimisión
del gobierno, por sus errores y, sobre todo, por no oir la voz del pueblo para,
y por el que, se supone que gobierna.
De momento el gobierno se mantiene en sus trece y resiste en
su castillo, recurriendo a la violencia, al uso de las porras para tratar de
acallar a los que osan levantar la voz. Según el ayuntemiento de Kiev, 190
personas fueron hospitalizadas tras los enfrentamientos de ayer. Aún así el
primer ministro ucraniano reconoce lo complicado de la situación, dice que “está
descontrolada” y que se teme un asalto al parlamento. Por qué os cuesta tanto
soltar el poder, bastardos, cuando es obvio que ya no lo merecéis?
Toda esta situación se generó por la negativa del gobierno
ucraniano a firmar un tratado de adhesión a la UE que ya estaba casi hecho.
Pero el gobierno prefirió echarse atrás en el último momento y escuchar los cantos de sirena de Putin, algo
con lo que el pueblo ucraniano ha demostrado no estar nada de acuerdo.
El régimen en el poder no sólo usa la fuerza contra los
manifestantes, radicalizando la situación, sino que además pervierte la diplomacia
llamando a los embajadores extranjeros para que apacigüen los ánimos de los
opositores. La situación no puede ser más bochornosa para un gobierno que se
cree que está todavía en el derecho de dirigir en contra de todo un pueblo.
Espero de todo corazón que los ucranianos, el pueblo, salgan
victoriosos, pero sin derramamiento de sangre, y que larguen de sus poltronas a
esos fantoches que se creen en el derecho de controlar sus vidas y su futuro.
Que de nuevo triunfe la voz del pueblo sobre los políticos corruptos y
omnipotentes. Que el pueblo gobierne, y que en otras latitudes tomen nota...
Al pueblo lo han dejado sin voz.
ResponderEliminarAlgunos luchan en la calle.
Otros hablamos, escribimos... muy cómodos en nuestras casas.
A ver si se va hacer realidad
la leyenda de que los pueblos eslavos
son unos fieros luchadores.
A mí no me quedan apenas sueños,
la revuelta será dominada por el sistema corrupto, pero quizás, poco a poco se vayan abriendo huecos de libertad.
Bicos.
Somos una "democracia" joven pero envejecida, quizás haya un tiempo en que las nuevas generaciones se quieran hacer oir. En China ya está pasando, aquí dormimos el sueño de los justos.
EliminarUn abrazo
el poder del pueblo para cambiar los gobiernos, cómo la revolución de los cláveles, no está todo perdido.
ResponderEliminarUn ejemplo a seguir. El pueblo reclamando sus derechos. Da envidia sana.
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