1. Eve 04:52
2. Paradise 04:08
3. When I'm Gone 04:49
4. This Broken Heart 04:56
5. We Believe in Love 5:16
6. Crazy 04:55
7. Invincible 03:45
8. What Happens to Me 05:04
9. Lonely Nights 04:31
10. This Night Is Gonna Last Forever 04:51
11. Never Ending Nightmare 06:26
Robin McAuley: voz
Michael Schenker: guitarra líder
Jeff Pilson: bajo
Jesse Harms: teclados
James Kottak: batería
Steve Mann: teclados en «Nightmare»
Con este disco se completa la trilogía Schenker-McAuley (bueno, también sacarían un acústico en directo, pero ya no cuenta como disco de estudio con temas nuevos). Como
ya decía en el comentario a los dos primeros discos con el irlandés, el grupo
dio un clarísimo giro hacia el glam metal imperante en la época, el rock más
comercial y por momentos el AOR incluso.
Los dos primeros discos, Perfect Time y Save Yourself,
resultaban demasiado empalogosos para mi gusto, con una repetición excesiva de
estribillos y melodías facilonas y comerciales, destacando únicamente el trabajo
de guitarra de Schenker. Con este tercer y último disco se mantiene más o menos
la línea de los dos anteriores, pero si se baja de manera sensible la dosis de
azúcar en sangre. Es decir, sigue siendo un rock comercial, muy americano, pero más digerible, no tan empalagoso.
Ello se traduce en que, aunque los estribillos siguen siendo
muy de la MTV, las canciones no suenan tan poperas, tan pensadas para la radio.
Se endurece levemente el sonido y no se cae en la repetición excesiva que ocurría
en los dos primeros discos. El elemento más palpable de este cambio es el
propio McAuley, que tiene menos presencia, o dicho de otro modo, de vez en
cuando cierra un poco el buzón y no está rayando todo el rato por encima, como
ocurría en los anteriores discos. Además, varía un poco su registro y en
algunos momentos llega a endurecer su voz, con tonos más graves, que le dan un
poco de variedad y profundidad a los temas.
Otro elemento donde este disco saca ventaja a los anteriores
es en las baladas. Son bastante disfrutables, comerciales pero no con tanta
gelatina, y con un sabor muy a lo Scorpions. De hecho, diría que las baladas
son lo mejor de este disco. Ahí quedan buenos temas como Lonely Nights y
Never ending nightmare, que le dan mil patadas a cualqueira de las baladas que
había compuesto hasta ahora.
Por supuesto, huelga decirlo, lo mejor del disco sigue
siendo la actuación de Schenker, colección de solos y arreglos para enmarcar,
un crac con mucho gusto para la melodía y con una técnica exquisita.
excelente disco, buena crítica. abrio el supermanager de basket!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarVamos allá con una nueva temporada de grandes retos
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