La realidad, por tanto, queda claramente reflejada en este
estudio, aunque hay que tener en cuenta que es cambiante. Así, por ejemplo, es
posible que el PSOE ahora mismo esté en una mejor posición que cuando se hizo
la encuesta, dado que en ese momento estaban en pleno proceso de elección de
nuevo secretario.
Pero lo importante, y lo que quiero destacar, es la
disconformidad y malestar social que existe en el país, y el conformismo
también, parece contradictorio pero no lo es. Malestar, como el propio CIS plasma, con los políticos y la situación
de España, desconfianza hacia los cargos públicos, su gestión, hartazgo, en una
palabra. Frente a esa masa creciente de disconformes, la mayoría de ellos
salidos del abanico del PSOE, se en cuentra la legión de conformes o de “aquí
no pasa nada”, que, por supuesto, llevan la bandera del PP. Ahí radica la
solidez del PP como partido y su estabilidad, siempre arrastra consigo gente
que no quiere que las cosas cambien, que está más o menos satisfecha con la
patética realidad actual. En Galicia sabemos bien de qué va esto. Empresarios,
gente bien posicionada, gente con un puesto de trabajo estable y, cómo no, la
mayoría de los ancianos. Por eso Galicia es un bastión del PP, porque tenemos
de ese espectro social para dar y tomar, para seguir en el inmovilismo durante
décadas.
Esa es la cara y la cruz del PP. Porque, tiene lo que tiene, pero a poco más puede aspirar, tiene un techo y un suelo bien definidos. En
cambio el resto de partidos sí que se mueven entre unas bandas de fluctuación más
amplias que varían en función de las circunstancias del momento, de la
coyuntura económica, social… ese tipo de cosas. De ahí el auge que está
teniendo Podemos. Cuando ofreces un discurso y un posicionamiento diferente,
con puntos de vista casi frescos cabría decir, algo que la gente no está
acostumbrada a oir, es normal que haya una migración de votos de los partidos
con costra, anclados en la misma cantinela de siempre, hacia esa nueva línea de
planteamientos.
Las elecciones generales están cada vez más cerca y a día de
hoy creo que se pueden sacar dos conclusiones bien definidas: caminamos, oh Dios
mío, con paso firme hacia un nuevo cuatrienio del PP, la coyuntura económica y
la disgregación de la izquierda juegan en su favor; y por otro lado, quizás
estemos asisitiendo a una refundición de la izquierda y, por extensión, del
nefasto bipartidismo, a medida que crece el número de descontentos (aún puede
seguir en ascenso o ya hemos alcanzado el límite?) crecen las estimaciones
favorables a Pablo Iglesias. Además, hay que tener en cuenta que a medio plazo
el tiempo corre a favor de Podemos, sencillamente porque es una nueva formación
que se está dando a conocer, que está creciendo y en la que la gente todavía
sigue poniendo su ilusión de que se produzca un cambio. A largo plazo, Podemos
tendrá que poner cosas interesantes encima de la mesa, o su estrella se apagará
más o menos rápidamente.
sociedad conservadora y viejuna, por mucho que bajen votos, el PP siempre va a estar en el poder o de segundos en la oposición, hagan lo que hagan.
ResponderEliminarY el voto de izquierda, cómo siempre dividido, son mucho más la gente de izquierdas que de derechas en España, pero el poder siempre lo tienen los mismos. Aún así yo diría que la gente está muy harta de todo
La gente está muy harta, hasta está harta de sí misma y del vecino, pero aquí seguimos con la misma mierda de siempre.
ResponderEliminarUn breve comentario para centrar ideas.
ResponderEliminarLa falta de honradez afecta casi por igual a políticos de los dos partidos principales y por extensión a otros que no se veían involucrados en esta degeneración.
El poder desgasta. Normalmente es alternativo entre los partidos más poderosos.
En cuanto a Podemos, es un fenómeno nuevo de hacer política que posiblemente atrae.
Desconocemos su programa. Sabemos únicamente que desean remediar la situación de paro de los jóvenes, asunto que sería muy loable, pero tienen que demostrar como se hace.
Lo poco que conozco es que proponen un euro para los países del sur de Europa y romper las barreras al endeudamiento público. Estas medidas, de ponerlas en práctica nos pueden llevar a una situación como la de un gran país de América del Sur.
En cuanto a los mayores, los viejecitos como ciudadanos, son por razón de su estado conservadores. ¿Qué aventuras pueden correr si llegasen a perder sus pensiones? La vida laboral finalizó para ellos. Como decía un gran científico español, "lo más triste de la vejez es carecer de mañana".
De Podemos lo desconocemos, yo por lo menos, casi todo, ahí radica su gran ventaja y su gran problema. Ventaja porque pueden proponer algo ilusionante a un pueblo hastiado de los políticos. Y desventaja porque el miedo es libre, sobre todo para los que más tienen.
ResponderEliminarYo soy partidario de mandar el euro a freir espárragos, como nación en vías de volver al subdesarrollo creo que nos beneficiaría más. Ahí están los británicos que gozan de su política monetaria propia. El euro está muy bien para hacer turismo y cuando el juego es entre pares, cosa que no ocurre en España respecto a los países punteros. La deuda pública hay que controlarla, o te cargas el país, pero a veces hay que tener cierta flexibiidad y no seguir con la mentalidad merkeliana, hay que buscar un equilibrio.
Los viejos tienen todo el derecho a mirar por lo suyo, y así lo hacen, pero como cada vez son más, el inmovilismo se va asentando en el país como una costra difícil de romper. Es lo que hay.