El cambio más importante acaecido en la industria del cine
en las últimas décadas es la irrupción en el escenario del gran mercado chino.
Hasta hace unos años este era un coto muy cerrado a la entrada de las
producciones extranjeras, en el afán del gobierno chino de proteger a su industria
nacional. Pere hete aquí que el progreso (consumismo) sigue su curso y el chino
medio demanda cada vez una mayor cantidad de cine yanqui en su dieta hasta
entonces a base de fideos y patadas de kunf fu, con escenarios melancólicos y
bucólicos de fondo. Así es, el éxito de Avatar en China y la decisión del
gobierno chino de abrir sus cines a 34 producciones internacionales por año a
partir de 2012 marcaron un punto de inflexión.
A día de hoy, China es el segundo mercado cinematográfico a
nivel mundial, por delante de Japón y sólo por detrás de EEUU, aunque no por
mucho tiempo. Según algunas estimaciones en 10 años, posiblemente en menos,
China será el primer mercado mundial.
Más cifras: se abren una media de 10 nuevos cines cada día en China, es decir, usted se levanta por la mañana a ojear la cartelera y se da cuenta que puede ir a ver el bodrio de Transformers en el nuevo y paquidérmico cine que han abierto al ladito de su casa. Hablando de Tranformers, ya es la la película más taquillera de la historia de China, con más de 223 millones de euros recaudados. Y es que ya queda lejos el viejo anhelo del gobierno chino de que su industria cinematográfica rivalizase con la americana o cualquiera otra.
El cine, entre otras cosas, es al pueblo chino lo que el futbol es al pueblo español, el opio que necesitan para seguir viviendo con su realidad sin hacerse demasiadas preguntas ni girar la cabeza 180 grados a lo Regan, un instrumento más para fijar en la mente del electorado las saludables pautas de consumo y comportamiento cívico necesarias en una población de más de 1300 millones de habitantes, gobernada por una élite que se autoproclama y reproduce sin necesidad de proceso electoral alguno. Qué más da si el cine chino no tiene tanto tirón, lo importante es que el cine cumple su función alienante, sea made in USA o made in otro lugar.
Lógicamente, la industria americana no está ciega ante esta nueva realidad. Sabedora de la pujanza del mercado chino ya son cada vez más los actores de origen chino o asiático que aparecen en la gran pantalla, así como los rodajes en tierras lejanas (o en escenarios de cartónpiedra rollito oriental) y las marcas chinas que aparecen de forma explícita en la pantalla, que a los occidentales no nos dicen nada pero a los chinos sí. Quizás andando el tiempo las grandes prodcutoras trasladen sus centros de decisión también a China. Es lo de menos, lo importante es que el consumo en China sigue a tope, la occidentalización cultural también, el modelo de economía socialista de mercado seguirá tirando unos añitos más y aquí paz y después…
Más cifras: se abren una media de 10 nuevos cines cada día en China, es decir, usted se levanta por la mañana a ojear la cartelera y se da cuenta que puede ir a ver el bodrio de Transformers en el nuevo y paquidérmico cine que han abierto al ladito de su casa. Hablando de Tranformers, ya es la la película más taquillera de la historia de China, con más de 223 millones de euros recaudados. Y es que ya queda lejos el viejo anhelo del gobierno chino de que su industria cinematográfica rivalizase con la americana o cualquiera otra.
El cine, entre otras cosas, es al pueblo chino lo que el futbol es al pueblo español, el opio que necesitan para seguir viviendo con su realidad sin hacerse demasiadas preguntas ni girar la cabeza 180 grados a lo Regan, un instrumento más para fijar en la mente del electorado las saludables pautas de consumo y comportamiento cívico necesarias en una población de más de 1300 millones de habitantes, gobernada por una élite que se autoproclama y reproduce sin necesidad de proceso electoral alguno. Qué más da si el cine chino no tiene tanto tirón, lo importante es que el cine cumple su función alienante, sea made in USA o made in otro lugar.
Lógicamente, la industria americana no está ciega ante esta nueva realidad. Sabedora de la pujanza del mercado chino ya son cada vez más los actores de origen chino o asiático que aparecen en la gran pantalla, así como los rodajes en tierras lejanas (o en escenarios de cartónpiedra rollito oriental) y las marcas chinas que aparecen de forma explícita en la pantalla, que a los occidentales no nos dicen nada pero a los chinos sí. Quizás andando el tiempo las grandes prodcutoras trasladen sus centros de decisión también a China. Es lo de menos, lo importante es que el consumo en China sigue a tope, la occidentalización cultural también, el modelo de economía socialista de mercado seguirá tirando unos añitos más y aquí paz y después…
y en España cerrando salas por doquier. Si los chinos empiezan ya a valorar lo que es el ocio, y todo el capitalismo que se mueve detrás de el.... es que ya no hay ninguna duda, de que es el país más poderoso del planeta, y si aún no lo es, lo será en breve, tio sam hace tiempo que es historia.
ResponderEliminarYa están tardando en abrir salas de cine para chinos en España, o al menos proyectar versiones originales en chino o con subtítulos. Al final serán los chinos los que vayan al cine aquí y los españolitos con el bocata de choped viendo la peli de Antena3 en casa jajaja
ResponderEliminarVan camino de dominar el planeta.