Porque es cierto que cada vez los consumidores de teléfonos
moviles demandan más servicios de datos y muchas compañías ofrecen el servicio
de llamadas a un precio cada vez más económico. Pero eso no quita para que esos
mismos proveedores se preocupen de la entrada de un nuevo operador que de
momento no cobra o no cobra casi nada y que tiene ganas de saltarse las reglas
del juego que los grandes llevan imponiendo a su antojo desde hace mucho
tiempo. Es casi más preocupante para ellos la amenza de lo qué hará en el futuro como lo que los hombres de Facebook han anunciado que van a hacer ya.
En España la penetración del servición de whatsapp ha sido
abrumadora, una de las mayores de Europa, con un 80% de cuota del mercado móvil en su poder, lo que pone
todavía más el acento sobre el futuro de la facturación de llamadas por parte
de los operadores tradicionales. Los que quizás pueden sufrir más el varapalo
son las empresas pequeñas que no tienen red propia y que solían atraer clientes
con una oferta en llamadas bastante generosa.
Otra tendencia que se está observando en el mercado de la
telefonía es la interconexión. Emiratos Árabes Unidos, donde el 75% de la
población tiene smartphone, es el país con mayor penetración de teléfonos
inteligentes del mundo. La idea general es que los servicios adiconales serán
un factor cada vez más importante para las empresas del sector. Incluso se
habla de cierto grado de cooperación entre comeptidores que permitan ofrecer la
integración de servicios a sus clientes.
Grandes incógnitas que se abren sobre el futuro del sector y
su evolución. Una de ellas es hasta que punto la industria de las
telecomunicaciones conseguirá monetizar
exitosamente la explosión de datos. Lo cierto, es que viéndolo con ojos de
consumidor da un poco de envidia que ciertos sectores como el de la energía no
sigan esta traza de innovación y dinamismo, que redunda en compañías más
dinámicas, clientes más satisfechos y un sector en constante evolución e
innovación. El problema radica más en un tema de estructura de mercado. La energía tiene lo que los economistas llaman una demanda cautiva, es decir, saben que el consumidor tienen que acudir sí o sí a consumir sus productos. Por contra, en los sectores de tecnología o servicios enfocados al pequeño consumidor existe una guerra sin cuartel para captal al cliente, aunque eso no ha evitado a veces prácticas de competencia sospechosas entre los grandes operadores.
Lo que nos queda es un futuro de telefonía sujeto a grandes cambios, mientras que vamos a seguir pagando la energía a precio de oro, es decir, al que marca un sector sin competencia real. Las dos caras de una misma sociedad de consumo, de un país lleno de dualidades y contrastes.
Lo que nos queda es un futuro de telefonía sujeto a grandes cambios, mientras que vamos a seguir pagando la energía a precio de oro, es decir, al que marca un sector sin competencia real. Las dos caras de una misma sociedad de consumo, de un país lleno de dualidades y contrastes.
facebook estaba por completo de capacaída y quieren comerle terreno a whatssap, y apuntarse a los nuevos tiempos
ResponderEliminarrealmente deberiamos hacernos otra pregunta: ¿ necesitamos esto? hoy en día más que hablar entre humanos, la conversación se limita a estados y me gusta. yo sigo sin querer un móvil moderno.
Eres un hombre rancio jajaja. Pero tienes toda la razón, hay una dependencia del whatsapp que es penoso. Este mismo fin de semana pasado falló el sistema durante 2 horas y salía gente joven hablando de trauma y los malos momentos que pasaron... Hacian dónde vamos?
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