Que Internet ha sido una revolución en la economía a nivel
mundial es ya una verdad asumida y reconocida en todos los rincones, ha marcado
sin duda un antes y un después, una revolución industrial en sí misma. Sin
embargo, hay sectores que hasta ahora permanecían un poco al margen de esa
realidad desde el punto de vista de su cifra de negocios y lo tenían como un
elemento más de valor añadido, un elemento cromatístico necesario pero que no
incrementaba per se su cifra de negocios.
Uno de esos sectores carismásticos es el de la automoción.
Estamos acostumbrados, aquí y en todas partes, a ir al concesionario a ver los
modelos de las diferentes marcas, sentarnos, palpar el volante, los asientos,
abrir el maletero y echarle un vistazo al motor con cara de entendidos en la
materia. Posiblemente antes de eso hayamos echado una visual a través de
Internet, pero ahí se acababa el recorrido.
Pues bien, gigantes de la automoción como Audi, BMW o
Mercedes empiezan ya a barajar la posibilidad de vender también online. Así usted
podría comprarse su vehículo a través de una página alemana, francesa o
española , igual que cuando hace un pedido a Amazon y se lo sirven en casita.
Algún obstáculo? Sí, claro. El primero, que a todos nos
gusta probar y subirnos al coche antes de comprarlo. No en vano, para las
familias de nivel medio es la segunda compra más importante después de la
vivienda (cuando todavía se compraban viviendas...). El segundo obstáculo es
que a los concesionarios no les iba a caer muy bien este canal de distribución,
que se supone que debería tener algún aliciente (léase descuento, mejor
equipamiento, etc) respecto al tradicional, porque sino el 99,99% de los
consumidores se irían al concesionario más cercano, como han hecho
toda la vida de dios.
Tiendas online de vehículos, de momento una idea que ya está
tomando forma, pero seguramente, a no
tardar muchos años, algo que puede estar perfectamente implantado. Lo que es
seguro es que los concesionarios tendrán que ir haciendo cambios en su modelo
de negocio y adaptarse como cada hijo de vecino a los nuevos tiempos.
Cuando dices " que a todos nos gusta probar el coche que deseamos comprar", me viene a la memoria ( naturalmente, soy muy viejo), que en mi juventud tenía pedido un Seat 600, pero era tanta la demanda, que la producción de la fábrica era insuficiente para satisfacerla. Me llamó un día el concesionario y me dijo que tenía uno, pero que me presentase inmediatamente para formalizar la compra. No pregunté ni por el color de la carrocería ni por el tapizado y me lancé como una bala con el talonario de cheques. !Qué día de fiesta para mí¡
ResponderEliminarJeje que tiempos. La verdad es que antes, aunque el nivel de vida era muy inferior al de hoy en día, se valoraban mucho más las cosas y tener un auto ya era lo máximo.
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