Es decir, que lo tenemos aquí es una red salvabobos, o
salvasoplapollas, para que tipos como Gallardón, inadaptados socialmente, puedan
seguir viviendo a todo tren sin preocuparse por su futuro laboral.
Efectivamente, personajes como Gallardón, o los expresidentes del país, por
citar solo algunos de esos altos cargos, son gente que vive al margen de la
realidad social y económica del país. Aupados en su día a la cumbre del poder
en un país donde el clientelismo y el hoy por ti mañana por mi es una norma sagrada,
se vuelven totalmente incapaces de asumir su condición de ciudadanos normales y
reintegrase a la sociedad como uno más, sin echar manos de sus influencias,
prebendas y aceleradores de partículas sociales. Seguramente habrá casos de
expolíticos que no han hecho uso de esos resortes en ninguna medida, aunque
ahora no me viene ninguno a la memoria. Lo que no me
extraña es que este exministro se haya ido de cabeza en tiempo record a apoltronar
sus noble posaderas a costa de los madrileños.
Por lo menos, me queda el consuelo de que ya no sufriremos directamente
los rigores de su incompetencia el resto de los españoles, eso queda para los
de la Comunidad, aunque estoy seguro de que seguiremos oyendo hablar de sus
derrapadas mentales.
lunes, 29 de septiembre de 2014
Sin pasar por la Inem
No ha perdido el tiempo el señor Alberto Ruiz-Gallardón, que
el pasado martes dimitía como ministro de Justicia. Y es que este señor lo tenía claro, quizás
haya acabado prematuramente su gran carrera política, habrá pensado, pero para
qué voy a empezar a echar cv como un loco si la cosa pública me puede dar de
comer caviar mientras me toco los huevos a dos manos. Dicho y hecho, en menos
de 48 horas, este individuo ya se había garantizado un puesto en el Consejo
Consultivo de la Comunidad de Madrid (por cierto, alguién sabe para qué vale esa casa de putas?
Además de derrochar dinero de los contribuyentes innecesariamente), donde tenía
garantizado un puesto por su condición de expresidente regional (1995-2003).
Gallardón será, dios pille confesados a los madrileños, consejero permanente de
la institución, que emite dictámenes para la Comunidad. Igual que Joaquín
Leguina, el primer presidente de la Comunidad (1983-1995), un cementerio de elefantes políticos en toda regla. Y es que vivir del pavo es todo un arte en este país.
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de traca....son así estos políticos de hoy en día, y pensar que hay gente que piensa que son honrados o humildes.
ResponderEliminarHay gente que aún cree que Espinete tenía vida propia, sí. Así nos va.
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