En 2004 fue galardinado con el Príncipe de Asturias de las
Artes. Dicen de él que era una persona sencilla, que gustaba de pasar el tiempo
con la gente de la calle, con sus amigos y con su familia. Sinceramente, daba
esa impresión, aunque es un tema que a mi no me atañe y que es cosa aparte de su
habilidad para transmitir sensaciones a través de una guitarra.
A diferencia de otros genios, pudo disfrutar de las mieles
del triunfo y el éxito. Así, en 1973, su rumba Entre dos aguas lo catapultó a
las listas de éxitos, no exento de los azares del destino, ya que la
composición fue la última en entrar en el repertorio del disco. España se
rendía a los pies del maestro.
Contrariamente a lo que muchos piensan, digamos el público
lego o no metido de lleno en la vida musical de este excelso guitarrista, Paco
de Lucía no sólo se limitó al flamenco y la música clásica. Realizó incursiones
en el jazz, de donde saldrían trabajos
tan exitosos y aclamados como Solo quiero caminar (1981) y Live... One summer
night (1984). Por supuesto, no faltaron los que lo consideraban un traidor al
arte jondo e insensateces por el estilo.
Pero mi etapa favorita de este hombre data de sus
colaboraciones en los años 80 con genios de la guitarra como Al di Meola y John
McLaughlin, con unas composiciones más asequibles , pero igualmente virtuosas,
que hicieron las delicias de miles de personas a lo largo de todo el mundo.
Paco de Lucía fue, sin duda, además de un gran músico un enorme divulgador.
Alguien dice en la prensa (no recuerdo bien) que no habrá otro guitarrista que le iguale en 200 años. Esto parece más un elogio que una razón meditada.
ResponderEliminarY cuando comentas que con su guitarra interpretó lo que quiso y hubo críticas, no sé si el que las hace tiene en consideración que llegó a interpretar música de Galicia. Dirá mucha gente: !pero si eso es imposible ¡ con guitarra.
Yo creo que este señor podría interpretar hasta hip hop con sus seis cuerdas si se lo propusiese. Como ocurre con los grandes maestros, hacía fácil y asequible lo difícil. Eso es ser un genio. No sé si pasarán 200 años antes de que salga otro músico de su caibre, pero la interpretación de la música es además personalidad y actitud, y este caballero tenía de ambas a raudales. Sólo hubo y habrá un Paco de Lucía, eso es seguro.
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