Otro punto importante a tener en cuenta en la gestión de
Nintendo: NO a los despidos! Según han declarado, no entra dentro de sus planes
realizar despidos debido a que ello mermaría la moral de los trabajadores, así
como suena.
Estas medidas, inusitadas en Europa, no digamos en España,
por no decir en el resto del mundo, derivan de la caída de beneficios que la
empresa ha sufrido en los 9 primeros meses del ejercicio, respecto a los
resultados del ejecicio anterior. Ojo, hablamos de caída de beneficios, no de
que la empresa esté dando pérdidas, al menos de momento. El beneficio se redujo en un 30%, debido a
que su consola Wii U no ha funcionado tan bien como se esperaba.
Está claro que la empresa japonesa no está pasando por su
mejor situación, como tampoco lo está haciendo el mercado de las consolas,
amenazado por la creciente competencia de los móviles y las tablets. Desde la
empresa se plantean posibles estrategias en esos nuevos soportes, aunque nada
está claro por ahora. El principal obstáculo es que Nintendo siempre ha
lanzado sus juegos en sus propios soportes, es decir, software y hardware
siempre han estado íntimamente ligados en la compañía, por eso dar un paso en
el mundo de los móviles o las tabletas sería romper con su estrategia comercial
de siempre.
Pero lo que más me interesa resaltar es el talante del grupo
directivo de esta empresa. Cuando las cosas vienen mal dadas lo más fácil sería echar balones fuera, o echar la culpa a los demás, renunciando a toda
responsabilidad. Aquí no, se da un paso al frente y los de arriba son los
primeros en recibir el castigo por los malos resultados obtenidos, retrasando
la posibilidad de los despidos lo máximo posible. Es la victoria de la filosfía y la ética sobre el mercantilismo. Cuando en el resto del mundo se propugna la facilidad
del despido, en Nintendo se habla de dar ejemplo, de motivar al trabajador y de
ganárselo en primer lugar para luego remar todos juntos y ganarse al cliente.
Muchos pensarán que esto es una utopía o un cuento de hadas.
En España sin ir más lejos, donde la palabra dimisión o responsabilidad ha caído
en el olvido, sería casi imposible ver una situación de este tipo. Acaso
recuerdan ustedes algún caso semejante? Y no será porque no haya directivos que
debieran autofragelarse y recortar su sueldo no en un 50 sino en un 75%, lo
menos. Qué me dicen de la banca? Esos tipos trajeados que no sólo han obtenido
resultados catastróficos, incluso llevando a sus entidades al borde la quiebra,
sino que además han hecho perder sus ahorros a miles de pequeños inversores. Algún
gesto similar? No, por supuesto.
Los políticos de aquí tampoco acatarían de buen grado esta
filosofía, entiendo. Esos que precisamente tienen la obligación, más que nadie,
de servir al pueblo que gobiernan (como les da la gana) jamás se han parado a
pensar si quiera en la posibilidad de llevar a cabo un gesto de este tipo. Por
eso, esto se llama España, el país de los chorizos, y aquello se llama Japón, el
imperio del sol naciente.
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