El absolutismo es un término en desuso, en extinción, hoy
todo es relativo. El relativismo es lo que impera gracias a las redes sociales,
que ponen en jaque a gobiernos de todo el globo y a personajes de todo tipo. Lo
que las tan alabadas urnas y las tan cacareadas democracias no han conseguido,
sí lo han logrado el facebook, el wasap ese y las twintontadas de la gente (muchas
veces tontadas por no estar callado). En una palabra, por fin la voz del pueblo
se hace oir, sin necesidad de pasar por el sucio y contaminado filtro de los
medios de comunicación.
Pero no venía hoy aquí para hablar de las redes sociales,
aunque esten muy relacionadas con el asunto, sino de su majestad en proceso de
abdicación, no nos hagamos pajas que todavía no ha abdicado del todo, el ínclito
casi exRey Juan Carlos. Ciertamente, es un señor de otro tiempo. De esos tiempos
en que la gente creía de verdad que los monarcas tenían sangre azul y echaban
pedos que olían a colonia. De aquellos tiempos en que te ibas a cazar elefantes
y no pasaba nada, aunque te rompieras la cadera, al contrario, el vulgo pueblo
se apiadaba de él y ponía velas a los santos por su pronta recuperación. Tiempos
en los que uno aparacería en la tele con el mismo puñetero discurso, año tras
año, mientras las modas y el papel de las paredes desde donde se emitía el
discurso navideño iban cambiando. Tiempos en los que hablar o defender la república
era sinónimo de herejía y un estigma indelebre. Agua pasada.
Hemos tenido en don Juan Carlos un rey a la antigua usanza,
de esos de las revistas del Hola y tabloides amarillentos al uso. Un rey de
posar en yate, regatear en el condenado Bribón y pasearse por el mundo entero
enarbolando la bandera de la aristocracia, eso sí, en beneficio e imagen de
todo el pueblo español, o eso nos vendieron siempre. Y el rey ha favorecido ciertas operaciones, dirán
algunos, que benficiaban al empresariado español, por ejemplo. Y es que hay que
ser muy tuercebotas para pasearse durante más de tres décadas por el mundo y no
sacar nada en limpio, sobre todo cuando vives a cuerpo de lo que eres y te
manejas en los círculos de poder. Vaya, no es un uno en la quiniela pero alguna
vez se canta bingo.
De pequeño, cuando pensaba que los elefantes volaban y
nadie los cazaba por puro egoismo y diversión, pensaba que nuestro rey era un
tipo guay, un gran rey, incluso diría que un virrey. Afortunadamente, o por
desgracia, a veces dudo sobre el particular, los años me han limpiado la nube
de polvo que cegaba mi visión y me he dado cuenta que nuestro rey es una
persona como cualquier otra, pero en un cargo que no tienen los otros y que le
exige una ética y un desempeño por encima del resto de la población. Huelga
decir que no ha llegado al estándar de calidad que se preveía de un rey del
siglo XXI, quizás en el siglo XX iba sobrado porque en España andábamos con
taparrabos y no nos enterábamos de la misa la mitad, y nos quedábamos
obnuvilados pensando en el andrógino 23F y en nuestro monarca tipo Chuck Norris. De nuevo,
con la perspectiva que da el tiempo, hasta esa imagen me parece irrisoria,
cuando menos, y trasnochada hasta el bochorno. Sin embargo, he de reconocer que
en tiempos recientes hubo un momento en que el rey me ganó para su causa,
aunque fuese sólo durante unos días, con aquel popular y castizo “por qué no te
callas?” que le soltó al orangután venezolano. Colonialismos nauseabundos
aparte, aquel imbécil se merecía el correctivo que le propino nuestro saliente
rey. Por desgracia, con el tiempo su crédito se puso, bien pronto, en números
rojos, por no decir que ha acumulado cagada tras cagada, junto con la ayuda
inestimable de su familia, escándalo tras escándalo.
Por eso, no considero afortunado al futuro rey Felipe VI, ni al pueblo español tampoco, dicho sea de paso. Le
toca vivir tiempos complicados. Con Europa en pie de guerra contra la oligarquía
bruseliana, con el proyecto europeo en plena crisis aguda de credibilidad. Lo mismo
ocurre en España con los políticos. PP y PSOE han sufrido recientemente en sus
carnes el varapalo del descontento popular. Son tiempos de opinión sin tapujos,
donde las masas van para un lado como al día siguiente van para el otro,
animadas por señores que al grito de podemos se aprovechan, con todo
merecimiento, del hastío de la gente para con los que les gobiernan. El nuevo
rey y su heredada monarquía no hacen más que sumarse a esa riada de
descontentos que ven en su institución un régimen trasnochado y sin sentido.
Por eso, como ciudadano de a pie, con mi puñetero sueldo de mileurista, a Dios
gracias que lo tengo, no le arriendo la ganancia al futuro Rey de las Españas.
Por cierto, entre otras cosas le queda la patata caliente de Cataluña... En fin,
una vida ajetreada la que le espera a este chico, ya no tan joven, aunque la
costumbre de verlo siempre en segundo plano detrás de su padre hace que le
quitemos años.
Que sea bueno para todos, o por lo menos no tan malo como lo
anterior. Y que Dios nos pille confesados, una vez más.
