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viernes, 3 de octubre de 2014

Chris Mullin, el soldado


Mullin llevaba la camiseta con el dorsal 17 en honor a su ídolo de juventud, John Havlicek de los Celtics. Mullin destacó sobre todo por ser un mortífero tirador, uno de esos pertenecientes a esa raza que decía Andrés Montes, raza blanca tirador. Tenía una ejecución de tiro superveloz, con una destreza increíble para armar el brazo aún con el defensor poniéndole la mano de peineta o a lo "octavo pasajero". Promedió 18.2 puntos por partido en sus 16 años de carrera. Por supuesto, su nombre quedará por siempre ligado a la franquicia de los Warriors, donde constituyó junto a otros grandes talentos como Tim Hardaway, Richmond o Marciulonis un auténtico tridente ofensivo de primer nivel.

Nunca se llevó un anillo de la NBA, pero tuvo el privilegio de ganar el oro olímpico en Barcelona, formando parte del mítico, único y auténtico Dream Team. Pero su trayectoria ya se inició con una carrera destacada como jugador universitario en la St. John’s University, siendo escogido en 1985 como el mejor jugador universitario de los States. Seguidamente fue escogido por los Warriors en el séptimo puesto del draft de ese año.


Pronto destacó en la NBA como un versátil jugador, incluso se le llegó a comparar con el gran Bird, aunque físicamente no tenían mucho que ver, pero sí es cierto que ambos fueron de los mejores tiradores que pasaron por la liga profesional. Mullin entró en el equipo con la competición ya iniciada, se llevaban 6 partidos, y se estrenó anotando la canasta que daba la victoria a su equipo a falta de 15 segundos. En su temporada como rookie finalizó con 14 puntos por partido, un 46% en tiros de campo y un 89.6% en tiros libres.


Pese a todo, en el primer año de Mullin, los Warriors eran un equipo de la parte baja de la tabla, con 52 derrotas. Al año siguiente George Karl se haría cargo del equipo y llevaría los Warriors hasta la segunda ronda de playoff. Sorprendentemente, al menos para mi, muchos años después el propio Mullin hacía unas declaraciones al San Francisco Chronicle donde admitía que sus compañeros no le pasaban la bola, dejando en entredicho el ambiente de puertas para adentro.


Como muchos otros profesionales en el circo de la NBA, Mullin encontró en el baloncesto una salida a sus problemas de juventud. En concreto, Don Nelson le convenció para que se tratase de su adicción al alcohol. Pasó 48 días durante la temporada en una clínica de desintoxicación, pero le valió la pena porque salió siendo un hombre nuevo. Se perdió 22 partidos de la temporada pero acabó con unos promedios de 20.2 puntos, 4.8 asistencias y 3.4 rebotes por partido. Su camino hacia la cumbre de los mejores estaba en marcha.


Mullin despuntó definitivamente en la temporada 88-89. Promedió 26.5 puntos partido, el 5º máximo anotador de la temporada, 5.9 rebotes y 5.1 asistencias. Entró en el segundo mejor equipo de la NBA y se convirtió en el tercer jugador de los Warriors, tras Chamberlain y Rick Barry, en alcanzar los 2000 puntos, 400 asistencias y 400 rebotes en una misma temporada.

Mullin también hizo historia junto a otro crac de este deporte, Mitch Richmond, dos auténticos killers. Entre ambos se erigieron como la pareja más anotadora de todos los tiempos, con 48.6 puntos por partido. También fueron los más jóvenes en liderar la anotación en la liga desde los tiempos de Abdul-Jabbar y Bob Dandridge con los Bucks del 71-72.

En la temporada 88-89 los Warriors cayeron en semifinales con los Phoenix Suns. La siguiente temporada no llegaron a los playoff, pero en la 90-91 el conocido como “Run-TMC” (Hardaway, Richmond y Chris) creó todo un estilo de franquicia guerrera, volcada en el ataque, fueron el equipo más anotador de la liga. Valga como referencia este dato: arrancaron la temporada ganando a los campeones de división, los Spurs, con un tanteo estratósferico de 162-158. Por desgracia, los Lakers se cruzaron en su camino hacia el triunfo. Con la marcha de Richmond y la entrada de Sarunas Marciulionis el equipo mejoró a un balance de 55-27, aunque perdieron en primera ronda con los Seattle, pero era un equipo que daba espectáculo y desarrollaba un juego brillante. En la 92-93 acabaron con un score de 50-32, con la incorporación del rookie Chris Weber, que desafortunadamente para los Warriors sólo jugaría esa temporada debido a problemas personales con el entrenador.


Mullin entró en el mejor quinteto de la NBA en la temporada 91-92, ya nadie discutía su estrellato, más de 25 puntos por partido durante cuatro temporadas consecutivas. Jugaba una burrada de minutos, el que más en toda la competición en dos años consecutivos. Fue 4 veces All-Star. En la temporada 1997-98 Mullin fue traspasado a los Pacers, el público le apreciaba sinceramente, se había ganado su respeto, cariño y admiración, y se alegraban de que fuese a un equipo con aspiraciones al título como los Indiana, entrenados por Bird. Mullin abandonaba una nave a la deriva, la de los Warriors, para embarcarse en un crucero mucho más prometedor. Con los Pacers jugó 3 temporadas, participando en las finales del 2000 contra los todopoderosos Lakers de Shaquille y Bryant. Pero su última temporada la pasaría en casa, en Golden State, como él decía, ayudando a los jóvenes. 


Por supuesto, está en el Hall of Fame. 

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2 comentarios:

  1. una muñeca de seda, menudo trio triplista formó con hardaway y marciolonis.

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  2. Una tripleta de lujo, sí señor, pero de los tres creo que este estaba tocado por los dioses y los otros eran muy bueno, pero humanos.

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