Estas es una de las muchas arengas que el señor Jenaro García le ha soltado a sus ex empleados. Según señala la prensa, en el día de
hoy se ha presentado ante los juzgados o la policía, que más da, para
declararse culpable de falsear cuentas y resultados y colaborar con la justicia. Ha añadido que su liderazgo
hacía que los que estaban por debajo, los que le seguían, no se cuestionasen ni
sus medidas ni su discurso, es decir, que se
tragasen cualquier embolado que les contara.
Aquí tenemos, por tanto, una lección de manual, de esas que
tanto les gustan a los americanos. El liderazgo mal ejercido es peor que la
falta de liderazgo. Un mal líder, en el sentido de que su escala de valores o
su ética sea contraria a las buenas costumbres, siempre y cuando tenga fuerza
de arrastre como líder, puede causar un daño irreparable, como efectivamente lo
ha hecho este señor.
No sólo ha causado un perjuicio directo a los accionistas y
empleados de la empresa, a la que deja en una situación lamentable y necesitada
de invesores para no irse al tacho. Además, ha dañado la imagen de las empresas españolas, sobre todo de cara al exterior (aquí ya no nos asombramos del mangoneo, venga de donde venga), como atestiguan las caídas consecutivas en Bolsa, sesión tras sesión,
de las cotizaciones de muchas empresas, un tsunami que está trayendo por la
calle de la amargura no sólo a muchas corporaciones sino también a muchos
inversores.
Por supuesto, luego está la vertiente macroeconómica. El
ministro de economía se ha apresurado a decir que Gowex es un caso aislado y
que para nada representa la realidad empresarial de este país, además de que se reforzarán las medidas de control blablabla. Todos sabemos
que en el fondo tiene razón, que los ladrones son unos pocos, aunque lo hacen a
manos llenas, y que no por eso se puede enjuiciar a toda la casta empresarial,
que diría el otro. Pero el daño a la imagen de España es claro y evidente, a
perro flaco todo son pulgas, y cuando ya tienes fama de pobre la de ladrón es
fácil que se te pegue.
Y en los manuales y cursos de gestión comercial también se
dice que recueperar a un cliente que se nos ha ido por la puerta es muy difícil,
además de que puede producir el temido efecto dominó. En ese sentido, el futuro
para Gowex no es nada fácil, recuperar la confianza perdida es una labor
titánica, como saben todas las personas que se han visto traicionadas por
alguien, va en la naturaleza humana. Algo similar se puede aplicar a la economía
española, aunque en este caso el lucro futuro, o sea, la especulación, juega a
favor de la recuperación de los mercados. Pero no deja de ser curioso como en
el mundo actual la actuación de una persona, hasta ayer anónima, puede traer de
cabeza a un montón de empresas, de personas y al ministro de economía de un
país. Economía del siglo XXI.
Te lei con gusto porque no sabía bien de qué iba el tema de Gowex.
ResponderEliminarBicos.
Gracias, Ohma. Pues ya ves, cosas que pasan por nuestro país, si es que lo que no pase aquí...
EliminarBicos