A diferencia de otras novelas que he leído de Cussler, esta
tiene un tempo más pausado, no es tan trepidante, en ese sentido engancha
menos. Para compensar ese menor ritmo narrativo, no sé si intencionado o fruto
de la falta de inspiración, Cussler nos presenta un marco histórico bastante
interesante, centrado en los Estados Unidos y especialmente Nueva York.
Por el libro se entremezclan historias que ponen a Thomas
Edison en el centro del huracán, como un personaje que ha adquirido fama
internacional pero que marca las reglas del juego en todos los negocios que
emprende, una especie de canon a pagar o de mafia controlada. En medio de ese
tinglado surge un individuo capaz de desarrollar una máquina que permite dar el salto del cine mudo al cine con sonido y sincronizado con las imágenes
que se ven en pantalla. Algo inaudito para la época y por lo que muchos grupos
de interés suspiran y son capaces de llegar a límites insospechados.
Entre esos grupos de presión están lo alemanes, que ven en
la dichosa máquina un elemento capaz de desequilibrar el estatus de poder que
rige entre las naciones. Consideran al cine con sonido como una forma de
levantar y arengar a las masas, de controlarlas. Aunque en un principio la idea
puede parecer un poco absurda, sólo tenemos que reflexionar acerca de lo que
hacen la televisión e internet hoy en día. Sin duda son elementos de poder y
que sirven para controlar al homo sapiens del siglo XXI. Así que el argumento
de Cussler no es tan descabellado, aunque ya digo que no es su mejor obra ni de
lejos.
clive cussler siempre divierte.
ResponderEliminarTiene bien pillada la fórmula, sí señor.
ResponderEliminar