1. The Box 05:30
2. King of the
Kill 03:13
3. Annihilator 04:28
4. Bad Child 03:40
5. 21 04:25
6. Bliss 00:51
7. Second to
None 05:16
8. Hell Is a
War 05:20
9. Speed 04:36
10. In the Blood 04:20
11. Catch the
Wind 03:50
12. Fiasco (The
Slate) 00:09
13. Fiasco 03:56
Jeff Waters
Guitars, Vocals, Bass
Randy Black Drums
Annihilator es y ha sido siempre un grupo sujeto a cambios,
tanto de formación como de estilo. Después de sus tres primeros albumes, todos
ellos distintos y con su propia personalidad, tenemos un nuevo giro de tuerca
por parte del señor Waters. En primer lugar, despedimos a todo el mundo y lo
hago yo todo, bueno, le dejo el kit de batería a Randy Black que es un tío
enrollado y muy bueno en lo suyo, pero lo demás lo hago yo todo que para eso
soy un hacha.
Este primer disco en solitario de Waters, que así se podría
calificar aunque vaya bajo el logo de Annihilator, tiene un sonido más oscuro que todo lo que había editado hasta
ahora en algunas canciones. Tambien tiene un tempo diferente, levanta bastante el pie del
acelerador, si bien hay momentos desenfrenados, y se basa más en ritmos
estudiados y pulidos, en riffs poderosos y apelmazados por la potencia.
El disco se inicia de manera tremenda con tres temazos
consecutivos. The Box es una canción con un riff maligno a más no poder y unas
voces que destilan rabia y desesperación, un ritmo contenido que amenaza con
estallar, pero que no llega a hacerlo. Luego le sigue la gran canción del
disco, King of the kill, lo que le faltaba de velocidad al tema anterior lo
tiene toda este, un ritmo frenético con un riff marca de la casa,
superadictivo, un tema que se ha convertido en un clásico de la banda, uno de
los mejores que ha compuesto nunca, pleno de agresividad y de calidad a partes
iguales. Completa la tripleta Annihilator con un puente y un estribillo de lo más
pegadizos y unos riffs subterráneos que hacen las delicias de los amantes de la
guitarra.Luego Hell is a war va también en ese estilo, con mucho riffeo y combinando velocidad con medios tiempos.
También encontramos temas como 21, Bad Child o la
misma Second to none muy en la onda del espléndido Set the world on fire. Y es
que quizás una buena definición de este disco sería un set the world con unas
dosis de mala leche añadidas adecuadamente, el resultado es un disco compacto,
con riffs por un tubo, solos a tutiplen y mucho ritmo, buen trabajo de Randy a
la batería y Jeff no lo hace mal a las voces, contrariamente a lo que suele ocurrir
con los guitarristas que se meten a cantar pensando que le pueden dar a todo.
King of the kill es un muy buen disco, bastante personal, posiblemente nunca
suficientemente ponderado ni valorado, un nuevo paso en la carrera de Waters,
exitoso a pesar de los cambios que afrontaba la banda año tras año.
dandole duro a la discografia de annihilator, te estás abriendo hueco en esto del metal
ResponderEliminaral lado tuya soy un anexo de tu biblia metalera, oh oráculo del rock!
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