Buena entrada.
ResponderEliminarYo, como millones de españoles, suspiro por el referendum acerca de sí se quiere rey o que hagan ya las maletas toda la familia real. Que el que más y el que menos no se libra de un careto de imbécil grande como una catedral.
Siempre pensé que el Juanca tenía una inteligencia cortita. Todos ellos, los que fueron,los que están y vendrán.
Son un vivalavirgen!
Bicos, rapaciño.
Pues siento chafarte la ilusión (ya he visto la bandera republicana en tu blog jajjaja), Ohma, pero creo que te vas a quedar sin referendum. Estos pillan el trono sí o sí, bueno lo pillaron hace tiempo y ya no lo sueltan. Así que, si quieres referendum tendrás que empadronarte en Cataluña jajaja y votar en contra o a favor de la independencia. Luego te vuelves para Galicia y tan feliz.
ResponderEliminarBicos
En algún sitio la tenía que poner, coño!
EliminarQué xentiña,carallo!
jajaja oye, que a mi me parece estupendo que enarboles la bandera republicana. y además, cada uno es muy libre de expresar su opininón.
Eliminaryo solo digo viva la tercera república!
ResponderEliminarEl mundo está lleno de soñadores...jajaja
EliminarMuchachos soy jóvenes y rompedores. Yo también lo fui y más o menos hacía lo mismo en la época de Franco.
ResponderEliminarSiempre tuve mucho interés por estudiar las repúblicas españolas y fundamentalmente por la II.
Su Presidente Don Niceto Alcalá Zamora era una persona, católica, de derechas, con una capacidad intelectual enorme y una memoria sorprendente. Un erudito en materia de derecho.
Para su desgracia, a poco de su presidencia, unos bárbaros empezaron por quemar iglesias y bibliotecas donde se guardaban libros antiquísimos de un mérito extraordinario. Las cosas no fueron bien y se sucedieron los gobiernos de todos los colores. Finalmente fue desalojado de la Presidencia de la República por una conspiración en la que participó muy activamente el socialista Prieto.
Manuel Azaña, que había sido Presidente de Gobierno, fue elevado a Presidente de la República con gran alivio para él. El Gobierno formado por el coruñés D. Santiago Casares Quiroga tuvo que cargar con asuntos muy enojosos como el asesinato del diputado Calvo Sotelo que fue sacado de su casa por la Guardia de Asalto Republicana y en plena carrera por Madrid en aquellos Hispano Suizas descapotables que usaban, le pegaron un tiro en la cabeza y dejaron su cuerpo en un cementerio.
El Presidente de la I República estaba harto de las discusiones en el Congreso y aprovechando un descanso, salió, tomando un tren y se puso en la frontera de Francia. Dejó en su mesa un sobre en cuyo interior decía: "no me esperen".
A Felipe VI le espera una función importante que no es otra que ser el Rey de todos los españoles en un momento delicado por el reto de catalanes y vascos.
Ojo, el no gobierna pero despacha con el jefe del gobierno y de acuerdo con la Constitución actuará.
Me parece una persona equilibrada que puede dar una sorpresa a muchos españoles que hoy no le respaldarían.
Lo del referéndum no viene a cuento. Hay una Constitución aprobada hasta por el antiguo Partido Comunista de Carrillo y como no se modifique en el congreso y por mayoría, no hay república que valga si es que alguien la quiere proponer.
Buen relato histórico de unos hechos que sucedieron con la República, tristes no cabe duda, pero tales cosas o peores han sucedido bajo la monarquía.
EliminarEfectivamente no habrá referendum, pero no porque muchos españoles no lo deseemos, sino porque los que hacen y deshacen a su antojo son los políticos. De todas formas, que se anden con ojo, porque según como vayan las cosas y si el equilibrio de fuerzas de poder sigue cambiando en este país igual le queda menos tiempo a nuestra obsoleta Constitución del que todos pensamos.
No puedo dar por bueno que durante la monarquía se cometiesen asesinatos por razón de ideas políticas. Calvo Sotelo era un parlamentario, efectivamente de derechas, en la oposición y en Las Cortes, repasaba con detalle lo que sucedía en España bajo un gobierno de izquierdas. La "Pasionaria", en aquella sesión en respuesta a su discurso justificó su posible eliminación y Casares Quiroga no se quedó atrás.
EliminarCalvo Sotelo respondió con aquello de "quedaba enterado, que tenía anchas espaldas etc. para finalizar con la cita de un santo: "señor la vida me la podéis quitar, pero no más"
Bueno, esto es un comentario histórico, pero en materia de Constitución -que se puede modificar- tenemos que admirar a los británicos. No tienen constitución y no discuten para nada la Monarquía del Reino Unido.
Por cierto, una viñeta que me hizo gracia y se publicó a raíz de la abdicación del Rey Juan Carlos, es la de la Reina Isabel II y su hijo Carlos. Aparecen juntos, la reina con la corono imperial y el príncipe envejecido y sesentón. Le dice este a su madre:
" ¿Mamá, y de lo mío qué?"
A raíz de la abdicación, ya el mismo día, han corrido ríos de tinta, chascarrillos, chistes y cuchufletas por doquier, y efectivamente una de las más celebradas es la del propio Carlos de Inglaterra reclamando su parte del pastel.
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