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Metalbrothers201601102211

lunes, 30 de junio de 2014

MSG - msg (1992)


1. Eve  04:52
2. Paradise       04:08
3. When I'm Gone       04:49
4. This Broken Heart   04:56
5. We Believe in Love 5:16
6. Crazy           04:55
7. Invincible     03:45
8. What Happens to Me 05:04
9. Lonely Nights          04:31
10. This Night Is Gonna Last Forever 04:51
11. Never Ending Nightmare    06:26


Robin McAuley: voz
Michael Schenker: guitarra líder
Jeff Pilson: bajo
Jesse Harms: teclados
James Kottak: batería
Steve Mann: teclados en «Nightmare»

Con este disco se completa la trilogía Schenker-McAuley (bueno, también sacarían un acústico en directo, pero ya no cuenta como disco de estudio con temas nuevos). Como ya decía en el comentario a los dos primeros discos con el irlandés, el grupo dio un clarísimo giro hacia el glam metal imperante en la época, el rock más comercial y por momentos el AOR incluso.

Los dos primeros discos, Perfect Time y Save Yourself, resultaban demasiado empalogosos para mi gusto, con una repetición excesiva de estribillos y melodías facilonas y comerciales, destacando únicamente el trabajo de guitarra de Schenker. Con este tercer y último disco se mantiene más o menos la línea de los dos anteriores, pero si se baja de manera sensible la dosis de azúcar en sangre. Es decir, sigue siendo un rock comercial, muy americano, pero más digerible, no tan empalagoso.

Ello se traduce en que, aunque los estribillos siguen siendo muy de la MTV, las canciones no suenan tan poperas, tan pensadas para la radio. Se endurece levemente el sonido y no se cae en la repetición excesiva que ocurría en los dos primeros discos. El elemento más palpable de este cambio es el propio McAuley, que tiene menos presencia, o dicho de otro modo, de vez en cuando cierra un poco el buzón y no está rayando todo el rato por encima, como ocurría en los anteriores discos. Además, varía un poco su registro y en algunos momentos llega a endurecer su voz, con tonos más graves, que le dan un poco de variedad y profundidad a los temas.

Otro elemento donde este disco saca ventaja a los anteriores es en las baladas. Son bastante disfrutables, comerciales pero no con tanta gelatina, y con un sabor muy a lo Scorpions. De hecho, diría que las baladas son lo mejor de este disco. Ahí quedan buenos temas como Lonely Nights y Never ending nightmare, que le dan mil patadas a cualqueira de las baladas que había compuesto hasta ahora.

Por supuesto, huelga decirlo, lo mejor del disco sigue siendo la actuación de Schenker, colección de solos y arreglos para enmarcar, un crac con mucho gusto para la melodía y con una técnica exquisita.

2 comentarios:

  1. excelente disco, buena crítica. abrio el supermanager de basket!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  2. Vamos allá con una nueva temporada de grandes retos

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