01. Come Dream With Me
02. Down From The Mountain
03. In The Hands Of Time
04. Solid Ground
05. Lady Of Winter
06. Dream About Tomorrow
07. The Hymn To The Fallen
08. The Great Divide
09. Reaching For The Stars
10. Bitter Sweet
Voz: Russell Allen y Jørn Lande
Guitarra, Bajo, Teclados: Timo Tolkki
Bateria: Jami Huovinen
Estamos ante la cuarta entrega de la saga, protagonizada por
el duelo vocal entre Lande y Allen. Si ya has escuchado alguno de los
anteriores capítulos no encontrarás grandes sorpresas en este disco. Por hacer
un poco de historia, la colaboración entre los dos cantantes se inició ya hace
unos cuantos años sobre todo, creo yo, al hilo de la fama y la repercusión que
estaba alncanzando el cantante noruego. Eran los años en que a Jorn Lande se le
conocía como el rey Midas, todo lo que tocaba se convertía en oro. El paso de
los años ha dejado ese apodo un poco en el olvido, básicamente porque Lande no
se prodiga mucho en directo y porque (quizás estos explica lo anterior) en
directo no suele dar la talla. A Lande no le gusta girar y se le nota sobre las
tablas, al menos personalmente para mi ha sido una decepción absoluta lo de
este señor. También el tiempo ha puesto un poco en su sitio al señor Jorn Lande
en cuanto a la calidad de sus lanzamientos discográficos, con el tiempo se han
hecho más y más anodinos y repetitivos.
Pero dejemos de dar palos al noruego y echemos un piropo al
señor Allen, que es justamente todo lo contrario del primero, uno de los
vocalistas más en forma, no solo en el estudio, en directo es una auténtica
apisonadora, casi imposible pillarle en un renuncio y además tiene una
comunicación con el público que dista años luz de la frialdad y pasotismo del
noruego, un tío enrollado que se mete al público en el bolsillo desde el minuto uno, muy grande el señor Rusell Allen.
Repartidos los palos y las medallas para uno y otro
protagonista, entremos un poco en la harina de este nuevo lanzamiento. La gran
novedad es que el señor Tolkki (ex Stratovarius) se hace cargo de las
guitarras, sustituyendo a Karlsson, otro conocido guitarrista aunque sin el
aurea y el rollito prensa rosa que se gasta el señor Tolkki. Aparte de eso, la
composición de las canciones no varía sustancialmente, temas muy comerciales,
con mucha melodía, unos solos más acertados que otros y estribillos y letras
para el lucimiento de los dos vocalistas, de esos estribillos que se repiten
hasta la sociedad y más allá, perfectamente diseñados para que se le queden a
uno en la cabeza. Tengo la teoría, contrastada a lo largo de los años, de que
este tipo de diseños discográficos tan artificiales (juraría que ni se han visto las caras durante el proceso de elaboración y grabación del disco) son de los que enganchan al
principio pero que indefectiblemente acaban durmiendo el sueño de los justos en
la estantería o el disco duro del ordenador. Es decir, que van perdiendo con cada escucha, este no será una excepción.
No hay mucha caña en el disco, predominan los medios
tiempos, baladas y algún tema un poco más movidito que otro, más o menos se
mantiene el mismo nivel a lo largo de todo el disco. Destacaría el tema The
Great Divide que da título al disco, un tema pausado, con bastante atmósfera y
donde lo que más destaca es el trabajo de guitarras, bastante inspirado.
Sinceramente, si quiero a escuchar a Rusell Allen (Lande ya me resulta cansino) me pongo un disco de Symphony X y lo disfruto mil veces más. Pero para gustos los colores.
Sinceramente, si quiero a escuchar a Rusell Allen (Lande ya me resulta cansino) me pongo un disco de Symphony X y lo disfruto mil veces más. Pero para gustos los colores.
al ir a festis, los tienes a los dos muy estudiados. Es cierto Jorn está de capacaida y en directo es un muermazo, y rusell allen.... pues mejor en simphony, a mi tb me aburrio algo este album
ResponderEliminarJorn Lande es un tipo de dos caras, en estudio es muy buen cantante, pero luego lo ves en directo y pides que te devuelvan el dinero, además que tiene un carácter insoportable, al menos de cara al público, si eres un artista estás para hacer qué la gente disfrute, si no métete a desatascador de retretes y ya nadie te reprochará nada.
ResponderEliminar