1.Death Rider 03:28
2.The Axeman 04:27
3.Last Rites 03:41
4.Dragon's Breath 03:01
5.Be My Wench 04:03
6.Battle Cry 03:44
7.Die by the Blade 03:10
8.Prince of Darkness 02:46
9.Bring Out the Beast 04:10
10. In the Arena 04:05
J.D. Kimball (R.I.P. 2003) Vocals
Steve Wittig Drums
Jody Henry Bass
Kenny Powell Guitars
Con este disco me inicié en el epic metal americano y qué
mejor forma de hacerlo. Una tremenda joya del epic, del underground y del metal
en general. Es uno de esos discos que va más allá de la calidad musical, donde
el factor determinante y diferenciador que lo pone por encima de los discos de
otras bandas es la actitud, eso que tienes o no tienes, y estos la tienen a toneladas. Supura metal cavernícola por los cuatro costados y
si te haces con la edición deluxe que incluye un dvd, de pésima calidad de imagen, te darás
cuenta de lo que te hablo, porque su imagen es el fiel reflejo de lo que
escucharás en este cd. En una palabra, estos tipos podrían saltar al escenerio
montados a caballo y con lanza en ristre y a nadie le sorprendería.
Yendo a lo musical, los cuatro primeros temas de este disco
son simplemente insuperables, de lo mejor que se ha hecho dentro de este género
que yo califico como metal cavernícola, al que pertenecen deidades como los
Cirith Ungol, los Brocas Helm, los Manilla Road y alguno más. Los ritmos son furiosos
pero cargados de épica, no prima la velocidad sino el sentimiento, por eso los
riffs que estos señores se sacan de la manga son sencillamente mágicos y dignos
del séptimo de caballería, una carga sin retorno en todo regla. La batería
suena como debe sonar una batería, potente, clásica y cargada de cambios,
apoyada por una buena labor del bajo, que acompaña perfectamente en las
cabalgadas. Los solos son muy melódicos, limpios y llenos de épica, propios del
medievo o sacados de los infiernos de Cimmeria.
Y, cómo no, la guinda del pastel la ponía Mr. Kimball, que
por desgracia ya no está entre nosotros. Posiblemente este tipo no haya
recibido una clase de canto en su vida y ni falta que le hace, lo suyo es
poderío y actitud, no fucking posers here. Los agudos los guarda para las
ocasiones especiales, o sea cuando se ducha en su casa o el gato le muerde las
pelotas, pero el resto del tiempo su voz ronca y rasgada nos mete en el campo
de batalla sin contemplaciones. No tiene la voz inhumana de Tim Baker, pero sí
la de un general de un potente ejército con muy poco sentido del humor, es decir,
justo lo que necesita el grupo para sonar demoledor, potente y con ese aurea
cargada de misticismo que hace de este disco una verdadera obra maestra.
Decía que los 4 primeros cortes son brutales, pero es que el
resto del disco no afloja, solamente que es imposible hacer diez temas
redondos, o dicho de otra forma diez temas de 10. Los demás cortes son de 9 o
9.5 , como el rápido y descarado Battle Cry que da título al disco.
Resumiendo, este es uno de esos discos que ruegas para que algún día te lo
toquen en directo de principio a fin, sin saltarse un acorde y haciendo bises a
ser posible. Si abrazas este disco, no lo soltarás jamás, de esos que dejan
huella.
este es un discazo cómo una catedral de grande, morcillona perdida del primer tema hasta el último, es lo que más me gusta ahora, el power americano
ResponderEliminarUn disco de bandera, de mesilla de noche.
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