Reginald Wayne Miller nació en el 65, se casó con Marita
Stavrou y además es coautor de un libro autobiográfico muy apropiado para lo que era su
personalidad y su presencia en la cancha:
“I Love Being the Enemy: A Season on The Court With The NBA's Best
Shooter and Sharpest Tongue”.
Reggie Miller, proveniente de una familia californiana de 5
hermanos, tuvo una fructífera carrera como baloncestista y ha sido, sin duda,
uno de los más excelsos tiradores que han pisado una cancha de la NBA. También
fue medalla de oro en los JJOO de 1996, algo que ya había logrado con
anterioridad su hermana en los Juegos de 1984, de grato recuerdo para nuestra
selección nacional. Así que se puede decir que Reggie venía de una familia de
rancio abolengo en cuanto al deporte. De hecho, de sus otros hermanos uno
practicaba el veisbol jugando la liga nacional y una hermana jugaba el
voleibol.
Pasó toda su carrera en la NBA, nada menos que 13 añitos,
con los Pacers de Indiana, algo que no es muy habitual en la mejor liga del
mundo, donde los cambios de contrato y de camiseta están a la orden del día.
Miller fue uno de los mejores triplistas en la historia de
este deporte, una auténtica metralleta más allá del arco del triple. De hecho,
en el 2001 consiguió anotar su triple número 2000. Quienes lo sufrieron fueron
los Sacramento, que además vieron también como Miller sobrepasaba los 21.000 puntos.
En la siguiente temporada alcanzaría un promedio de anotación de 19.5 puntos
por partido y 21.319 puntos en total.
Era un ganador nato. De pequeño tuvo problemas con sus piernas
y cadera y necesitó llevar aparatos correctores para superarlo, lo cual
consiguió a la edad de 5 años, a pesar de que los doctores no estaban seguros
de que pudiese andar algún día sin ningún tipo de asistencia mecánica.
Curiosamente, este es un tema del que nunca ha gustado de hablar el gran
jugador, a pesar de que pudiera considerarse como una inspiración par otras personas con problemas físicos.
El nivel de competencia que existía dentro del propio seno
familiar fue un gran acicate para Miller, le ayudó a superarse y a mejorar. Su
hermana, Cheryl, es considerada una de la mejores jugadoras de baloncesto de
todos los tiempos, mientras que su hermano Darrel era un excelente entrenador y
ojeador.
Miller ya destacó en su época de instituto en la
Polytechnical High School, entre 1979 y 1983. Pronto llamó la atención de UCLA,
con 2095 puntos en su carrera y nada menos que el segundo mejor anotador de su
escuela, sólo por detrás del histórico Kareem Abdul-Jabbar. Así que los de UCLA
le echaron la red y se llevaron al pez más gordo. Con 20 puntos por partido en
su primer año universitario, era ya considerado un fino francotirador, un
auténtico killer desde la larga distancia.
Con un John Long que se hacía mayor, Miller era el recambio
perfecto para los Pacers, que lo escogieron en el draft en el puesto número 11,
a pesar de que la afición local se decantaba más por un tal Steve Alford, un
jugador local, que acabaría en Dallas, en contra del deseo de la grada, aunque,
obviamente, no tardarían en comerse sus palabras y corear el nombre de Miller.
Miller fue el máximo anotador de los Pacers, sin embargo, no
fue hasta 1994 cuando su fama se desbordó al alcanzar su equipo los playoff.
Contra los Knicks estableció el record de triples en un partido de playoff con
5 triples. Además, era un jugador bastante polémico y con una lengua bastante
larga en la cancha.
Como consecuencia de su buen rendimiento con los Pacers,
consiguió un puesto en el Dream team II que jugarían para el Mundial de Basket,
haciendo equipo nada menos que con Shaquille O'Neal, Alonzo Mourning, Shawn
Kemp y Larry Johnson. Por supuesto, se llavaron el oro, con Miller promediando
20 puntos por partido y nada menos que un 60% de porcentaje en tiros de 3, una
auténtica locura. Como le gustaba el mambo, formó parte también del Dream Team
III, junto a figuras como Grant Hill, Penny Hardaway y David Robinson, con los
que ganaría el oro en los JJOO de 1996.
Uno de los momentos estelares en su carrera con los Pacers
fue en la temporada 1996-97. Larry Bird se hizo cargo del equipo en sustitución
de Larry Brown y en un duelo apasionante con los Bulls de Jordan a punto
estuvieron de dejarlos en la cuneta, forzando una serie de 7 partidos. Dos años
después, caerían en las finales de la Conferencia Este contra los Knicks, la
bestia negra de los Pacers en aquella época.
La temporada 1999-2000 sería la de mayor éxito para Miller.
Por primera vez llegaban los Pacers a una final de campeonato NBA, nada menos
que contra los clásicos Lakers. Pero el dominio supremo de la pareja O'Neal- Bryant se
impuso al esfuerzo de Miller y Jalen Rose.
Sin embargo, Regigie Miller tuvo su premio, ya que firmó una
extensión de contrato por 3 años cobrando un total de 36 millones de dólares.
Además, se fichó a Isiah Thomas como entrenador.
Como curiosidad, decir que fuera de las canchas Miller tenía
un programa de televisión que iba enfocado a los adolescentes de Indianapolis,
tratando temas tan escabrosos como el embarazo de adolescentes y la falta de
hogar. Se dice de él que era un tipo comprometido socialmente, que miraba por
la comunidad. También se le quemó su casa, enterita de arriba a abajo, aunque
la causa del incendio sigue siendo un misterio.
Reggie Miller, genio y leyenda, un jugador polémico y que
hacía disfrutar en la cancha a los dos bandos de la afición, porque era uno de ese
jugadores que da espectáculo, como de dibujos animados, que vivía el basket con
pasión y era capaz de transmitir eso a la grada.
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muy buena entrada. Is time to Miller, is time to killer.
ResponderEliminarjajaja muy buena, la mítica frase, time to killer!
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