Este es un libro que ya tiene unos cuantos añitos, sin
embargo su lectura y sus conclusiones siguen estando vigentes como el primer día
que vio la luz. No en vano, como dice su protagonista, lo que en él se cuenta
son leyes universales y que van más allá del paso del tiempo, sencillamente
porque entroncan con los más profundo de la naturaleza humana.
Hay dos formas de tomarse este libro. Una es leerlo por
diversión. El libro está bien escrito, es de amena lectura y reconoceremos en
el verdades y reflexiones que nos entretendrán. Este tipo de lectura
seguramente no tenga ningún tipo de repercusión en su existencia más que
hacerle pasar un buen rato. La segunda forma de leerlo es asimilando los
conceptos, ideas y principios que en él se nos presentan, tratando de darles
una aplicación práctica. Ojo, este no es un libro de autoayuda, tan manido en
estos tiempos, al menos yo no lo considero así, a pesar de la popularidad que
ha alcanzado, es sobre todo un manuscrito para conocerse mejor a uno mismo,
para operar cambios en nuestra vida y en las de los que nos rodean. Un objetivo
muy ambicioso, pero al alcance de cualquiera que lo intente seriamente y
persevere en ello. El alcance de nuestras acciones dependerá sólo de nosotros
mismos, el techo nos lo ponemos nosotros.
Voy a enumerar los 8 principios básicos que nos transmite el
autor recurriendo a una frase que el mismo elabora y que creo que resume
concisamente el significado de cada uno de ellos:
Ritual 1: Unir el salario y el objetivo. “El trabajo
definitivo del líder clarividente consiste en dignificar y honrar las vidas de
la gente que lidera, permitiéndoles que expresen lo mejor de sí mismos en el
trabajo que hagan”.
Ritual 2: Dirige con la mente, lidera con el corazón. “El líder
clarividente es el que ha logrado conectar profundamente con sus seguidores. Ha
logrado depurar el arte de aclarar su visión en beneficio de su gente para
captarlos e inducirlos a actuar. Con sus técnicas y su talento como
comunicadores eficaces, conquistan los corazones de su equipo y su lealtad
permanente. Dicho de forma muy sencilla: cuando se enriquece la relación, se
mejora el liderazgo”.
Ritual 3: Premiar rutinariamente, reconocer sistemáticamente.
“Los líderes clarividentes entienden que todos los empleados que se consideran
miembros valorados de un gran equipo realizarán un esfuerzo adicional para dar
lo mejor de sí mismos, los empleados dedicarán su espítirtu a tu organización y
empezarán a considerar parte de un todo mayor. Entonces es cuando tu empresa
resultará imparable”.
Ritual 4: Ríndete al cambio. “Hacer lo mismo todos los días
no puede producir resultados nuevos. Para cambiar los resultados que obtienes,
tienes que cambiar las cosas que haces. Debes transformar tu liderazgo”.
Ritual 5: Céntrate en las cosas valiosas. “Nunca olvides de
la importancia que tienen todos y cada uno de los días de tu vida. Cuando vives
los días estás viviendo tu vida. No pierdas ni uno solo. El pasado es historia
y el futuro no es más que una ficción. Hoy, el presente, es lo único que
tenemos realmente”.
Ritual 6: Lidérate a ti mismo. “No estés tan ocupado
compitiendo, pues te pierdes la vida”.
Ritual 7: Ve todo lo que vemos todos, piensa lo que nadie
piense. “Alimenta tu imaginación y flexibiliza tu mente. Deja que aflore tu
curiosidad natural. Atrévete a soñar con cosas mayores y piensa en tu visión de
futuro. Aunque puedas ver lo que vea cualquier otro líder del mundo, empieza a
pensar lo que nadie piense. Nunca olvides que en el interior de n líder
clarividente vive el espíritu de un niño lleno de excitación y de asombro”.
Ritual 8: Vincula el liderazgo con la herencia. “Tu legado
deberá poner de relieve que fuiste capaz de dar lo mejor de ti. Mostrará que
fuiste alguien que deseaba mejorar. Dejar un legado no consiste en impresionar
a los amigos ni llegar a la cumbre. No es parecer bueno sino hacer el bien. Consiste
más en cumplir tu deber y vivir como un ser humano”.
Estos son los 8 rituales de los que nos habla Robin Sharma,
todos ellos son básicos, pero en mi opinión hay algunos que son absolutamente
fundamentales.
El ritual 2, liderar con el corazón. Estamos hartos de ver
en los medios de comunicación la hipocresía que gobierna el mundo, es más, lo
vivimos en el día a día. Lo normal no es que es que se te acerque un superior y
se interese por tu vida y tus preocupaciones, lo normal es que cada uno vaya a
su bola. Un líder debe aunar el interés general con el de sus seguidores.
El ritual 4: rendirse al cambio. El mundo es cambiante, hoy
más que nunca. Si nosotros no cambiamos y no evolucionamos el mundo va a seguir
haciéndollo sin nostros, nos quedaremos obsoletos. Este es un principio que se
aplica más si cabe al ámbito empresarial. Para estar en el ajo hay que hacer
continuamente cosas nuevas, no quedarnos en lo mismo de siempre, y para hacer
cosas nuevas tenemos que planificar y dedicar tiempo a ellas, todos los días,
todas las semanas. Esto está vinculado estrechamente con el ritual 7, sin duda.
Y para mi el más importante de los principios que rigen la
naturaleza humana: centrarse en las cosas valiosas. Al día nos suceden
infinidad de cosas, la mayoría de ellas insignificantes pero que muchas veces
van dejando un poso de insatisfacción y desmotivación, que hace que al final
del día nos sintamos como perdedores o como que hemos dejado escapar un día más
de nuestras vidas sin que nada haya cambiado, un día que no cuenta. Hay que
hacer que todos los días cuenten, que todos los días aporten en el sentido del
cambio positivo, hacia adelante.
Por último señalar, que el libro está escrito con un enfoque
básicamente, aunque no solo, empresarial. Pero esa es la parte que menos me
interesa a mí, al menos si entendemos la empresa como un centro generador de
benficios, con la definición capitalista de manual. No, la aplicación que me
interesa es la de la empresa o la de cualquier organización en tanto que ente
social. El líder que siga estos principios debe conseguir que mejore su vida y
la de la gente de su entorno, independientemente del objetivo del grupo.
Además, esto es fundamental, el líder debe transmitir estos principios para que
sus seguidores los apliquen a su vez, para que haya cientos y miles de líderes
que mejoren el mundo, cada uno a su escala y a su nivel de influencia. Esa es
la gran derivada de este libro, que no está planteado de manera explícita en el
mismo pero que se extrae de su lectura como algo natural. El liderazgo no vale
nada si es para ponerse medallas decir
que buenos y listos somos, el liderazgo basado en estos principios sirve como
palanca para mejorar el mundo. Algo que, solo basta con mirar a nuestro
alrededor, le está haciendo mucha falta. El mundo necesita una mano de pintura,
ya, y somos nosotros la que tenemos que dársela.