La selección española ha pasado con nota a octavos de final,
haciendo un buen juego, incluso brillante por momentos, aunque con cireta
debilidad mental o relajación que se podría decir, algo que entra dentro de lo
normal teniendo en cuenta la superioridad de los nuestros respecto a los equipos
a los que nos hemos enfrentado hasta ahora.
Pero, sin embargo, la selección española tiene un gran
problema, con nombres y apellidos, y se llama Orenga. Desde que los chicos de
la generación de oro juegan juntos en la selección el papel del entrenador
nacional había sido siempre secundario o al menos en la sombra, estos juegan
solos, como quien dice. Ha habido grandes entrenadores, como Pepu, y sobre todo Aíto, que han aportado cosas y han conseguido unir más al equipo. Otros, como
Scariolo han sido totalmente prescindibles. Y otros como Orenga, netamente
perjudiciales. Una imagen vale más que mil palabras, y el rostro de Ibaka ayer
en el banquillo lo decía todo, no era cara de concentración como decía alguno
de los insulsos comentaristas de la Cuatro, era cara de hartazgo y "ya me están
tocando las narices".
Qué ha hecho mal Orenga? Casi todo. Acabaríamos antes
diciendo lo que ha hecho bien. Pero donde más ha metido la pata es en la unidad
del equipo. Si algo caracterizó siempre a estos chicos es el ser una piña, dentro y fuera de la cancha. Hoy
parece que esa unidad se está resquebrajando o al menos ya no es la de antaño.
Con el tiempo se han ido incorporando nuevas piezas, pero el núcleo duro de los
Gasol-Navarro-Rudy sigue ahí. Lo que hay que hacer es amoldar los nuevos
talentos, más jóvenes, a la dinámica del grupo. Y ahí es donde Orenga mete la
pata hasta el fondo, es el Xavi Pascual de la selección. En lugar de racionar
los minutos, sobre todo en partidos intranscendentes como el de ayer o los de Irán
y Egipto, este señor sigue dando la minutada a los hermanos Gasol, especialmente.
Mientras Ibaka apenas disfruta de continuidad y cuando juega apenas participa
en ataque, en defensa no necesita de que los compañeros le pasen el balón y por
tanto se luce a su antojo. Abrines es un figurante de lujo, lo mismo que
Claver, aunque este se lo gana a pulso porque es de lo más insulso que uno se
pueda encontrar en un parquet, es increíble que siga acudiendo a la selección,
e increíble que lo convoquen.
Por tanto, lo que antes era el paraíso, el buen rollito de
la selección, ayer lo vi peligrar, o al menos vi nubarrones en el horizonte.
Está claro que hay jugadores que reclaman más minutos, sobre todo Ibaka y
Calderón, que tienen galones. Orenga está gestionando muy mal el reparto de
papeles en la selección y lo que es peor, está machacando a Pau Gasol, que había
llegado muy fresco a la cita mundialista, a base de minutos intranscendentes. Ha
habido crisis previas con otros entrenadores, el caso más flagrante el de
Scariolo, veremos como acaba este Orenga.
Pero Orenga no sólo se queda en una mala gestión de los
cambios. Sus tacticas me parecen en general erróneas. Sigue recurriendo a la
trifulca con los árbitros para sacar tajada de ello. Eso te puede valer si eres
Mesina, Mr. K o Repesea, pero un don nadie como entrenador, de apellido Orenga, no se puede ir de gallito sólo porque juguemos en casa, sencillamente carece de
autoridad. El papelón de ayer fue lamentable, lo redondeó encarándose
innecesariamente con Djorjevic, el entrenador rival, que vale que estaba
calentito de por sí, pero no había necesidad alguna de entrar en ese fregado y
dar esa penosa imagen. Se equivoca Orenga también en la asignación de roles.
Calderón de escolta...Llull de alero... el Chacho como segundo base cuando
Ricky no ve el aro ni a dos metros, aunque esté muy bien en defensa, a Abrines
ni se le ve, Felipe Reyes tres cuartos de lo mismo. En conclusión, tenemos una
rotación de solo 9 jugadores. Muy mala lectura de las piezas de la que dispone
en su tablero.
Por todo ello, me gustaría ver a Orenga en la grada y no en
el banquillo español. Me parece un entrendor que resta al conjunto, no suma,
nos debilita en lugar de fortalecernos. Y, pese a todo, ojalá que estemos en la
final contra USA. De momento, Senegal en el horizonte.
Orenga es un pringao, lo demostró encarándose con Djordjevic, un entrenador que le da mil vueltas.
ResponderEliminarPues vamos a tener que llegar a la final a pesar de ese pringado, no queda otra.
ResponderEliminarPor cierto, decepcionante el nivel de este mundial, menudo bodrio.