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miércoles, 27 de agosto de 2014

Ébola

“La situación en Monrovia está totalmente fuera de control, es muy grave, catastrófica”
“Hemos puesto en marcha el mayor centro de aislamiento para enfermos de ébola que jamás ha sido creado, con capacidad para cien pacientes, pero estamos desbordados. Vemos a personas llegar enfermas en taxi y morirse en la puerta de nuestro centro”
            Lindis Hurum, coordinadora de Médicos sin Fronteras (MSF) en Liberia.

El infierno se ha desatado en Liberia y la situación sólo va a peor. Sin embargo, en el mundo occidental esto sólo da para titulares y pocas o ninguna acción humanitaria seria y coordinada que trate de poner fin al problema. Bueno, miento, si que se ha tomado una medida: el cordón de seguridad, es decir, se ha optado por la vía fácil y patética del aislamiento, dejar que le gente se muera en un recinto cerrado, es la forma más económica, sencilla y que da menos quebraderos de cabeza. Muertos los humanos se habrá acabado el ébola, como ratas de laboratorio.


La situación en Monrovia es realmente dantesca. En el barrio de West Point se ha procedido a la reclusión de 70.000 personas dentro de un cordón sanitario.  Aquello se ha convertido en una zona de guerra, ya que al riesgo de infección y al daño que causa la enfermedad hay que añadir la crisis social que se ha generado en la zona. Liberia, como otros muchos países del continente, viven en una inestabilidad social o una inseguridad cívica casi inconcebible para los cánones de los países desarrollados. Teniendo en cuenta el caos reinante se puede uno imaginar que el pillaje, la violencia, los asesinatos y demás actos vandálicos están a la orden del día en esa zona.


La epidemia dista mucho de estar controlada. La gente que está sobre el terreno asegura que hay más casos de los que se conocen. Las soluciones que proponen las potencias occidentales y sus correspondientes organismos mastodónticos de cooperación pasan por quedarse en casita, cerrar los aeropuertos, el metro, los puertos, los museos y lo que haga falta, verlo por la tele y mientras tanto trabajar en una vacuna  o medicina que de pingües beneficios a alguna de las grandes farmaceúticas de renombre. Sociedad del siglo XXI.

Desde aquí mi reconocimiento a todos los extranjeros que están en ese infierno luchando con escasos medios y arriesgando sus vidas. Esos sí que son héroes y no los idiotas a los que les dan premios y medallas por sentarse en un puto sillón.

3 comentarios:

  1. El sacerdote español Miguel Pajares, toledano, de la Orden de San Juan de Dios murió hace unas semanas en el Hospital Carlos III de Madrid después de atender a muchas personas en Liberia afectadas por el ebola. En su labor contrajo la enfermedad al igual que otros dos compañeros suyos de aquel país que también fallecieron posteriormente.
    Estas son personas heroicas que conociendo la gravedad de la situación, no renuncian a una labor callada y llena de heroísmo.
    Un ejemplo para todos nosotros.

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  2. Ahí estamos, ese es el tipo de héroe al que me refería. Gente casi siempre anónima, cuyo nombre solo sale en los periódicos cuando los secuestran, los matan o caen víctimas de cualquier otra tragedia.

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