Nada de esto sería necesario si no existiesen unos
persistentes y feroces competidores. Seguro que a todos nos suenan IBM y Apple
que han firmado una alianza entre ellos, o nos suenan Google y Samsung, que
también se han hecho amigos. Y aunque Microsoft juega en otra liga, algo que
podríamos equiparar a Inditex en el textil, no están los tiempos para cruzarse
de brazos, porque los competidores te quitan los ojos en cuanto te duermes,
especialmente en un sector tan dinámico como el que trabajan estas empresas.
Por cierto, me ha llamado la atención la declaración de que
la adquisición de Nokia, además de recortar empleo, supondrá la eliminación del
sistema operativo Android de los teléfonos Nokia, para susituirlos por el
sistema Windows. La verdad, como usuario de Android, miedo me daría tener un
teléfono con Windows, porque cuando no son los errores lo que nos desespera, es
la falta de intuición a la hora de usar el sistema, un bluff en mi opinión, se
mire por donde se mire. Pero será el mercado el que ponga a cada uno en su
sitio.
Lo que más me interesa de esta noticia es, dado que no tengo
ningún familiar en Microsoft ni uso Nokia, certificar la necesidad de
reinventarse que tienen todas las empresas en el sistema económico actual. Ya no
puedes vivir del pasado, ni en cuanto a producto ni en cuanto a forma de gestión. El sistema
de mercado actual exige que te vayas adaptando continuamente y tomando
decisiones importantes, como la que ha tomado Microsoft, veremos con el tiempo
si acertadamente o no, pero en todo caso decisiones necesarias para evolucionar
y adaptar tu modelo de negocio, con más o menos éxito.
Frente a esto, también quiero resaltar, como pueden convivir
sectores con dinamismos tan difentes. Tenemos por un lado las nuevas tecnologías
y por otro el sector de los carburantes, donde parece que nada se mueve, a
pesar de que el petróleo está en vías de extinción, pero al menos de cara al
consumidor lo único que cambia son los precios al alza. Este diferente
dinamismo se puede explicar por dos razones fundamentales: una es la diferente
capacidad/necesidad de innovación entre unos sectores y otros, y otra es el
grado de diferenciación del producto. Las gasolinas son todas iguales, solo se
les cambia el nombre y a veces la tontería esa de los octanos a la que casi nadie le
hace caso ya. En cambio, en el sector de las nuevas tecnologías la innovación
de la que hablaba anteriormente supone una diferencia sustancial para el
consumidor. Es decir, la hetereogeneidad del producto, irónicamente, le da más
a poder al consumidor, mientras que la homegeneidad del producto se lo quita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario